Quizás no se han dado cuenta, pero la comida muchas veces la relacionamos con nuestro estado de ánimo. Si estamos felices o tristes vamos en busca de algo sabroso y sin darnos cuenta consumimos porciones que están demás para nuestra dieta. Según los expertos, la comida va de la mano con un tema psicológico, que se relaciona con la protección y el amor que nos da nuestra madre. Cuando nos sentimos estresados o con ansiedad aparece la sensación de vacío y queremos un alimento.
La nutrióloga Mauret Rojas de Laviafit comenta que esta relación se inicia desde que nacemos y la relacionamos la comida con la protección y el amor que nos da mamá. De adultos continuamos buscando estas sensaciones al enfrentamos a situaciones de estrés. Es por eso, que muchas personas comen por emoción, para llenar un vacío o algún tipo de hambre que no es física.
La especialista aconseja disfrutar de todo tipo de comida que es parte del balance de una vida feliz y nos recuerda que una noche de hamburguesas no nos hará subir de peso o si comemos una ensalada no nos hará bajar al otro día.
Por lo tanto, no tienes que sufrir tratando de compensar haciendo ejercicios en el gimansio o comiendo lechuga por una semana. Es importante encontrar el balance, eso ayudará a hacer las pases con los allimentos.
Aprender a distinguir entre el hambre emocional y el hambre físico, pues es uno de los pasos más importantes para sanar esta relación.
CUATRO CLAVES PARA MEJORAR TU RELACIÓN CON LA COMIDA
1.- Come lento y saborea
Comer lento nos ayuda a disfrutar más los alimentos. A su vez, también nos ayuda a escuchar las señales de saciedad de nuestro cuerpo. Date un tiempo para comer sin prisa y disfrutar la comida.
2.- No tienes que compensar
Puedes disfrutar de todos los alimentos de manera consciente sin culpabilidad. No es necesario salirte a correr 10 kilómetros por haber cenado tarde un domingo.
Un día de ensaladas no te va a bajar de peso, asi como comerte algo rico de vez en cuando no te hará subir.
3.- Distingue entre hambre física y emocional
Hambre emocional:
Un antojo específico.
Se presenta de la nada.
Te da momentos de aburrimiento, tristeza o felicidad.
Sientes ansiedad.
Hambre fisica:
Se va generando a largo de las horas.
Pudieras comerte cualquier cosas que te sirvan.
Desaparece cuando quedas satisfecho.
4.- Deja el vacío de todo o nada
En ocasiones, las personas que inician el día con un desayuno fuera de su balance deciden seguir comiendo y lo hacen durante el resto del día. El resultado suele ser malestar y remordimiento.
Mejor disfruta de este alimento, pues te estas dando la oportunidndad de comer y continúa con tu alimentacón habitual durante el resto del día.
Te puede interesar:
Deportista: Por qué es importante tener una buena alimentación