Uno de los valores fundamentales en la convivencia familiar es el respeto. Que los niños aprendan a reconocer y aceptar la autoridad de sus padres dentro del hogar es una tarea que empieza con el ejemplo.
La psicoterapeuta de niños y adolescentes, Joyce Salinas, señala que la mejor manera de enseñar este valor es cuando los padres se respetan entre sí, y son respetuosos con sus vecinos y compañeros de trabajo. Esa es la forma de que el niño entienda lo valioso de respetar. Recuerda:
El respeto no se impone. Aunque muchos padres lo olviden, los hijos también merecen ser respetados. Escuchar con atención sus comentarios, ideas y formas de pensar es darle el valor al niño como la persona que es.
No prometas si no vas a cumplir. Si lo haces, el niño albergará desconfianza en ti y pensará que solo lo defraudas, lo engañas y te perderá el respeto. Lo mismo ocurre si lo consientes demasiado.
Corrige sin levantar la voz. Gritar es el alimento perfecto de la desobediencia, porque el niño percibe que el adulto pierde el control y se desespera.