pronto cumplirá 20 años de carrera artística y nos contó que su pasión por el canto inició desde muy niña, participando en diferentes festivales en el norte de nuestro país y su persistencia y talento la llevaron a Viña del Mar, donde ganó dos gaviotas en el 2019. Su camino no fue fácil, tuvo que trabajar desde muy pequeña para alcanzar sus sueños, le cerraron muchas puertas y hoy nos cuenta su historia.

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“Desde muy niña siempre me gustó el escenario, pedía cantar en las actuaciones del colegio y, desde los nueve años, ya participaba en los festivales de canto. A pesar de vivir lejos, siempre me las ingeniaba para ir desde mi natal Pátapo hasta Chiclayo, Bagua, Monsefú, Tumán y más lugares. La economía no me acompañaba, pero siempre trabajaba en lo que sea para participar. Algunos concursos ganaban, otros perdía, pero es parte del aprendizaje”, relata la cantante.

Susan Ochoa
Susan Ochoa

¿Y en qué trabajabas?

Trabajaba como ayudante de una cebichería, barriendo, haciendo limpieza, vendía mangos, pescado, canchita en las ferias, de todo. Mi mamá no tenía plata, no trabajaba obligada, pero era para ayudar.

¿En tu familia también hay cantantes?

Muchos tienen bonita voz, pero se dedicaron a sus carreras profesionales.

¿Recuerdas cuánto te pagaron la primera vez por cantar?

La primera vez que me dieron algo por cantar fue una pollada en una peña en Pátapo. Pero cuando gané algún concurso el premio habrá sido unos 100 soles, no recuerdo mucho.

¿Y en qué momento llegas a Lima?

Ernesto Pimentel hizo un concurso en Chiclayo donde quedé finalista y luego participo en ‘Super Star’, donde gané y me dieron un premio. Por Fernando Guille comenzaron a identificarme y dije ‘aquí me quedo’ (en Lima).

Susan Ochoa
Susan Ochoa

¿Es ahí que te mudas a Lima?

Sí, ya había llegado años atrás para cuidar niños, pero en esa oportunidad decidí quedarme y traer a mi mamá y hermanos. Alquilé un departamento chiquito en La Victoria, en Paranicocha, para seis personas. En ese momento comencé a trabajar cantando y así forjé mi camino.

¿Fuiste mamá joven?

Sí, mi hijo mayor tiene quince años y justamente para dedicarme a mis hijos me ausente diez años de la televisión, pero seguía trabajando duro con mi orquesta.

¿Y en qué momento llega Viña del Mar?

Siempre quise representar mi país y mandé una canción inédita al festival que llevaba un mensaje, le decía a las mujeres ‘ya no más maltrato y episodios tristes’, al jurado le gustó, gané dos gaviotas y desde ahí siento que la gente me conoció más. Se me abrieron muchas puertas y fue momento de comenzar profesionalmente mi carrera.

¿Qué es lo más difícil que te ha tocado vivir?

Algunas personas quisieron sacarme del camino de la música, querían convencerme de que no lo iba a lograr por mi edad, me decían ‘eso es para jovencitas o chicas con presencia’. Es parte de las pruebas, pero hay que afrontar y ser fuerte. Por eso, me gustaría decirles a los jóvenes que uno puede tirar muchas balas y no todas van a caer en el blanco, la idea es seguir persistiendo por nuestros años.

Producir tu propia carrera debe ser costoso, ¿cómo lo manejas?

Estoy endeudada. La gente no sabe, pero el banco sí. Doy gracias a Dios por darme trabajo, soy artista independiente y batallo para seguir haciendo música, voy paso a paso.

¿Qué tienes preparado para tu aniversario?

Un gran show este 4 de octubre en el C. C. Bianca, en Barranco.

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