No hubo una sola época en la historia en que el mágico conjuro del oro no enloqueciera a los hombres y los llevara a escarbar en la tierra y a morir, o quizá, a robar o a matar, para conseguir un poco de la fría y amarilla sustancia, que es tan inútil, y, sin embargo, tan poderosa.
Ya en el Génesis se habla del oro, y los chinos lo conocían y usaban 25 siglos antes de Cristo.
El oro ha sido una gran fuerza, que ha impulsado a los hombres y a las naciones a las más brutales y locas venturas.
Sería interminable la lista de las guerras y conquistas que produjo, tanto en los tiempos antiguos como los modernos.
El oro de América
Fue el ansia del oro lo que arrastró a los españoles a la conquista del Nuevo Mundo.
La avaricia de los primeros conquistadores culminó en México y en Perú, donde cometieron actos de terrible crueldad, que ni los nobles y caritativos misioneros que los acompañaban pudieron evitar.
Del oro que iba a España era derrochado por los monarcas para sus guerras y enriquecerse personalmente.
En tan solo medio siglo, los españoles llevaron 100 toneladas de oro de América a Europa. Así, se convirtieron en el país más rico del mundo.
Se encuentra oro en California
La ola del oro volvió a apoderarse de los hombres en 1849. ¡Habían hallado oro en California!, lo cual tentó a una gran oleada de inmigrantes que buscaba fortuna.
De lugares alejadísimos acudían a arrancarlo de los arroyos y las montañas. Cualquiera podía ir a cavar. Los barcos que llegaban al puerto de San Francisco eran abandonados por sus marineros y oficiales, para buscar oro.
Grandes carretas cubiertas se arrastraban penosamente por el continente y cada cual trataba de aventajar a las demás y de llegar primero a los yacimientos.
Sus conductores combatían con los indios y con otros enemigos más mortales, la sed, el hambre y la fatiga; pero seguían avanzando por las llanuras, como un torrente incesante e incontenible.
Hubo otras fiebres el oro después de esos días de 1849, pero ninguna pudo comparársele en emociones.
En 1896, se descubrió oro en Alaska y en el norte de California, y empezó la fiebre del Klondike, en Yukón, noroeste canadiense.
En Klondike el peor de los enemigos era el frío, pero los hombres se esforzaban por levantar campamentos sobre el hielo y la nieve, con las manos y los pies helados.
Muchos morían de frío y hambre, y millares de hombres no encontraban nada y perdían todos sus bienes; pero algunos volvían muy ricos.
Este fue el último gran descubrimiento de oro. Hoy la explotación de oro es todo un negocio y es una de las industrias más destructivas y altamente contaminantes.
¿Por qué es tan caro el oro?
En muchos aspectos, el oro es una sustancia maravillosa. No cambia en el aire ni en el agua y, por lo tanto, no puede oxidarse.
Se le fija al oro un alto precio por lo difícil que resulta conseguirlo y por sus aplicaciones prácticas (joyería, tecnología...).
El oro, como la plata y el cobre, se sitúa en el grupo 11 de la tabla periódica. Su símbolo es Au, procedente del latín aurum, que significa ‘brillante amanecer’.
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