Hace unos años, los especialistas en la salud mental aseguraron que el estrés se convertiría en la enfermedad del siglo. El insomnio, la irritabilidad, el cansancio excesivo y otros síntomas se han convertido como el pan de cada día de las personas. ¿Y qué se puede hacer si vivimos en un mundo tan acelerado y exigente?
“¿Sabías que el estrés crónico puede estar afectando tu cuerpo de formas que ni imaginas? El cortisol, la hormona del estrés, es clave para la supervivencia, pero cuando se mantiene elevado por demasiado tiempo puede causar efectos inesperados”, señala la doctora PhD Miryam Al-Fawal.
Pérdida de memoria y “niebla mental”
El exceso de cortisol afecta el hipocampo, la parte del cerebro responsable de la memoria. ¿Sientes que te olvidas de las cosas o estás con la mente dispersa? Puede ser el estrés.
Antojos incontrolables por comida ultraprocesada
El cortisol desregula la insulina y provoca deseos intensos de azúcar, carbohidratos y grasas para obtener energía rápida.
Insomnio, pero agotamiento extremo
Tu cerebro entra en un estado de alerta constante, te cuesta dormir, pero al mismo tiempo te sientes sin energía todo el día.
Caída del cabello y envejecimiento acelerado
El cortisol elevado afecta la producción de colágeno y el ciclo capilar, provocando adelgazamiento del cabello, piel apagada y arrugas prematuras.
Dolores musculares y tensión crónica
El cuerpo permanece en modo “lucha o huida”, generando contracturas musculares, rigidez en cuello y espalda, e incluso inflamación articular.
Sistema inmune debilitado
El cortisol inhibe la respuesta inmune, haciéndote más propenso a resfriados, infecciones y enfermedades autoinmunes.
¿Cómo revertir estos efectos?
♥Regulando tu sistema nervioso con técnicas de recableo.
♥Reduciendo el estrés con ejercicios de respiración y movimiento.
♥Creando nuevos hábitos que ayuden a equilibrar tu cerebro y cuerpo.
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