Pequeño por problemas de salud, el francés Henri Toulouse-Lautrec fue un gigante de la pintura y sus obras son hasta hoy admiradas por su trazo, los colores y la temática que reflejaba a la realidad social de la Francia de finales del siglo XIX.
Nació en un castillo de Albi, Francia, el 24 de noviembre de 1864, y su nombre completo era Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa Tapié de Celeyran, conde de Toulouse-Lautrec-Monfa.
De adolescente sufrió dos fracturas en los fémures de ambas piernas y dejó de crecer, por lo que se quedó con una estatura de 1,52 metros, baja sobre todo para el entorno de su familia acomodada.
En 1881, entró a trabajar con el renombrado retratista Léon Bonnat y en 1882 se convirtió en discípulo del maestro Fernand Cormon, a través del cual trabó amistad con el extraordinario pintor Vincent van Gogh.
Gustó de la noche parisina y los cabarets. Por eso cantantes, comediantes, bailarinas, mendigos, burgueses y prostitutas de la noche fueron sus modelos.
Con fama como pintor post impresionista, Henri Toulouse-Lautrec murió en una residencia de su familia, en Malromé, el 9 de setiembre de 1901, fecha de la que este viernes se cumplen 115 años.
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