Estas líneas tienen todos los ingredientes para ser considerada una entrevista, pero no lo es. Es una conversación entre un hombre que goza del reconocimiento de la gente y un periodista que busca explorar su interior. , conductor de ‘Arriba mi gente’ de Latina, por estas horas integra la terna de los mejores del año que pasó y no infla el pecho. Léalo y júzguelo.

Fernando, ¿tanto cariño de la calle no hace que te sientas sobre las nubes?

No me creo nada.

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Podrías ‘sacar pecho’ por tus logros.

Nunca he tenido eso que llaman marketing personal.

Te he visto disfrazado por Halloween.

Era la primera vez que celebraba esta fiesta.

Algún colega y a la vez amigo te llamó para decirte: ‘Eres un periodista serio, no hagas eso’.

Me ha costado hacer cosas que exige un magacín, pero he pensado en que debo divertirme, entender que esto es televisión, y no en el qué dirán.

Hay gente que pudo timbrarte.

Del gremio solo a 4 gatos puedo considerar amigos y me llaman para reírse y no para criticarme.

Esta popularidad, ¿en la familia la gozan o la sufren?

A veces me avisan que la abuelita de su compañera me ve, pero también digo cosas y me aconsejan: ‘Papá, ten cuidado, que tus chistes ya no dan risa’.

Claro, les comentan tus errores.

Una vez vimos a una exvedette y exclamé: ¡Qué gorda está!

¿Y ellas?

De inmediato me aclararon: ¡Qué feo que hables del cuerpo de una mujer!

¿Qué piensas?

Reconozco que antes éramos más salvajes. Pero hoy en las redes se dicen de todo y nadie los fiscaliza. Arman un show donde si más gritas y pechas, todo será mejor.

¿En qué te cambió ser famoso?

Sigo haciendo lo de siempre, pero a veces me doy cuenta de que estoy en chancletas, short y un polo cualquiera.

¿Así eres tú?

Claro, pero mis hijas me comentan: ‘Esa señora te está grabando’. O de lo contrario: ‘Hoy te reconoce alguien y mira cómo estás’.

¿Te mides al tomarte un trago?

Nunca me van a sacar de un local con el aserrín. Tengo buena cabeza. Cuando me sube el trago, no me da por abrazar, decir te quiero o buscar la bronca...

¿Entonces?

Tengo sueño.

¿Repasas profundamente los temas a tocar en el programa?

No soy ‘chancón’. Me apoyo en mi cultura general.

¿Y cuando te hacen bailar?

Eso sí. Ensayo en mi casa.

¿Crees en Dios?

Soy bautizado en la iglesia católica, pero hace tiempo dejé el club.

¿Eso significa?

No voy a misa, no comulgo. Mi mandamiento es ser buena persona y no joder a nadie.

Es buena filosofía.

Toda religión es creada por hombres y siempre tienen fallas.

¿Políticamente?

No soy de izquierda porque no vivo como tal, pero tampoco soy de ultra derecha porque detesto todo lo que es racismo, clasismo.

Fernando Díaz mantiene una vida sana y confiesa que usa cremas

Dime tus vanidades...

Comer bien y hago deporte todos los días.

¿Qué más?

Cuido mi ‘cacharro’. De tiempo en tiempo voy a aplicarme mis cremas.

¿Las canas?

Las de la barba me las pinto, para que les baje un poco el blanco y ahora soy esclavo de ese tinte.

¿Qué es lo que jamás cargas en tus bolsillos?

Ni monedas ni dinero.

¿Adicto al celular?

Sí. Me despierto y lo cojo.

¿Te ha traído problemas?

Mi esposa se ha molestado.

¿Eres tan distraído como lo mencionas?

Tengo todos los indicios de tener TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

¿En qué lo notas?

Mi cabeza se va por momentos. Soy despistado, olvidadizo.

¿Un ejemplo?

Me fui con mi auto a realizarme unos exámenes a un laboratorio.

Continúa...

Estaba acabando las pruebas y me llama el camarógrafo para comunicarme que estaban listos para la comisión.

Correcto...

Y les dije que pasen por mí. Lo hicieron, terminamos, nos fuimos al canal, armé la nota y me fui a mi casa.

Sigue...

Bajé y no vi mi carro. Me acerqué al de seguridad para que vean las cámaras, estaba seguro de que me lo habían robado.

¿Qué te dijo?

Señor, usted ingresó con la móvil, no en su auto.

¿Y?

Recién reaccioné y me fui volando al laboratorio.

Fernando y su anécdota

¿Una más de ese tipo?

Para mi ‘luna de miel’ en Estados Unidos no llevé mis tarjetas de crédito.

Qué paciencia la de tu señora.

Cuando vamos a viajar me encierra y advierte: ‘Enfócate, vamos a hacer esto y lo otro’.

¿Se te pasan fechas importantes como la de tu matrimonio?

Aniversarios, un día especial.

¿Cumpleaños de tus hijas?

Eso nunca.

Fernando Díaz no teme salir de TV
Fernando Díaz no teme salir de TV

¿Te da miedo que esta primavera que vives en la pantalla chica se acabe?

Si levantan el programa, está bien. Asumirlo y seguir, porque la vida no se acaba saliendo de la televisión.

¿Y si te piden para volver a reportear?

Acá estamos.

¿A quién le darías el premio al mejor conductor del año pasado?

Está nominado Gonzalete y se lo entregaría, es un maestro.

¿Y Fernando Díaz?

Que siga aprendiendo y esforzándose, ja, ja.

Gracias.

A ustedes por esta conversación.

Sin vueltas, a su manera, parece cantarle a la sencillez y eso requiere mucha capacidad. Por algo Ernesto Sábato lo dijo: “Para ser humilde se necesita grandeza”.

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