El efecto positivo del arte en el cerebro humano ha sido confirmado por una investigación neurológica que concluye que son altamente recomendables las actividades artísticas para todos, aunque con especial énfasis en adultos mayores.
Y es que si se trata de pintar o asistir a exposiciones, el arte hace bien a las personas. En tal sentido, se afirma que nuestros cerebros están realmente diseñados para disfrutar del arte y quienes lo practican tienen cerebros más desarrollados que las personas que no lo hacen. Es por eso que el estudio reciente, que encontró que desarrollar actividades artísticas en realidad mantiene el cerebro sano, no es ninguna sorpresa.
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¿Cómo fue el estudio científico sobre el arte y el cerebro?
Científicos del Hospital de la Universidad de Erlangen, en Alemania, realizaron un estudio sobre hombres y mujeres que se jubilaron recientemente en ese país.
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Los investigadores hicieron que 14 hombres y mujeres, todos de entre 62 y 70 años, se inscriban en talleres de arte, mientras que otro grupo de 14 tomó simplemente una clase de apreciación del arte. Las dos clases duraron un período de más de 10 semanas. Antes de que comenzara el experimento, los participantes todos tomaron una prueba que mide la ‘capacidad de recuperación emocional’. También les realizaron estudios del cerebro.
¿Qué concluyó el estudio científico sobre el arte y el cerebro?
Al final del período del experimento, llevaron adelante una serie de pruebas y más exploraciones, cuyos resultados fueron publicados en la revista académica PLoS ONE. Según las conclusiones de los científicos, hubo “una mejora significativa en la capacidad de recuperación psicológica” entre los que se matricularon en las clases de dibujo y pintura, lo que no se evidencia en la mayoría de quienes aprendieron a apreciar el arte. No es un secreto que la expresividad puede dar a la gente relajación, les proporciona fuerza, y posteriormente los hace más ‘psicológicamente resistentes’.
Un resultado más fascinante es que, la exploración de la clase de arte también reveló mejor ‘interacción efectiva’ entre un área del cerebro asociada con las funciones cognitivas como la introspección, el autocontrol y la memoria.
Esta misma área del cerebro es cada vez menos activa con la edad, por lo que también existe la posibilidad de que el arte podía frenar, revertir o incluso detener la decadencia.