
Muchos piensan que ser veterinario es solo tener una clínica. Pero nuestro rol va mucho más allá. Cuidamos la salud de los animales, sí, pero también protegemos a las personas.
Vigilamos que los alimentos estén sanos, prevenimos enfermedades que podrían afectar a comunidades enteras y estamos presentes donde casi nadie nos ve.
Las enfermedades más devastadoras que ha vivido la humanidad vinieron de animales, y en cada una hubo un veterinario trabajando en silencio.

Los fármacos, vacunas y tratamientos que hoy salvan vidas humanas pasaron antes por animales. Y ahí también estuvimos nosotros.
No solo curamos mascotas: somos parte clave de la salud pública, del equilibrio ambiental, de One Health, una sola salud porque todo está conectado.
Aunque no siempre se reconozca, ahí estamos. Firmes. Porque elegimos cuidar la vida en todas sus formas, con ciencia, empatía y convicción.