Para que nuestras finanzas personales y familiares estén sanas es necesario llevar un registro o presupuesto para calcular y proyectar nuestros gastos en función a nuestros ingresos. El presupuesto no es más que un plan para llevar un registro de nuestras finanzas y así poder controlarlo.
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Por ello, Edgar Sulem, Gerente de medios de pago & pagos digitales de BanBif, brinda recomendaciones acerca de cómo elaborar nuestro presupuesto y tomar control de nuestras finanzas:
1. Determina tus ingresos
En un cuadro coloca ingresos y completa los ingresos de todas las personas que contribuyen con los gastos del hogar. En caso se perciba ingresos variables se debería considerar el monto más bajo de los últimos 3 meses; es importante no sobreestimar esta cifra y ser lo más conservadores posibles.
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2. ¿Cuál es tu meta de ahorro?
Debes separar parte de tu sueldo. Lo ideal es separar como mínimo el 10% de tus ingresos. De tus ahorros debes separar una parte para tu meta, y otra parte para imprevistos. Los ahorros meta son importantes como base para cuotas iniciales para financiar futuros bienes como viviendas, autos, entre otros; por otro lado, los imprevistos se usan principalmente para emergencias de salud, mejoras del hogar, etc.
3. Identifica tus gastos fijos
Son aquellos gastos que surgen regularmente (cada mes, cada tres meses, cada medio año o anualmente). Unos vistazos a los recibos pagados te ayudaran a contabilizar mejor los gastos fijos. Por ejemplo: luz, agua, alquiler, colegios, etc. De igual forma, siendo conservadores se debe considerar el monto más alto de los últimos 3 meses.
4. Calcula tu presupuesto para gastos variable
Es necesario registrar aquellos gastos que no llevan recibos o facturas, y luego inclúyelos en tu presupuesto. Por ejemplo: comprar en una bodega, tomar un taxi, el pasaje de una combi, etc. Existen muchos gastos variables que pueden ser considerados fijos si frecuentemente (mensualmente) se realizan, en este concepto solo se debe considerar gastos esporádicos.
5. Determina el saldo
Calcular el saldo mensual restando los gastos fijos, variables y la meta de ahorro, del ingreso total disponible. Idealmente, el saldo debería ser positivo, ya que de esta forma puedes constituir otras reservas para compras por impulso que no hayan estado presupuestadas o en todo caso incrementar el porcentaje de ahorro; si es negativo, tendrás que revisar los gastos variables para encontrar en dónde puedes ahorrar.
6. Revisión permanente del presupuesto
Es importante revisar periódicamente tu presupuesto para hacer los ajustes pertinentes, sin que se pierda de vista la intención del ahorro para alcanzar tus metas. Cada vez que se haga presente la tentación de hacer un gasto impulsivo que se encuentre fuera de tu presupuesto, recuerda tu meta, es decir, lo que estás a punto de alcanzar con esfuerzo y disciplina y finalmente, conservar los comprobantes de tus compras para saber cuánto has gastado.
Finalmente, no debemos valorar estos conceptos, solo cuando las deudas y los gastos llegan a descontrolarse, cuando se pierde el trabajo y no hay ahorros. Este es el momento adecuado para detenerse a reflexionar qué se hace con el dinero, mañana podría ser demasiado tarde.
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