Cuando Ethel Pozo apareció en la televisión tenía seis años y soñaba ser como su mamá y convertirse en monja, pero la vida y Dios, como afirma, cambian las circunstancias. Aprendió a cocinar, se graduó como comunicadora, dio el sí al padre de sus hijas, pasó por un divorcio, volvió a enamorarse y no descarta casarse otra vez. Hoy nos cuenta parte de su historia y cómo se siente al debutar como conductora de ‘Mi mamá cocina mejor que la tuya’, al lado de Yaco Eskenazi, bajo la supervisión de Gisela Valcárcel, quien eligió su nombre por el slogan de una compañía telefónica.
La primera vez que te vi en televisión, tenías seis años (en el programa ‘Aló Gisela’) y dije: qué dulce y qué tímida. ¿Cómo rompiste esa timidez, llevaste teatro, hiciste claun...?
Sin duda uno cambia. Lo veo en mis hijas (Doménica y Luana) una es extrovertida, la otra, tímida; pero uno evoluciona. Además, llevé talleres de actuación y creo que a los 12 años fue que me solté cuando bailaba en los shows infantiles de Paty Bedoya al lado de Sofía Franco. Ir a las casas y animar las fiestas de cumpleaños hizo que rompiera mi timidez y ahora, pues estoy en otro momento de mi vida, soy una mujer.
¿Tienes 30 años?
No, 36... imposible ocultar mi edad porque mi mamá va a cumplir 30 años en la televisión.
¿Cómo haces para estar pendiente de tus niñas, ahora que debutas como conductora?
La verdad, ellas son las más entusiasmadas con este proyecto, pues son conocidas en el colegio porque su abuela es famosa y querían que la mamá también lo sea. Así que les conté que iba a pasar un casting y me alentaron. Al terminar la prueba me decían: ‘ya vas a salir en la televisión’, tuve que explicarles que hay que esperar una semana para que te digan si pasaste o no.
¿Estás segura que las críticas y comparaciones no te van a ‘bajonear’?
Todo tiene un tiempo. A los 20 es una cosa y a los 30, otra. Soy mamá de dos niñas, trabajo y esto lo hago porque quiero. Estoy convencida que una mujer puede hacer muchos roles.
Es eso o es que te sientes ‘liberada’ porque algunos personajes del espectáculo ya no critican a los hijos de los artistas.
Creo que es la edad, porque siempre van a existir las críticas, porque hay otros programas de espectáculos. Mira, si hubiera querido salir en la TV, lo hacía a los 18, pero este reto llegó a mi vida cuando Dios lo dispuso, porque hace un año no imaginaba estar aquí y dando entrevistas.
Ok, pero ¿cuál fue el detonante para que aceptes este reto?
El formato se tenía hace año y medio, y los productores buscaban un rostro nuevo, pudo ser una actriz, periodista o comunicadora, como es mi caso, y una persona que sepa de cocina y, las personas que me conocen saben que cocinar es una cosa que me fascina. He llevado clases de cocina desde que tenía 18 años todos los jueves.
¿Tu mami supo del casting? ¿Estuvo presente?
Sabía, pero no estuvo presente. Me deseó mucha suerte.
¿Te hubieras puesto nerviosa?
Creo que sí. Ella vio mi casting con el de otras duplas y lo hizo con otros ojos.
Al grabar el primer programa y tener a tu mamá en el set, ¿te sentiste más segura cuando te dirigió?
Fue una sensación extraña. Quiero dar lo mejor de mí. Creo que si me concentro y los escucho y soy yo, natural, el público lo aceptará porque es lo que quiere ver. No traigo un conocimiento como animadora, vengo a hablar de la familia, la cocina y creo que eso tengo en común con muchas mujeres.
Precisamente, muchas mujeres como tú son separadas, con hijos y salen adelante, ¿estás preparada para hablar de eso al público?
En todo lo que es educación y cómo dirigirse a los hijos estoy preparada porque me encanta ser mamá, desde que nació mi hija mayor, Doménica, lo descubrí. Y, por lo otro, ahora las familias son muy diversas. Hay niños que están en casa criados por los abuelos, otros con el papá o la mamá y también mamá y papá juntos, y yo creo que bien enfocados, dándoles amor, serán exitosos.
¿Y existe comunicación con el papá de tus niñas?
Existe la comunicación que debe haber. Dios escogió al papá de mis niñas, me dio esa bendición. Ellas saben que sus familias las adoran, son felices. Soy una mami que intenta dar lo mejor de sí. Recibo a los amigos de mis hijas en casa, les cocino, la paso genial.
¿Tus hijas son celosas si hay alguien que te pretenda?
No, mis hijas saben del amor que les tengo y no son celosas. Todas las mañanas, al despertarse, les pregunto: ‘ya les he dicho cuánto las amo’ y responden: sí, mamá, mil quinientas veces. Son niñas felices.
¿Estás soltera?
No, estoy con el corazón contento.
Te pregunto porque se sabe que Franco Cabrera es tu pareja.
Sí, sí, lo que pasa es que no nos gusta hablar de ese tema, pero ahora que estoy en la ‘tele’ voy a tener que compartir algo. Creo que la gente quiere saber otras cosas.
Claro, Yaco podría preguntarte si Franco te cocina o no.
Cocina y cocina riquísimo.
Claro, imagino que su abuela, Teresa Palomino, le debió enseñar.
No sabes, Teresa cocina delicioso, hace una sopa seca maravillosa... Cada uno quiere que el público vea su trabajo, a él le encanta lo que hace. Sé que un artista debe hablar porque no es un maniquí, además, nadie lleva la vida perfecta, pero preferimos el perfil bajo.
¿Te ves en el plan de casarte otra vez?
Pienso que el estado perfecto de la familia es estar casados o juntos. Sí, me encantaría, pero creo que todo tiene un tiempo... A los 20, veía a mi mamá comprando flores y decía: qué aburrido. Ahora me ves corriendo buscando mis hortensias (ríe), así que no podemos decir que de esta agua no vamos a beber.
Se te ve regia...
Gracias... He comido brócoli desde marzo. Sigo un régimen que lo rompo los domingos, pero también entreno, es muy importante.
¿Cuál es tu fuerte en la cocina?
Las pastas, arroz con conchas...Fue la hermana menor de mi mamá, quien me enseñó a cocinar a los 18 y luego estudié cocina todos los jueves.