No es temporada de circo, pero los algodones de azúcar y la manzana acaramelada nunca faltan en Comas, Lima Norte. Eso gracias a don Celso Valderrama (66), quien pasea por las calles de este distrito vendiendo estos deliciosos productos. Grandes y pequeños lo persiguen al escucharlo gritar: ‘¡Algodones y manzanita acaramelada!’.
¿Cuántas cuadras camina para vender sus productos?
No llevo la cuenta, pero camino desde el mediodía hasta las 6 de la tarde. Es un montón, una vez me recorrí casi toda la avenida Trapiche.
Los niños reclaman...
Aunque no lo creas, los adultos son los que más me compran. Se ponen nostálgicos y se acercan por el algodón o la manzana acaramelada. Se van felices.
¿Le compran tanto como en época de circos?
No tanto, pero tampoco vendo poco. A la gente le gusta endulzar sus tardes y verme con estas delicias es una rica tentación.
¿Usted mismo los prepara?
Sí, los hago al regresar a casa o en las mañanas, muy temprano.
¿Cómo aprendió?
Todo este negocio lo conocí por una señora a la que ayudaba a vender en El Agustino, durante la época de circos. Antes de venir a vivir a Comas, le pedí que me enseñe todo y ella, amablemente, me mostró cómo preparar estos productos.
¿Tiene nietos?
Sí, ellos se abalanzan sobre mí para comer mis dulces, yo trato de frenarlos para que no abusen (risas), pero me hace feliz que les guste mi trabajo.
¿Qué hace en sus ratos libres?
Le dedico mi vida a Dios, voy a misa cuando termino de vender. No puedo faltar a la oración.
¿Por dónde lo encontramos?
Estoy en las urbanizaciones ubicadas alrededor de la avenida Trapiche, en Comas. Me escucharán gritar ‘¡Algodón y manzanita acaramelada!’. (Michael Livia)
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