La difícil situación que atraviesa el país y la falta de atención de la familia pueden hacer que los abuelitos caigan en depresión muy rápido. Las primeras señales son tristeza recurrente acompañada de dificultades para dormir, falta de apetito y problemas gastrointestinales.

“El aseo personal también podría pasar a un segundo plano, seguido del aislamiento, pensamientos negativos, irritabilidad y mal humor”, explica el psicólogo Carlos Orosco. Para evitar que sufra estos problemas:

- Ofrécele actividades diarias.
Es importante que el tenga rutinas. Por ejemplo, reunirse con otras personas de su edad para conversar o caminar. Existen programas de danza, pintura, música, yoga o tai chi para ellos.

- Dale una dieta adecuada.
Recuerda sus limitaciones de acuerdo a su edad, ayúdalo y prepárale una alimentación especial.

- Estimula sus recuerdos.
Fomenta que tu hijo se acerque a su abuelito para que le cuente historias de la familia y del pasado.

- Dale calidad de vida.
Inclúyelo en las salidas de la familia, retribúyele el cuidado y amor que te dio cuando eras niño.

- Visita al especialista.
El ancianito debe ir al psicólogo por lo menos una vez al mes para que este pueda evaluar y entender cuál es la causa de la depresión y darle psicoterapia.

SABÍAS QUÉ: La familia debe capacitarse para reconocer los cambios que genera la depresión en el y poder ayudarlo.

Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por , , y puedes suscribirte a nuestro newsletter.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC