Escritor, diplomático y político chileno, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971, Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, conocido con el seudónimo de , fue un gran poeta de habla hispana. Nació el 12 de julio de 1904 en Parral (Chile) y falleció el 23 de setiembre de 1973, en Santiago de Chile, víctima de cáncer.

La carrera diplomática de Pablo Neruda comenzó en 1927, cuando ya era escritor. Se casó tres veces. Con María Hagenaar tuvo una hija que murió de hidrocefalia. En 1955 se divorció de su segunda esposa, Delia del Carril, con quien se había casado en 1943, y en 1966 contrajo nupcias con Matilde Urrutia.

En 1945, Pablo Neruda recibió el Premio Nacional de Literatura. Perseguido comunista, huye de Chile a Argentina y luego a Europa para regresar a su país en 1952. Sus obras más conocidas son: ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ (1924), donde está el famoso ‘Poema 20’ y ‘Odas elementales’ (1954).

POEMA 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: ‘La noche está estrellada, y titilan, azules, los astros, a lo lejos’. El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como esta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque este sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

PABLO NERUDA RECITA “ALTURAS DE MACHU PICCHU”

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