
El parque automotor aumentó en los últimos años, y la educación vial no existe en nuestro país. Muchas personas que transitan por la ciudad tienen que aguantar la bulla de los parlantes de los ambulantes y el ruido ensordecedor de los carros. Esta situación pueden generar estrés, ansiedad, trastornos del sueño, pérdida auditiva, problemas cardiovasculares, entre otros males.
La doctora Valerie Pavlovich Ruff, audióloga de Cleveland Clinic nos explica los problemas que puede generar a nuestra salud la contaminación sonora.
¿Qué es la contaminación sonora?
La contaminación sonora, también conocida como contaminación acústica, se refiere a la presencia de niveles de ruido elevados y persistentes en el ambiente que afectan negativamente la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas. Este tipo de contaminación no deja residuos visibles, pero su impacto en la salud puede ser tan perjudicial como el de otros contaminantes ambientales.
El ruido es considerado contaminación cuando supera los niveles aceptables para el oído humano y se convierte en un factor estresante que interfiere en las actividades cotidianas, como dormir, estudiar, trabajar o simplemente disfrutar del silencio. En general, se clasifica como contaminación sonora cuando los niveles de ruido superan los 65 decibelios (dB) durante el día y los 55 dB por la noche, según estándares internacionales.
¿Qué problemas a la salud puede generar?
Problemas psicológicos:
Estrés y ansiedad: El ruido constante activa el sistema nervioso simpático, aumentando los niveles de cortisol, lo que genera una respuesta de estrés crónico. Esto puede manifestarse como irritabilidad, insomnio o dificultad para relajarse.
Trastornos del sueño: Incluso ruidos moderados pueden interrumpir los ciclos de sueño. La falta de sueño reparador afecta la concentración, el estado de ánimo y la salud general.
Dificultad cognitiva en niños: En entornos ruidosos, los niños pueden experimentar problemas de atención y aprendizaje, afectando su desarrollo educativo y emocional.
Problemas físicos:
Tinnitus: La exposición a ruidos intensos puede causar tinnitus, una percepción persistente de zumbidos o pitidos en los oídos sin una fuente externa.
Problemas cardiovasculares: Los niveles elevados de ruido se han asociado con un aumento en la presión arterial, frecuencia cardíaca elevada y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos.
Alteraciones metabólicas: El ruido crónico puede influir en la regulación del azúcar en la sangre, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas como diabetes tipo 2.
Pérdida auditiva inducida por ruido (NIHL): La exposición a ruidos superiores a 85 decibelios (dB) puede dañar las células ciliadas del oído interno. Este daño es acumulativo y permanente, afectando la capacidad para oír frecuencias altas inicialmente, y eventualmente impactando una gama más amplia de sonidos.
¿Hasta cuántos decibeles llega una claxon?
Un claxon de vehículo estándar emite sonidos que varían entre 90 y 110 decibelios (dB), dependiendo del modelo y el diseño. Los camiones grandes y vehículos comerciales pueden alcanzar incluso los 120 dB, un nivel que entra en el rango de ruido que puede dañar el oído humano si se está expuesto durante más de un breve momento.
Para poner esto en perspectiva:
- 85 dB: Umbral de riesgo de daño auditivo si se mantiene la exposición durante períodos prolongados.
- 120 dB o más: Nivel que puede causar dolor físico inmediato y daño auditivo con una exposición breve.
Consecuencias de la contaminación sonora
Pérdida auditiva: La exposición repetida a ruidos fuertes daña las células sensoriales del oído interno, provocando pérdida de audición progresiva. Una vez dañadas, estas células no se regeneran.
Problemas cardiovasculares: Los estudios han demostrado que vivir en áreas con altos niveles de ruido ambiental aumenta el riesgo de hipertensión y enfermedades del corazón. El ruido constante eleva el estrés y desencadena respuestas físicas adversas.
Impacto en la salud mental: La contaminación sonora prolongada puede contribuir a la ansiedad, depresión e irritabilidad crónica. También puede aumentar el riesgo de trastornos relacionados con el estrés.
Alteración del rendimiento cognitivo: En ambientes ruidosos, como oficinas o aulas, las personas pueden experimentar una reducción en su capacidad para concentrarse y aprender, especialmente en niños.
Alteraciones del sueño: Incluso si no despierta a las personas, el ruido nocturno puede interrumpir los ciclos normales de sueño profundo, lo que lleva a fatiga, irritabilidad y disminución del rendimiento diurno.
Consejos del experto
Evitar el uso innecesario de claxon: es una fuente importante de ruido. Usarlos solo en situaciones estrictamente necesarias puede ayudar a reducir el impacto sonoro en el entorno.
Promover el mantenimiento adecuado de vehículos: Un motor en mal estado o el uso de silenciadores dañados aumenta el ruido emitido por los vehículos. Es esencial realizar revisiones técnicas periódicas para mantenerlos en condiciones óptimas.}
Uso de ventanas antirruido o doble acristalamiento: En áreas urbanas como Lima, donde el tráfico es una fuente constante de contaminación acústica, instalar ventanas que bloqueen el ruido externo puede ser una solución efectiva para hogares y oficinas.
Evitar actividades ruidosas durante la noche: Fomentar horarios de restricción para actividades ruidosas, como construcciones, eventos masivos o ensayos de bandas musicales, que respeten el descanso nocturno.
Usar protectores auditivos: En trabajos o situaciones de exposición prolongada a ruidos altos, como fábricas, conciertos o zonas de construcción, es vital usar tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido.
Plantar árboles y vegetación en espacios públicos: En áreas urbanas, los árboles pueden actuar como barreras naturales contra el ruido. Promover la arborización en ciudades peruanas ayuda tanto a mitigar la contaminación sonora como a mejorar la calidad del aire.
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