Seguro has escuchado la conocida frase: “desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como mendigo”. Es muy cierta, las comidas nocturnas abundantes suelen incrementar el nivel de azúcar en la sangre, provocar indigestión y alterar el sueño.
Esto no significa que no comerás nada en la noche, si no que tendrás que elegir qué cosas consumir. Por ejemplo, puedes prepararte una ensalada de verduras con un trozo de pollo a la plancha. O tal vez optar por un vaso de yogur con una fruta. Hay muchas opciones saludables.
Los nutricionistas recomiendan cenar al menos dos horas antes de ir a dormir y evitar los siguientes alimentos en la noche:
CARNES ROJAS. El cuerpo no puede descansar ya que sigue trabajando con mayor esfuerzo para poder digerirlas. Exclúyelas de tu cena, déjalas para el almuerzo.
PASTAS. Son una delicia pero ingerir carbohidratos para dormir no es una buena idea, porque es un alimento muy energético. Dificultará la digestión, incluso puede provocarte un dolor estomacal.
CEREALES. Muchos piensan que un bol de cereal con leche es la cena perfecta, error. Su alto contenido en azúcares y carbohidratos aportan la energía que no te hace falta para relajarte y coger el sueño.
CHOCOLATE. Contiene estimulantes como la teobromina que impiden conciliar el sueño.
HELADO. Por su alto contenido de leche y azúcar, no permiten un sueño placentero e influyen considerablemente en el aumento de peso.
Frituras. La combinación de sal, grasa e hidratos de carbono que aportan estos alimento pueden resultar demasiado fuerte para tu estómago durante la noche.
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