(Foto: Kelvin García)
Michelle Soifer

y permitieron a Trome ingresar a la intimidad de su hogar para contarnos que han cumplido nueve meses de relación y que, en este ‘nacimiento’ de su amor, han aprendido a conocerse, tolerarse, compartir los gastos y planear su futuro juntos, convertidos en esposos. Claro, en esta convivencia también admiten que hay altibajos y ‘marcadas de territorio’, en el caso de ella porque es celosa, y por el lado de él, demostrar que no es un ‘mantenido’ como muchos lo señalan.

Paran full con el ‘El artista del año: el dúo perfecto’...
Michelle Soifer: Estamos enfocados en el programa, tratamos de agradarle al público, aunque a veces soy un poco efusiva con mi carácter, pero luego se me pasa.
Kevin Blow: Por más que me critiquen, uno siempre será el ganador.

Acaban de cumplir nueve meses de relación, ¿cómo les va?
K: Donde pongas a Dios, no hay forma que te vaya mal. Estamos felices, la convivencia es bonita. Michelle es como un hijo.
M: Es la primera vez que siento que una relación es de tanta responsabilidad, por eso seguimos adelante contra todo y toda la gente.

¿Por qué dices que Michelle es como un hijo?
K: Michelle pertenece a una familia donde la consienten, pero cuando te independizas y te vas de tu casa, las cosas cambian. A veces hay que estar ahí con ella. Es dormilona y demorona, pero es un amor.

¿Les afecta cuando los critican?
M: La gente olvida que una relación es de dos, no de tres.
K: Lo único que me importa es hacerla feliz y para adelante. No vine a este país a tener problemas o pelearme con la gente.

Michelle, saliste de una relación larga (con Erick Sabater)... ¿qué fue lo que te enamoró de Kevin?
K: Michelle se fue a México, le metieron una ‘estafada’ (cuento) y cuando vino, encontró sus cosas en la calle.
M: Los dos salíamos de una relación larga, ambos vivimos prácticamente lo mismo, a ambos nos terminaron. Éramos (con Kevin) amigos y siempre estuvo para mí, al igual que yo para él. Nos teníamos el uno al otro. Él conoce todo lo que realmente pasé en esa relación, que aparentemente era color de rosa. Día a día le agradezco a Dios por ponerlo en mi camino, es mi futuro esposo, me muero por él, porque me rescató de ese vacío y hueco en el que caí, porque sentí que mi mundo se acabó cuando me enteré de que no iba a volver a cantar.

¿No tuviste problema al estar con Kevin, quien tiene cuatro hijas?

M: No tengo ningún problema, pero la gente me escribe mucho y dice: ‘Michelle, ¿qué te pasa?’, y es lo más lindo tener hijos. Hoy en día aún no se lo puedo dar, me encantaría ser madre, me encantan sus hijas, son cariñosas y todas se parecen a él.
K: Los hijos no son sinónimo de defecto, tener un hijo es una bendición. No se imaginan todo lo que debo hacer para darles lo mejor a mis hijas.

¿La convivencia es complicada?
K: El fregado soy yo, porque tengo una obsesión con la puntualidad. Michelle es un poco relajada, pero cariñosa. Me encanta cocinar, tomar un vinito o que veamos una película.

¿Michelle cocina o no? Porque dicen que se le quema hasta el agua...
K: Mi plato favorito es el picante de carne y a ella le sale riquísimo, sí cocina.

M: Mi papá me llevaba el desayuno a la cama todos los días, pero ahora Kevin lo hace y antes era imposible que cocine, pero ahora lo hago con amor.

¿También comparten los gastos en el hogar?
M: Eso depende, porque hay meses que a Kevin le va mejor que a mí. Él me dice: ‘Amor, ya pagué la luz o tal cosa’.
K: Tenemos una caja fuerte. Trabajamos, cobramos, metemos mano y le digo: ‘Amor, ya le pagué a la señora del departamento’ y normal.

¿Te incomoda cuando califican de ‘mantenido’ o ‘mochila’ a Kevin?

M: Me dan ganas de decirles que se muerdan la lengua, pero finalmente no me importa lo que digan, somos felices.

¿Quién de los dos tiene más carácter en la relación?
M: Él, yo soy un amor. Kevin es bien renegón, es un ‘grinch’, la gente piensa que soy la mala y dicen ‘pobre Kevin’. ¿Si tengo los pantalones en la relación? No. Nada que ver, soy la pisada de la relación, pero él también lo es.

¿Por qué ahora sí te quieres casar y antes no?

M: Él me propuso matrimonio, no me imaginaba que Kevin iba a tener el deseo de hacer una familia conmigo y es lo que quiero vivir todos los días con mi renegón. Me encanta su humildad, porque no se cree algo que no es.

¿Te gusta ‘marcar tu territorio’?
M: Ya está marcado y las mujeres lo saben. Soy recontracelosa, no me gusta el tema de las confianzas, antes renegaba porque a todas les decía: ‘Mi amor’, ‘Mi reina’ y yo le preguntaba cuántos amores tenía. Al inicio me chocaba, pero me decía que así se hablaba en su país.

Sin embargo, hay personas a las que les gusta tentar y meterse en una relación de dos...
M: Hay chicas que le escriben y le mandan imágenes muy fuertes, pero él me enseña. Muchas veces lo hacen con afán de tenderle una trampa.
K: Hay un montón de chicas que me mandan mensajes y fotos por Instagram, pero no sé ni quiénes son. Lo más importante para mí son mis hijas y mi futura esposa, con quien estamos construyendo una ‘casota’ en República Dominicana.

¿Tienen la confianza de saberse las claves de sus celulares?
M: Kevin es supertecnológico, así le ponga mil claves, siempre las va a tener. Él agarra mi celular y yo el suyo.
K: No soy celoso, más que celoso, siempre le recomiendo que tenga cuidado con las intenciones de las personas.

¿Cómo se proyectan a futuro?
M: Espero que sigamos juntos. El amor es como una plantita y hay que regarla todos los días. Kevin es el amor de mi vida y somos superamigos.
K: Michelle es el amor de mi vida.

¿En tu relación anterior vivías apariencias y no eras feliz realmente?

K: Mira, muchas veces vi a Michelle haciendo cosas que a otros les hacía felices, pero a ella no. Alguien que piensa que tener una correa Gucci o Louis Vuitton es importante, está quemado. Su anterior pareja la tenía en ese mundo, porque él vive de apariencias.
M: Aunque nunca perdí mi esencia. Tampoco es que haya sido la tortura (su relación con Erick Sabater), pero yo no soy nada de marcas, si algo me gusta, normal. Me puedo comprar muchos zapatos de 10 soles también.

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