Es desordenado, solo quiere ver televisión o jugar videojuegos y no presta atención ni pone interés a casi nada de lo que le dices, entonces tienes en casa a un niño perezoso. Ten cuidado porque si mantiene esa personalidad, se convertirá en un adulto irresponsable en su vida familiar y laboral.
Cambiar esa actitud ociosa es una tarea de largo aliento. Primero, cuando tu hijo se niegue a hacer las cosas, no cometas el error de discutir o gritar, mejor habla sobre las consecuencias que se producirán si no cumple con sus responsabilidades. Y sé firme con los castigos, como dos días sin ver televisión o una semana sin salir a jugar.
APLICA ESTOS CONSEJOS
Una vez que tenga claro las consecuencias de su pereza, ayúdalo a organizar un horario diario de sus tareas, esto con el fin de desarrollar su capacidad de autoexigencia. Y así siempre sabrá lo que tiene que hacer y lo que no.
Asigna tareas que vayan acorde con la edad y las capacidades mentales y físicas de tu hijo.
Los niños y adolescentes deben ser capaces de hacer su cama, lavar los platos, sacar la basura. Que ayude en casa es una de las mejores formas de evitar que se convierta en vago.
No le des plata, que aprenda a valorar el dinero y el esfuerzo que conlleva ganarlo, tendrás que decirle ‘no’ cuando te lo pida y dárselo solo cuando tú lo creas oportuno.
Enseña con el ejemplo. Si eres una persona perezosa, es probable que tus hijos también lo sean.