Dicen que antes de aprender a caminar, Alan Espinoza (40) ya jugaba fútbol. Compartió colegio y la cantera de Alianza Lima con Paolo Guerrero y Jefferson Farfán. Y desde este año da clases gratuitas a niños y niñas del Rímac, a través de su ONG ‘Formando talentos: Primero, buenas personas’.
Alan, eres el ángel futbolero del Rímac...
No es tanto así, ja, ja, ja. Solo trato de apoyar el talento de los niños que se inician en este deporte y que se integren socialmente mientras entrenan.
¿Siempre quisiste ser futbolista?
Desde que tengo uso de razón. Cuando tenía cinco años me escapaba de la casa para jugar pelota. Y a los 10 años ingresé a las canteras de Alianza Lima.
Entonces compartiste cancha con Guerrero y Farfán...
Claro, son mi ‘promo’ de la categoría 84 de Alianza Lima. Cerca de 8 años jugué con ellos. Incluso hemos estudiado juntos en el colegio Los Reyes Rojos de Barranco, porque Alianza nos becó.
¿Alguna anécdota?
Las clásicas pichangas del colegio porque todos querían hacer equipo con nosotros. Éramos los populares del colegio. Las caminatas hasta el estadio Unión de Barranco, cuadras y cuadras por la Av. Grau tramando en hacer chacota y riéndonos de las travesuras que cometíamos.
¿Eran solidarios o querían figurar?
Súper buenas personas y dispuestos a ayudar. Hasta ahora mantenemos comunicación y cuando se puede, nos juntamos a ‘pichanguear’. Siempre tenemos nuestra reunión de fin de año que es sagrada, Paolo y Jefferson siempre se acuerdan de su promoción, nos invitan a la celebración de sus onomásticos.
Tú te inclinaste por algo más social...
Mira, yo vengo de una familia humilde, hemos pasado necesidades, yo sé lo que es jugar con zapatillas rotas. Gracias a Dios para llegar a Alianza no pasé por academias previas, fue gracias a mi talento. Por eso tuve la necesidad de enrumbar este lindo proyecto.
Y así nació la ONG ‘Formando talentos: Primero, buenas personas’...
Es que cuando era ‘chibolo’ veía como otros niños se quedaban en el camino por falta de apoyo. Si yo tuve ayuda del equipo, creo que me corresponde brindar esa misma ayuda a otros chicos sin recursos. Tuve al señor Constantino Carvallo como un ejemplo de vida, por su labor educadora y social.
Como bien dicen, hay talento pero no apoyo...
Efectivamente. Perú tiene talento de sobra, pero falta más compromiso de las autoridades, que incentiven el deporte en los colegios y distritos.
¿Llegan alumnos de varios distritos?
Actualmente todos son del Rímac, pero esperamos que en el futuro lleguen de todo Lima. Este año hemos empezado este sueño y ya tenemos más de 60 niños y niñas, entre 5 y 12 años. También hay un niño con autismo y es el más entusiasta de todos.
Se necesita mucha paciencia...
Paciencia, buen humor y bastante creatividad.
¿Cómo los motivas?
La actitud es lo primero, hay que impulsarlos a que confíen en ellos mismos. Se la tienen que creer. A veces les cuento las historias con Paolo y Jefferson para que sueñen que pueden ser grandes futbolistas como ellos.
¿Quiénes más integran esta cruzada futbolera?
Los profesores Jairo Miranda, Jhon Montalvo y Víctor Masías. Nos repartimos los trabajos los miércoles y sábados. También hemos recibido donaciones de las empresas Globaltec SAC, Masta SAC, Estudio contable Palomino, Gallo y Frío Gen Servicios SAC , como chalecos de fútbol, pelotas, materiales de trabajo y polos de entrenamiento. Y los amigos del barrio que tienen un enorme corazón también nos han apoyado para cubrir el presupuesto del primer mes.
Un poco de fútbol...
Según tu experiencia, ¿por qué nuestros jugadores no rinden bien?
En Perú sobra talento pero si desde niño no hay buena alimentación, formación y disciplina, luego nos enfrentamos a jugadores de otros países con mejor estado físico y mental. Por eso, es clave formar desde niños, sobre todo en la alimentación.
¿También te dolió que Ricardo Gareca se vaya a la selección de Chile?
La verdad es que no, trabajo es trabajo. Si le convenía Chile, pues tuvo que irse.
¿Crees que con Fosatti cambiará la situación?
Esperemos que todo vaya bien, pero creo que depende de los jugadores.
Para ti, ¿vamos al mundial o no?
Lo último que se pierde es la fe, solo estamos a cuatro puntos del repechaje y falta media eliminatoria.
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