En este mundo imaginario que se ha levantado en medio del distrito de Barranco, donde cada personaje es interpretado por actores diferentes, ella pasa en medio de todos regalando una sonrisa. Es su sello que la acompaña mientras camina y también cuando saluda. Acá, Marisa Minetti es anfitriona, la que va conociendo cada rincón del lugar y hemos elegido la cocina para sentarnos a charlar.

Marisa, teniendo esta escenografía, me animo a preguntar: ¿Cocinas?

Aprendí a preparar ají de gallina y lo comía en Argentina.

¿Te sale bien?

Muy bueno, pero después nada más.

¿Cero con otros potajes?

Nunca me llamó la atención.

¿Te impresiona que un chico te cocine?

No y yo lo puedo hacer también, mirando un tutorial.

Eres una mujer de hoy.

Me he dedicado a trabajar.

¿Desde qué edad?

A los 14 años estaba en una tienda envolviendo regalos, también fui cajera en un supermercado.

En casa no te dijeron: ‘Solo dedícate a estudiar’.

A los 16 mi mamá me comentó: ‘Si vas a empezar la facultad, cómo vamos a pagar la universidad’.

¿Y cuándo apareció la actuación?

Un amigo me invitó a un casting de una marca de cerveza y ahí empezó todo.

¿Te sientes buena actriz?

Estoy más segura y madura actoralmente hablando.

¿Algún defecto?

Tímida.

¿Una argentina puede tener esa ‘cualidad’?

Recuerda que también tengo sangre peruana.

Tienes del Río de la Plata, del Perú y hasta italiana por tu mamá. ¿Qué heredaste de tu viejita?

A veces renegona.

¿Qué te pone de mal humor?

La impuntualidad, también la falta de consideración cuando no llegas a una reunión ya pactada y no avisas.

¿Algo más?

Impulsiva.

¿Te incomodaría si a un ‘pata’ le brindas amistad y se confunde?

Si, porque soy de abrazar y lo toman como algo raro.

¿Te pasa?

Me escribió alguien: ‘Me encantó que me abrazaras’.

¿Qué respondiste?

Que soy así con todos.

Sin vueltas...

Me sale lo italiano, criollo y todo lo demás.

Marisa Minetti no perdonaría una infidelidad

Con ese carácter, creo que no perdonarías una infidelidad.

No y tampoco me tocó uno que lo haga.

Esos sí que son exclusivos.

Me han tocado coquetos. Hombres confundidos.

¿Y cómo has reaccionado?

Les digo: ‘La verdad que mucho gusto, no quiero perder el tiempo’.

¿Eres de poner las cosas en su lugar sin medias tintas?

A medida que creces aguantas pocas pulgas.

¿Te gusta tu soledad?

No.

¿Te agradaría tener un conocido para salir, darse besos y lo que pueda surgir?

No es mi estilo y a quien lo hace, no lo juzgo.

Hoy es casi una moda.

Puedo ir a cenar, tomar algo y hasta ahí.

Marisa Minetti no busca amigos cariñosos
Marisa Minetti no busca amigos cariñosos

¿Descartados los ‘amigos cariñosos’?

Creo que me enamoraría. Debe ser que soy de otra generación.

¿Extrañas disfrutar de una buena compañía?

Más que un hombre a mi lado, extraño a la familia.

¿O sea?

Cuando logro algo lindo, compartir con mi mamá, pero está en España, decírselo a un marido, pero decidí separarme. Me agarra la nostalgia.

¿Es estúpido creer que por no ser madre eres incompleta?

Sí lo es, ja, ja.

¿Conclusión?

Me siento completa. Aunque a veces me entra el pensamiento: ‘¿Cómo habría sido ser mamá?‘.

Todas tus ‘pinkys’ deben repetírtelo.

Soy la madrina de sus pequeños.

O la tía preferida.

Pero esa palabra tiene dos formas de entenderse.

¿Entonces?

Que nadie se atreva a llamarme así, ja, ja.

¿Por qué?

Suena como a muchos números.

¿Te puedo preguntar tu edad?

Nooo, aunque la podrás encontrar en todas partes.

¿Te da miedo envejecer?

A veces sí.

¿Te dan pánico los achaques?

Ni los pienso, pero sí en la muerte.

¿Te harías una operación de ‘retoquitos’?

Me da miedo.

¿Tienes ganas de enamorarte?

Sí, pero de manera tranquila y en calma. Sin tanto impulso y vehemencia, sin andar pensando en el futuro.

¿Cómo sería ese galán?

Una persona sencilla, protectora, cómplice. Con quien se pueda conversar de todo. Un compañero.

¿Más detalles?

Que me haga reír.

¿Y que baile bien?

La cumbia y sobre todo el merengue.

¿Y por último?

Culto y que acepte mi trabajo.

¿Celoso?

No, a estas alturas eso no. Pero también entiendo que no debe ser fácil aceptar todo lo que uno hace como personaje de televisión.

A propósito, eres Rocío Mendoza en la telenovela ‘Eres mi sangre’...

Me está encantando hacer de mala, aunque también ella hará cosas buenas. Como somos los seres humanos en la vida: ‘Nunca totalmente malos o buenos’.

La historia transita entre desencuentros sociales y secretos ocultos...

La novela es muy social y mi personaje es una mujer sobreviviendo.

Para el final, te pido que te definas...

Soy un colibrí que está yendo y viniendo.

Gracias por tu honestidad.

Un abrazo y un gusto volver a conversar.

Sin poner cara larga o gesto adusto, puso la mejor disponibilidad para cada una de las fotos que le solicitamos. Por su manera de encarar la vida y el tiempo, trae a la mente la famosa sentencia de la escritora chilena Isabel Allende: “Las mujeres, primero que nada, queremos vivir sin miedo”. Y Marisa Minetti lo ha logrado.

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC