Ellen DeGeneres tiene mucho terreno que cubrir en la 19na y última temporada de su programa de entrevistas, que promete que será una “gran celebración”.
Tiene la intención de saludar a sus seguidores de toda la vida, pasear por el ayer para revisitar las primeras apariciones de estrellas incipientes como Rihanna y Justin Bieber, celebrar los logros de su show en el mundo del espectáculo y más.
“Esto será un ‘gracias’ a todos, porque el programa no se lleva a cabo sin el apoyo de los fans”, dijo DeGeneres durante una pausa en la producción de “The Ellen DeGeneres Show”, que regresa a la pantalla el lunes.
También para destacar: la filantropía del programa, que incluyó mucho más que obsequios de productos.
“Vamos a comunicarnos con las personas a las que hemos ayudado a lo largo de los años (y) con las personas que han devuelto el favor”, dijo DeGeneres. Eso incluye a una educadora de Las Vegas que abrió su propia billetera para estudiantes necesitados y cuya escuela fue recompensada por el programa con una nueva biblioteca y más recursos.
“Quiero que la gente recuerde realmente cómo ha sido el programa”, dijo la presentadora. “Ha sido un lugar feliz y sigue siendo un lugar feliz. Y me disgusta que pueda ser recordado de otra manera”.
Que DeGeneres exprese tanta preocupación por el legado de su mayor éxito profesional hasta la fecha puede parecer sorpresivo en boca de una comediante cuyo lema es “sé amable”. Pero es inevitable dadas las acusaciones del año pasado que etiquetaron el programa como un lugar de trabajo tóxico.
Tres de sus productores se fueron en medio de reclamos de un entorno que albergaba mala conducta, incluyendo conducta sexualmente inapropiado y comentarios racialmente insensibles. DeGeneres, quien se disculpó al aire por “cosas que no deberían haber sucedido”, también se defendió como la misma persona genuina, aunque imperfecta, delante y detrás de las cámaras.
En una entrevista telefónica reciente, dijo que era reacia a abordar más la situación, y que la productora Warner Bros. lo había manejado.
DeGeneres ya había sufrido antes un golpe. En 1997, seis años antes del debut de su programa de entrevistas en 2003, ella y el personaje que interpretaba en su serie de comedia, “Ellen”, se declararon homosexuales. En medio de la caída de los índices de audiencia y las críticas, ABC canceló la serie en 1998.
El proyecto que revivió su carrera se consideró una apuesta incierta, dijo Bill Carroll, analista del mercado de sindicación.
“Hay dos cosas con las que tuvo que lidiar”, señaló. Una, el estatus de Oprah Winfrey como la reina de los programas matutinos de tertulia; la otra era una verdad dolorosa: en comparación con la actualidad, en esa época más estadounidenses no aceptaban o eran hostiles hacia las personas LGBTQ.
“Pero ella se ganó a la audiencia y se ganó a la industria”, dijo Carroll. El analista dice que fue su estilo de comedia identificable y un formato bien producido que colocaba a DeGeneres entre los invitados de su estudio, a menudo bailando junto a ellos, lo que ayudó a los espectadores a aceptarla como “una persona divertida”.
DeGeneres ha hablado libre y abiertamente sobre su vida, incluyendo su matrimonio con la actriz Portia de Rossi. Ha recibido galardones que incluyen varios Emmy y el premio Mark Twain al Humor Estadounidense del Centro Kennedy en 2015.
La comediante le acredita a su ética laboral y a haberse mantenido fiel a “exactamente” quien es por ayudarla a superar la reacción que siguió a su salida del armario, y se apoyó en esos pilares nuevamente cuando ella y el programa fueron criticados el año pasado.
“Si sólo mantienes el rumbo y sabes quién eres, entonces las cosas van a salir bien, las cosas van a estar bien”, dijo. “Realmente no puedo controlar lo que otras personas piensan o dicen. Y lo que realmente no puedo controlar son las cosas que no se examinan y que simplemente se dicen y se lanzan. Y eso duele”.
“Pero no creo que estaría donde estoy hoy, no creo que tendría tanto éxito como el que he tenido, si esas cosas fueran ciertas”, dijo.
DeGeneres tuvo defensores famosos cuando surgieron las acusaciones el año pasado, incluidos Katy Perry y Kevin Hart, y algunos observadores calificaron las críticas a la presentadora de misóginas.
La audiencia de “The Ellen DeGeneres Show” bajó sustancialmente en la temporada 2020-2021 en comparación con la anterior, de 2,6 millones de espectadores a 1,5 millones, según Nielsen. Eso es común en un programa que envejece, dijo Carroll, y también refleja un cambio en la televisión y, hasta cierto punto, la controversia en el lugar de trabajo.
Sus últimos episodios, que probablemente estén llenos de estrellas y personas no famosas que fueron parte del programa, deberían permitir que éste termine con un repunte en su audiencia.
La decisión de terminar a los 19 años fue suya, dijo DeGeneres, aunque el estudio la instó a continuar y otros criticaron su voluntad de retirarse sin llegar a celebrar los 20.
“Creo que 19 es un gran número. Uno es el comienzo y nueve es el final”, dijo DeGeneres, el tipo de diálogo caprichoso que lanza con facilidad.
¿Y qué vendrá después para DeGeneres? Su agenda ya está llena, con acuerdos de producción que incluyen “The Masked Dancer” de Fox, “Ellen’s Game of Games” de NBC y “Ellen’s Next Great Designer” de HBO Max.
“Sólo quiero dejarme caer y respirar un rato, sin tener nada que hacer todos los días”, dijo. Pero ya está considerando regresar a sus raíces de la comedia y la actuación, y buscó una consulta con Winfrey sobre su vida después del programa de entrevistas.
“Hablé con Oprah, seguro. Ella entiende más que nadie lo que es hacer esto todos los días. Y su consejo para mí es que no tome ninguna decisión durante un tiempo, simplemente tome un descanso y piense realmente en la próxima movida”.