
¿Sabias que la hipertensión arterial y el sobrepeso comparten malos hábitos de alimentación que si los corriges a tiempo nunca los presentarías y si ya las tienes podrías eliminarlas?
Hablamos en principio del sodio presente en la sal que acompaña a muchos de los platos más deliciosos a los que nos enfrentamos, pero cuando llega al aparato digestivo y después a la circulación general, jala demasiada cantidad de agua y con esto una gran retención de líquido. Incrementando el volumen de sangre que bombea el corazón, así como la presión arterial.

El resultado es similar cuando estamos buscando perder algunos kilos de peso y mantenemos alta la ingesta de sal en la dieta, la que se filtra muchas veces con los embutidos, frituras, embolsados, enlatados o en el menú del día a día.
Es todo un tema que nos puede costar controlarlo, pero si nos ponemos las pilas lograremos perder rápidamente peso y bajar el volumen de sangre que nuestro corazón bombea las 24 horas del día.
Como resultado final, si retiramos la sal de nuestra alimentación, vamos a poder controlar el peso y la presión arterial.
¡Hagan la prueba!
