Aunque han pasado más de dos décadas del estreno de “Yo soy Betty, la fea”, todos los actores que pasaron por la exitosa telenovela colombiana son recordados hasta la actualidad con mucho cariño. Uno de los personajes que se robó la simpatía de la gente, pese a ser una de las más antipáticas en la trama es la recordada Patricia Fernández o también conocida como la ‘Peliteñida’, cuyo papel fue interpretado por Lorna Cepeda.
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Si bien, ella era quien se encargaba de hacerle la vida a cuadritos a Beatriz Pinzón y a todas las integrantes del ‘Cuartel de las feas’, a quienes las humillaba, en la vida real, la actriz también tuvo un verdugo que puso en penumbras su existencia. Nos referimos a su primer esposo.
A continuación, te contamos quién fue el hombre que le hizo vivir un infierno a la histrión nacida el 18 de noviembre de 1970.
¿QUIÉN FUE EL PRIMER ESPOSO DE LORNA CEPEDA?
El primer esposo de Lorna Cepeda fue un hombre del que se desconocen sus datos, pero que se encargó de hacerle la vida imposible a la actriz.
Se sabe que esta persona es el padre de la primera hija de la recordada ‘Peliteñida’, quien salió embarazada a los 19 años. Como ella era muy joven cuando salió gestando y en una sociedad que cuestionaba a las madres solteras, decidió casarse, sin imaginar que más adelante su vida se convertiría en un infierno.
Resulta que Lorna fue víctima de maltratos y abusos por parte de su pareja, quien constantemente la hacía sentir menos y no dejaba avanzar, tanto así que casi arruina su carrera.
Debido a que la violencia dentro de su hogar era insoportable, un día no pudo más y decidió huir con su hija, que aún era una bebé, a la casa de su madre, dio a conocer en el programa “Se dice de mí”.
Desde ese momento se convirtió en padre y madre de Daniela Paz, quien adoptó el apellido del segundo esposo de la histrión, Eduardo Paz.
Su primogénita actualmente tiene 31 años se casó en marzo de 2019 y Lorna fue la encargada de acompañarla en este día importante. “No muchas mujeres entregamos a sus hijas en el altar, en general lo hace el padre, pero lloré de la felicidad, de la emoción”.
Dos años después, se convirtió en abuela y está muy feliz por todo lo que ha alcanzado a nivel personal y profesional, gracias al apoyo incondicional de su esposo y sus otros dos hijos: Nathaniel y Mariano.