En tiempos de redes sociales, la actuación es el arte de los valientes. Muchas veces el personaje se traslada a la vida real, pero en medio de todo surgen seres humanos que eligen transitar por el lado correcto, siendo felices y auténticos. La actriz Valentina Saba está en el grupo de los que apuestan por sus sueños sin pisotear a nadie. La popular Valentina Montes de la telenovela es una chica valiente que va contra la corriente de los de su generación

Ella es una chica con la sonrisa bonita y el alma que parece resplandecer. Sin apuros, con calma y buena predisposición, Valentina Saba, la actriz que representa a una jovencita rebelde y libre en la telenovela ‘Nina de azúcar’, está sentada frente a nosotros, con unas ganas enormes de conversar y contarnos su vida más allá de las cámaras y luces...

¿Es lo mismo actuar que mentir?

Es un arte sincero, conectándonos con nosotros mismos, representando una situación real.

¿Pero te es más simple engañar?

No me sale.

¿Te descubren?

Mi cara es paupérrima para hacerlo. Si quiero usar la actuación en mi vida cotidiana me sale muy mal.

¿En serio?

Me pongo nerviosa.

Otros podrían sacar provecho de ese talento...

No emplear mi arte en beneficio propio es un acto de honestidad.

Podrías llegar tarde a una reunión y disculparte por el tráfico...

Tampoco. No creo en las mentiritas piadosas.

Valentina Saba habla de su carrera en la actuación: “Es un acto de valentía”

¿Es linda tu carrera?

Creo que todos deberían llevar un curso de actuación, te confronta con lo que quieres y eres.

¿Ser actriz es un acto de rebeldía?

Más bien de valentía.

¿Por qué lo dices?

Tienes muchos ‘no’ como respuestas. Un día estás arriba, al otro nadie se acuerda de ti.

¿Así de extremo es?

Hoy me piden fotos, pero han pasado meses que nadie en la calle me ha saludado.

En tu mejor momento de popularidad, ¿no te ‘mareas’?

Me sorprende...

Valentina Saba: En la actuación un día estás arriba y otro abajo (Foto:  TROME / Allengino Quintana)
Valentina Saba: En la actuación un día estás arriba y otro abajo (Foto: TROME / Allengino Quintana)

¿Te reconocen de inmediato?

En la telenovela ‘Maricucha’, mi personaje andaba bien peinado, maquillado y usaba tacos.

¿Y en tu vida diaria?

Ando en buzo, polos largos, moño, camino en chancletas y, a veces, sin zapatos.

¿Cómo reacciona la gente?

Me preguntan si soy la de la novela y que creían que era más alta.

Cuando te acercas a pagar en un supermercado, ¿qué escuchas detrás tuyo?

A veces, alguien que dice: ‘Qué bonita es’ o en otra ocasión alguien que no se anima a pedir una foto o la que manda a otra, y algunos que se preguntan si soy la actriz.

¿Los dejas con la duda?

Les digo: ‘Soy yo, hola’ y me tomo las fotos.

¿Y qué te gritan en la calle?

‘¡No le rompas el corazón a Bruno!’ o ‘¡Quédate con él!’.

¿Te cuesta desprenderte de un personaje?

Más me pasa en el teatro, a veces empleo palabras de ellos y que no son mías.

¿Una crítica divertida a tu papel en ‘Nina de azúcar’?

Como la chica que represento es engreída, mi hermana me dice: ‘Tú no estás actuando, ja, ja’.

¿En verdad lo eres?

Cuando me enfermo pido comida a la cama, cafecito, pero no tanto, porque debo hacer las cosas de mi casa.

¿Tus responsabilidades en el hogar?

Tengo dos perros y a veces son tres, todos adoptados. En pandemia, en casa de mi papá llegamos a tener once.

Eres una petlover...

Así es.

¿Ellos son más fieles que los hombres?

Creo que son más leales que el ser humano.

Sobre todo en estos tiempos complicados...

Estamos dejando pasar muchos valores, el respeto y empatía por el otro.

¿Un ejemplo?

Estaba viniendo a grabar y la luz del semáforo estaba en verde, había una combi a mi lado y de pronto se bajó una persona...

¿Qué hizo?

Me gritó: ‘Se cayó algo’ y obviamente me detuve.

¿Qué era?

Nada, lo hizo para estacionarse y que la gente cruce para que suba a su combi. Eso es engañar. Mintió sin importarle si estaba perjudicando a otro...

En un país machista como el nuestro, ¿te atacan por ser mujer cuando manejas?

Lo hago muy bien, lo pueden decir mis compañeros y familiares.

¿Papeletas?

Cero, nada de coimas.

¿Respetas los semáforos?

Sea la hora que sea, no cruzo si está en luz roja. Igual cuando camino, así no pasen autos, no avanzo.

Qué otras ocupaciones hay en casa...

Me encanta cocinar y comer.

¿El plato que mejor te sale?

Arroz con pollo.

¿Tu secreto?

Preparar todo junto y como me gusta masacotudo le echo más agua para que tome esa forma.

¿Algo que evitas en los quehaceres?

Prefiero lavar platos que la ropa.

¿Qué más?

Me encanta aspirar, pero no barrer.

Valentina Saba tuvo complejos por su cuerpo (Foto:  TROME / Allengino Quintana)
Valentina Saba tuvo complejos por su cuerpo (Foto: TROME / Allengino Quintana)

¿Te gusta mirarte y decir: ‘Qué linda’?

Hoy te digo que sí.

¿Antes?

De adolescente fui muy recatada como todas las mujeres que nos ponen exigencias a nuestros cuerpos y nos meten en moldes que nos obligan a respetar.

Continúa...

Siempre fui flaca y de chiquita ¡qué no me han dicho!

Por ejemplo...

Que mis piernas eran palitos de chifa, que mi cabeza era más grande que mi cuerpo y que parecía un chupete.

Ahora te consideran muy guapa...

Y yo me siento así. Lo más importante siempre será lo que decimos nosotros mismos.

¿Vas a la playa y te pones tu bikini sin problemas?

Claro, y la gente que se ponga lo que desea usar, nadie tiene derecho a burlarse.

Gracias por estas confesiones...

Un gran abrazo a todos ustedes.

Sin buscar la frase altisonante, solo respondiendo a corazón abierto, Valentina ha dejado que sus palabras fluyan como un río. Ella parece ir por la ruta del gran filósofo inglés Francis Bacon: ‘Quien no teme a la verdad, no tiene por qué temer a las mentiras’.

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC