Cuando una pareja está enamorada se nota, pero cuando su relación está a punto de terminar se nota aun más. Y asumir ese proceso es complicado, por lo que muchos prefieren vivir con la venda en los ojos y seguir creyendo que su romance va viento en popa; aunque claramente sea todo lo contrario.
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“Muchos tienen los indicadores ahí y simplemente no quieren aceptar el fin de la relación. Les cuesta terminar porque socialmente se vería como un fracaso. Las parejas que tienen esas señales en sus narices y las pasan por alto viven en constante conflicto”, comenta el psicólogo Italo Arrúe.
Existen complejos y prejuicios muy fuertes en torno a las separaciones, sobre todo si hay hijos de por medio. Muchas parejas ya perdieron el interés en su relación y solo sobreviven juntos por la excusa de la ‘unión familiar’.
El especialista en salud mental comparte cuatro conductas típicas de una relación que se está hundiendo:
- Prefieren estar en el trabajo y no en casa. Buscan cualquier pretexto para estar más tiempo fuera porque quieren evitarse.
- Se olvidan de fechas importantes y de dar algún detalle. La indiferencia y desgano priman en esa relación.
- Abundan las faltas de respeto. Pelean más seguido que antes y siempre están a la defensiva. Explotan con facilidad.
- Hay cero complicidad sexual. Y tampoco hablan al respecto, simplemente se acostumbraron a no tener intimidad.
DATITO
A menudo, son familiares y amigos los primeros en notar esos cambios en la relación. Si los comentarios son cada vez más recurrentes, no los tomes tan a la ligera.
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