Esta semana cerca de 16 colegios en Lima Metropolitana fueron declarados aptos para dictar clases semipresenciales debido a que lograron superar todos los requerimientos de bioseguridad. Poco a poco otros colegios se irán sumando a la presencialidad. Esto se ha dado gracias al avance de la vacunación contra el Covid-19 en nuestro país.
Si bien el Ministerio de Educación, ha emitido la Resolución Ministerial 121, donde especifica los criterios técnicos para retomar las clases en pandemia, es necesario también tomar en cuenta el soporte emocional, tanto para los niños como los maestros y estrategias educativas para readaptar a los niños a las clases presenciales. Así lo explica Macarena Arribas, especialista en educación, con maestría en Education Leadership y ganadora de un Globant Awards, premio para mujeres en tecnología con impacto, en la categoría ‘Game Changer Perú’.
“El retorno a la semipresencialidad escolar es, sin duda, algo que miles de peruanos y peruanas anhelaban. Luego de más de un año de encierro donde los escolares se han visto altamente afectados, este retorno busca devolverles de alguna manera los derechos y libertades que todo niño y adolescente debe tener”, señala Macarena, quien nos brinda las siguientes pautas.
- Soporte emocional y de empoderamiento: “El retorno a clases es importante hacerlo de forma muy responsable, teniendo en cuenta las diferentes aristas involucradas en el proceso: profesores vacunados, medidas de seguridad estrictas y una clara aceptación de que no es que estamos retrocediendo el tiempo a lo que teníamos antes de la pandemia. Muchas cosas han pasado en este tiempo: muerte, enfermedad, vacíos académicos altamente complejos, problemas emocionales, entre otras cosas importantes. Así que, es fundamental que el Estado piense no solo en vacunar a los docentes, sino también en capacitarlos, en darles herramientas para poder llegar a todos los niños de acuerdo al nivel en que se encuentre cada uno de ellos y de acuerdo a su estilo de aprendizaje, brindando además espacios de soporte emocional y de empoderamiento”.
- Buscar estrategias educativas integrales, sólidas y responsables: “Hoy más que nunca se pone en evidencia el estado de emergencia en el que está la educación peruana. Miles de niños no han aprendido nada escolar durante la pandemia. La deserción escolar en el Perú ha sido altísima. Las brechas sociales, educativas y tecnológicas se han visto más sofocantes que nunca en los últimos meses en el país. Esto no se cura solo volviendo al colegio a manejando las cosas como se manejaban antes del COVID-19. Esto se cura teniendo una estrategia educativa integral, sólida y responsable, donde se ponga al estudiante como centro y donde el estado emocional de los estudiantes y docentes sea igual de importante que el progreso académico. Esto se cura entendiendo y aceptando que la educación necesita un cambio, y uno que venga que raíz”.
- Aplicar enseñanza diferenciada: “Ahora puede que haya niños de la misma edad en un aula y grado, pero no necesariamente se encuentren en el mismo nivel académico, dados los grandes vacíos académicos generados en este tiempo. Por ende, es importante que los docentes reciban capacitaciones de cómo diferenciar la enseñanza, por ejemplo, o de cómo motivar a los estudiantes, o de cómo llegar a todos sin dejar a ninguno de lado”.
- Acompañar a los profesores y a los niños a resocializar: “Recordemos que estamos hablando de docentes que hace más de un año no tienen contacto directo con estudiantes, y de estudiantes que en muchos casos han estado encerrados todo este tiempo por el miedo al contagio. Entonces, el tema de la socialización es un tema muy relevante a tomar en cuenta con responsabilidad. Los niños van a volver a socializar y esto será un proceso quizá lento. Hay que acompañar a los chicos en este proceso para que logren nuevamente adquirir sus habilidades sociales, la confianza en ellos mismos, su seguridad, autoestima, comunicación asertiva, entre otras habilidades que claramente se han visto golpeadas en este tiempo de encierro”.
Macarena Arribas, nombrada por la Confiep como una de las mujeres del Bicentenario, nos recuerda que si no tenemos estas pautas en consideración, “estaremos avanzando de forma ciega y todo el esfuerzo será en vano. Es fundamental que los niños encuentren en este retorno un lugar seguro que se preocupe realmente por ellos. Un lugar donde se sientan escuchados y respetados, un lugar donde se busque un real crecimiento humano”.
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