Muchos padres quieren que sus hijos tengan sus mismos gustos, incluso los presionan para que sean, por ejemplo, hinchas de su equipo de fútbol favorito. El psicoterapeuta Hans Gutiérrez explica que esto puede frustrar y estresar al menor al momento de tomar sus propias decisiones, pues necesitará de la constante aprobación de papá o mamá.
“El niño suele admirar a sus progenitores por naturaleza, por eso no deben presionarlo a que siga sus pasos, sino dejar que él decida si quiere escuchar el mismo género musical o alentar al mismo equipo de fútbol”, indica.
PROBLEMAS EMOCIONALES
La presión que se carga sobre el niño puede perjudicar su desarrollo emocional. Es muy probable que con el tiempo sienta condicionado el afecto de sus padres y se acostumbre a seguir los sueños y anhelos de ellos. Más adelante, podría convertirse en una persona sumisa solo para conseguir la aprobación de sus amistades o incluso de su pareja.
CONSEJOS
No está mal querer que tu hijo adopte tus gustos, solo evita que tu anhelo no se entrometa en sus decisiones personales. Recuerda que un padre está para orientar, comprender y dar cariño. Date un tiempo de conocer qué es lo que le interesa y qué no. Ayúdalo a desarrollar sus propias preferencias y a cumplir con sus metas y objetivos en la vida.