La buena formación de los hijos empieza desde que nacen y requiere de normas firmes. El problema es: ¿cómo podemos establecer límites sin recurrir a los gritos? “Las madres y padres relacionan marcar límites con severidad o ejercer actitudes violentas y no es así. En su lugar se debe generar un ambiente lleno de diálogo y confianza. Para ello, los progenitores deben saber manejarlo, conversar y explicar para corregir de forma adecuada”, señala la psicóloga Verónica Sánchez.
La especialista brinda cinco claves que te ayudarán a poner límites sin gritos:
1. SIN VIOLENCIA. Hacerlo solo pondrá más agresivo al niño o este desarrollará temor hacia los padres. Es indispensable mantener la calma para poder generar un correcto espacio de diálogo.
2. ESCUCHA AL NIÑO. No hagas un monólogo, es importante que escuches a tu retoño para que analices el porqué de su comportamiento y le expliques qué es lo correcto y qué está mal.
3. SÉ COHERENTE. También tienes que ser un ejemplo y reflejar las buenas conductas porque el chico observa todo y repite.
4. ESTABLECE REGLAS CLARAS. Habla con tu retoño y déjale bien clarito cuáles son las reglas y normas del hogar que debe respetar y seguir al pie de la letra. Esto evitará malentendidos o frases como: ‘No sabía, papá’.
5. RECOMPÉNSALO. No solo es corregir las malas conductas de los hijos, sino también se debe estar atento cuando realicen buenas acciones.
Sabías que...
Recuerda que la labor como madres y padres es lograr un equilibrio entre mantenerse firmes y dar autonomía para conseguir un desarrollo integral de nuestros niños.
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¿Por qué mi hijo pequeño dice lisuras y qué tan grave es esta conducta?
¿Quién no ha escuchado alguna vez decir a su hijo una grosería? Desde los tres años los niños son como esponjas que absorben cualquier información, conducta o palabra. A diferencia de los adultos, los pequeños no saben el verdadero significado o intención de esas ‘palabrotas’ o ‘lisuras’. Entonces, ¿debería preocuparnos esta actitud? Y lo más importante, ¿cuál es la forma adecuada de corregir?
“Los chicos dicen groserías porque quieren sentirse importantes y las repiten sin parar porque ven que genera emociones en ti (molestia o risas). No saben su significado, entonces no lo hacen para lastimar. Es algo normal en el desarrollo de los chicos”, comenta el psicólogo Ítalo Arrúe.
El especialista en terapia conductual comparte estos tips para resolver el asunto de forma inteligente:
1. Solo ignóralo
No te rías, ni celebres esa conducta porque creerá que es divertido y la repetirá. Tampoco lo humilles o hagas un escándalo. Recuerda que es parte normal de su desarrollo.
2. Explícale su verdadero significado
En lugar de gritar, explícale el significado de esas lisuras o insultos y cómo lastimaría a la persona que se las dice.
3. ¿Lo hace cuando está enojado?
Presta atención en qué momento las dice. Si las grita o vocifera cuando está molesto, muéstrale otras formas de descargar su malestar.
4. Pregúntale dónde las escuchó
Esto es súper importante si quieres que la situación no se repita. Averigua dónde escuchó esas palabras. Revisa qué programas o redes está viendo o si un familiar las dice.
5. ¿Qué tanto hablan lisuras en casa?
Si en casa hablan lisuras o groserías de forma seguida, obviamente tu hijo las repetirá. Evalúa cómo te estás comunicando. ¿Con qué moral regañarías a tu hijo por decir lisuras o insultos si tú mismo las dices?
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