Decirle a tu hijo ‘eres un campeón’, ‘lo lograste’, ‘confío en ti’, ‘sigue así’ son formas positivas de reconocer su esfuerzo, lo cual crea en él un sentimiento de seguridad en sí mismo, buena autoestima y motivación para seguir haciendo cosas buenas.
Estefany Tenorio, psicóloga de Grupos Dinámicos, asegura que esto es parte de los efectos beneficiosos del elogio, el cual implica resaltar una buena acción del niño en el momento adecuado, es decir cuando el menor logra algo luego de esforzarse. “Los elogios permiten que los chicos se sientan capaces de hacer muchas cosas y motivan a que una buena acción se repita”, indica la especialista.
SIN EXCESOS
No todo lo que hace tu hijo debe ser elogiado, porque entonces creerá que nunca se equivoca, lo cual lo limita, pues pensará que ya no necesita esforzarse. Mejor, valora y reconoce lo que le cuesta esfuerzo y dile que si sigue así puede hacerlo incluso mejor.
LAS CRÍTICAS
La falta de halagos puede causar inestabilidad, inseguridad, temor, timidez y conformismo en los niños. Al ver que todo lo que hacen no es valorado, o lo que es peor es criticado en forma negativa, ellos ya no se atreverán a hacer nada nuevo.