El Tío Ronco tiene ganas de volver a la radio.
El Tío Ronco tiene ganas de volver a la radio.

A sus 77 años, el recordado , afirma que tiene ganas de volver a la radio y seguir entreteniendo al pueblo. Tiene varias enfermedades y bromea diciendo ‘tengo de todo, no me puedo quejar’.

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Vive humildemente, nos recibe con una sonrisa, y cuenta con detalles sus inicios en Cañete, su etapa con Augusto Ferrando, de por qué cambio a la ‘U’ por Alianza Lima y hasta del recordado Chacalón.

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¿Qué recuerda de su infancia en Cañete?

Muchas cosas, vivía en una casa hecha de adobe y caña. No había luz, y los fines de semana llegaba la caravana Kolynos para proyectar la serie Batman, Superman y en blanco y negro.

Ahí se ganó sus primeras monedas...

Sí. Hubo momentos en que no llegaba la caravana y yo me ponía a contar historias con los mismos personajes de Batman, Superman, me los inventaba y les cobraba diez centavos a cada niño. Así juntaba unos soles y se los daba a mi madre.

¿Hacía lo mismo cuando vendía pescado en Chorrillos?

Claro, era muchachito, menor de edad, cuando vendía lorna en Chorrillos. Los primeros días no vendía nada, hasta que se me ocurrió imitar a un zambo que tenía un vozarrón y me pusieron ‘Ronco’. Luego, Ferrando me llevó a trabajar con él y empezó otra historia.

¿Lo llevó como imitador?

No. A mí me llevó para ser el mandadero de su programa radial… hasta que un día faltó uno, me dijo ‘ahora entras a imitar’, le gustó y me quedé.

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¿Alguna anécdota de esa época?

Como mandadero hacía los recados de todos, y al final del programa iba al comedor del hipódromo y me llevaba las sobras. Cuando empecé a imitar me pagaban 10 soles y el primer día me pedí un tallarín con asado. Los mozos y cocineros no me creían. Luego, les mandaba saludos en la radio y comencé a comer gratis.

Usted era hincha de Universitario, ¿por qué se cambió a Alianza Lima?

Yo vibraba por la ‘U’ por mi padre, yo nunca he sido hincha crema. Teodoro (Lolo) era amigo de mi padre. Un día conocí a Lolo y me recordó cosas que me decía mi papá, me agarró el hombro y me dijo ‘buena paisa’, y cada vez que veo a un cañetano le dijo ‘hola paisa’. Luego, en los años 70 trabajaba en radio Excelsior y conocí a Perico León. Me escuchaba y me invitó al entrenamiento de Alianza. Aún no tenían el estadio y entrenaban en el Barrio Obrero, en una cancha de tierra. Me presentó a los muchachos y todos eran del sur, de Chincha, Pisco, Nazca, Ica, Cañete... no era Alianza Lima, era Alianza del sur y ahí me cambié de equipo. Al día siguiente en la radio dije ‘Arriba Alianza’ y mi padre me sacó la mie...

Román Gámez junto a su equipo 'Alianza del sur'.
Román Gámez junto a su equipo 'Alianza del sur'.

Mucha gente lo recuerda y lo quieren por sus actos desprendidos para ayudar a quien lo necesitaba, ¿qué le dicen ahora en la calle?

Muchos se acuerdan y me saludan con cariño y respeto. Me cuentan que me escuchaban desde chiquitos, me preguntan cuándo regreso a la radio. En el mercado me tratan con cariño, algunos taxistas no me quieren cobrar. Yo he hecho todo con desprendimiento, buscando ayudar a quien lo necesita. Mis padres fueron analfabetos, pero me criaron así, siempre compartiendo lo que se tiene.

En algún momento llegó a regalar tres casas...

Eso fue un fenómeno, había miles de personas esperando los sorteos. Una vez regalé una refrigeradora y la señora no la quería porque no tenía luz eléctrica, se lo cambié por víveres.

El Tío Ronco ha trabajado más de 50 años en la radio y ahora tiene las ganas de seguir entreteniendo al público.
El Tío Ronco ha trabajado más de 50 años en la radio y ahora tiene las ganas de seguir entreteniendo al público.

Ahora vive humildemente, ¿se siente tranquilo después de haber tenido todo?

Yo he sido pobre, pero llegué a tener todo, mi máxima satisfacción ha sido darle a mi familia lo que ha querido, he estado abajo y arriba, por eso, ahora que soy pobre no lo siento, no me afecta porque sé lo que es la pobreza. Como te conté he vivido en una casita de cañas con barro... ahora se siente otra cosa, siempre hay decepciones, todos pasamos por eso, hay una tristeza interna, una resignación a algo que tú no has querido pero tienes que resignarte.

¿Es verdad que hace 30 años no toma alcohol?

Pues un día decidí dejarlo, mi vida cambió por ella (su esposa Nelly Alva), ella me cambió. Además, ya había tomado, fumado y drogado suficiente. En las giras había mucho desbande al andar con Barraza y Melcocha. Siempre nos clasifican así: Barraza es borracho, Melcocha es pendejo, Ureta es loco y el Ronco... o es buena gente o es huevón.

Por último, ¿alguna anécdota con el gran Chacalón?

Lo conocí cuando era seguridad, un buen tipo, mi hermano. Una vez me invitó a una fiesta en su barrio, fui con un amigo, dejamos la camioneta estacionada y a las dos horas no tenía llantas, asientos, radio, se habían volado casi todo. Me dijo tranquilo, lo vamos a ver. Después de la fiesta la camioneta tenía todo, y creo que hasta las piezas eran nuevas.

¿Aún quiere volver a la radio?

Claro, se extraña. Espero tener la oportunidad de seguir entreteniendo al público, jugar con ellos, hacer imitaciones, aún tengo mucho por entregarles.

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