La actriz Patricia Portocarrero avanza por la vida a un ritmo que cansa y satura, pero que deja sensaciones y hasta lágrimas. (Fotos: Allen Quintana)
Patricia Portocarrero

Por: Fernando 'Vocha' Dávila

Todo empezó en un acto de rebeldía. Cuando el colegio era la más importante responsabilidad de su vida. Ingresó a escena, en una obra frente a los padres de familia y se explayó más de lo programado.

Habló mientras que sus profesoras y compañeros pedían desesperados que salga de la tarima, pero como los espectadores reían, siguió y desde entonces no paró. nunca dejará de ser claun, pero también es la actriz que provoca carcajadas y la protagonista de la película ‘Intercambiadas’, estrenada en la semana.

Vas manejando y un imprudente se cruza en luz roja, ¿cuál es tu reacción?
Bajo la luna y le mento la madre.

Si es al revés y te gritan: ‘Mujer tenías que ser’.
Le respondo: ‘Como la que te parió’.

Eso quiere decir que te estresas manejando.
No, me relajo.

¿Cómo se entiende?
Tengo tanto trabajo, que es el único momento en que solo pienso en el auto que va adelante mío.

¿Te aburren los selfies?
No. Me siento normal, tampoco es que no me dejan caminar.

¿Cosas sencillas y simples que hagas en la vida?
Me huelen los pies si no me echo talco y me crecen pelitos en el mentón.

¿Sales ‘disfrazada’ a la calle para que no te reconozcan?
Me pongo gorro y lentes para que no me vean hinchada y llena de ojeras.

¿Hace cuántos años no subes al Metropolitano?
Tres, desde que me compré mi carro.

Desde la época que eras la monjita del ‘Santo convento’.
Allí usaba velo y mi nariz roja, por eso no me reconocían. Ahora es distinto, ya me ven la cara completa.

¿Una anécdota sobre ese tema?
Estaba bañando a mi hijo dentro del mar y una señora se apareció con su cámara fotográfica a pedirme una toma. La frené: ‘No te doy nada, ¿quieres que mi pequeño se ahogue? Espérame que saliendo lo hacemos”.

En tragos te alucino brava.
Bailo cualquier tipo de música y canto boleros cantineros.

¿Un roche en una cita de amor?
Salí con un chico, más idiota, pedí ravioles al pesto.

¿Y?
Recién en mi casa, mirándome al espejo, me di cuenta que toda la noche había estado con un diente manchado de la salsa verde. Qué feo.

¿Está bien un beso en los labios en la primera salidita?
Si me gusta, sí.

Con el ritmo que llevas, terminas ‘muerta’ por las noches. ¿Y si tu pareja te pide caricias prohibidas?
Le advierto: ‘Estoy cansada, chambea tú’.

¿Le costó enamorarte?
Nos vimos en la fiesta del colegio donde estudié. Lo observaba, pensaba qué hago y lo saqué a bailar.

O sea...
No espero que las cosas sucedan.

¿Seduces con ropa?
Con mirada o gestos.

¿Estás templada?
Siento que es la primera vez.

¿Y antes?
Todo fue un disfraz del amor. Ahora analizo: ‘Esto es de lo que hablaban los poetas. Estoy frita’.

¿Por qué?
Soy payasa y enamorada: doblemente estúpida ja, ja, ja.

¿Chequeas las redes?
Están llenas de ‘Tiracacas’.

¿Te dan duro?
En las mías ninguno me insulta.

¿Has coimeado a un policía?
Nunca.

¿Qué gente te jode?
El vivo que se mete a la cola.

¿Jamás te zampaste?
A veces me ceden el paso en las colas y contesto que no es necesario. Pero cuando insisten, acepto.

¿Tipos de humor?
Son 3: de tus pies, alas y el sentido del humor.

¿Una preocupación?
Mi vejez. Soy madre de hijo único y no quiero ser carga.

Entonces...
Cuando él tenga 25 años, deseo estar viajando y cuando me llame, conteste: “Estoy en una playa en Irán o déjame escapar de este león, para decirte en qué parte de África me encuentro”.

Ya superaste la base 4, ¿te sientes de 30?
A esta edad, uno pierde la visión, no quieres ver que estás envejeciendo.

¿Qué haces cuando estás nerviosa?
Salgo a comprar ropa.

¿Pares de zapatos?
Más de 30.

¿Qué te asusta de tu organismo?
Tres hernias de la columna, un desgarro.

¿Una frase para chotear a un chico?
Si me invita a salir, lo descarto: ‘No fluye’.

Siempre sonriendo, ¿qué te hace llorar?
El otro día, una señora se me acercó y narró: ‘Recién he salido de la clínica y no sabes lo feliz que me hacías todas las noches’ y de inmediato se me cayeron las lágrimas.

Te estremeció.
Es muy bello saber que alguien la pasa bien con lo que hago.

Es un don.
Agradezco a Dios haberme dado la capacidad de transmitir alegría.

¿Un defecto?
Soy intolerante. Repito: ‘Ya te expliqué tres veces’.

¿Algo que te cuesta entender?
Que las personas dejen su tierra, de valles hermosos, para venir a Lima, donde hay un cielo gris, lleno de gente y tráfico.

¿Una pena?
Mi mamá sufre de Alzheimer. No disfrutó de mi verdadero éxito y sabe Dios donde andará su cabecita ahora.

¿Sufriste una parálisis facial?
Hace 4 años que mi tiempo libre es entre 35 a 40 minutos entre cosas que debo hacer.

Te felicito, eres la protagonista de la película ‘Intercambiadas’.
Paola es una exitosa empresaria y Lupe es su empleada. Un día intercambian sus almas y allí empieza la historia. Estoy segura de que les gustará a todos.

Y gracias a ti por estas confesiones de manera divertida.
A ustedes por este buen momento y un saludo a los lectores del Trome.

Amena, sincera y frontal. Se fue como vino: generándonos un clima distendido. Razón tenía el genial Bob Marley: ‘La curva más linda de una mujer es su sonrisa’.

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