‘Yo quiero, yo puedo, yo me lo merezco’, esta es la frase favorita de Angie Palomino y siempre la usa para reforzar, no solo su autoestima y confianza en sí misma, también la de los demás. Y es que esta mujer, esposa y mamita de 44 años está orgullosa de todo lo que ha logrado en la vida gracias a su esfuerzo, perseverancia y espíritu alegre. Desde hace diez años conduce el programa ‘Reina de Corazones’ en Radio Corazón, aquí conecta emocionalmente con sus oyentes y eso la hace sentirse más viva que nunca. Desde hace unos meses también la podemos escuchar a través de Radio Nacional en su programa ‘Escápate con Angie’, un espacio para empoderarte y cuidar de tu bienestar. Y eso no es todo, esta carismática locutora y coach de vida vuelve el viernes 26 de enero con un show unipersonal renovado llamado ‘Mamacita, intensa y poderosa’, en el que fusionará el humor con mensajes motivacionales y reflexivos para inspirar al público a través de su historia de superación personal.
VIDA EN LA RADIO Y ANÉCDOTAS
Angie, entraste jovencita al mundo de la radio.
Sí, llevo años en el mundo de la locución, ingresé a los 19 años, estaba estudiando Ciencias de la Comunicación y una profesora me llevó a un casting en Radio San Borja. Quedé y desde ahí me enamoré de hablar frente a un micrófono. Hace unos diez años pasé casting en Radio Corazón y me eligieron, fue feliz porque mi sueño era entrar a una radio de música para el corazón, en el que pueda compartir mis experiencias personales, mis miedos y desventuras amorosas con los oyentes y viceversa. Juntos podíamos ayudarnos a superarlos.
¿Y en radio San Borja qué tipo de contenido hacías?
Tenía un programa de corte político (risas). También tuve un programa por cable hace mucho tiempo y ahí entrevisté a varios políticos, como Alan García y Martha Hildebrandt, pero no me llenaba realmente. En mi bloque hablaba de la problemática social, de la política, pero yo quería saber de ellos más como personas, les preguntaba cómo se enamoraron, cómo criaban a sus hijos y mi jefe me decía: oye, no preguntes esas cosas, la gente quiere saber de política. Lo que yo quería era conectar con las personas a través de las emociones.
Cuando estás frente al micrófono siempre estás con mucha energía y alegría, ¿cómo haces? Porque a veces tenemos nuestros días de desánimo y melancolía.
Me gusta lo que hago y dedicarme a esto me ha costado. Cuando algo te cuesta y no te llega de forma sencilla, tú la atesoras y la valoras más. Es verdad que a veces tenemos momentos de desgano, somos seres humanos y es normal, pero eso no debe ser un obstáculo para avanzar y cumplir con tus metas. Hay que darle vuelta a las situaciones malas y transfórmalas en positivas. Claro, la llave de la puerta la abres tú y tienes que buscar la puerta o ventana porque las oportunidades no llegan solas. Eso me enseñó la vida, nunca me llegó algo mientras estaba paseando en la playa, tuve que tocar puertas, ser constante, así me choteen. Cuando empecé en la radio no me dejaban decir mi apellido (Palomino).
¿Por qué?
En esa época me dijeron que (mi apellido) era muy cholo y yo era gringa (pone cara de sorprendida) y que mejor solo diga mi nombre, así me vendían mejor. No me gustaba eso porque mi padre era comerciante y mi madre secretaria y con su chamba me sacaron adelante, no tenía por qué avergonzarme de eso. Querían vender la imagen de gringa que hablaba spanglish (risas). Lo bueno es que vino un nuevo jefe y me dio libertad, me permitió ser como soy.
Alguna anécdota que recuerdes en estos años de locutora.
Tengo muchas, la verdad. Cuando tenemos un programa en vivo, nos pasan muchísimas cosas. Hubo una en particular, una oyente me llamó para contarme que le habían sacado la vuelta, estaba muy mal y yo no sabía qué hacer, es decir, ¿cómo acompañas a alguien en la distancia y sin conocerla en persona? En ese momento solo traté de calmarla, seguí su proceso de duelo después porque siempre llamaba a la radio. Otro que recuerdo es cuando un hombre llamó a la radio y contó que estaba con su esposa en su primera quimioterapia. Solo quería que yo le mande un mensaje de aliento a su pareja, eso me emocionó muchísimo y me hizo entender que la radio tiene un impacto especial en la gente, puede alegrar a una persona en un momento de crisis.
¿Y escuchar tantas historias no te cargan emocionalmente?
Aunque parezca loco, no. Más bien lo disfruto. Al inicio me lleva esas preocupaciones a casa, aprendí con el tiempo que eso era parte de mi trabajo y que no debía afectar mi vida diaria. Mi esposo me dijo que la gente muchas veces llamaba no para pedir un consejo, solo quiere ser escuchada y que le des una palabra de aliento. Esa era mi misión.
¿Te gustaría tener un programa en la tele?
Me encantaría, tuve un programa en TV Perú llamado ‘Peruanas que brillan’, que fomentó el empoderamiento femenino. Solo fue una temporada, espero que regrese. Hay algunos planes por ahí en la tele, pero nada concreto. Yo quiero un programa que promueva el empoderamiento, pero a través del humor y la motivación. Mostrar historias reales, no lloronas ni mucho donde nos victimicemos.
VIDA AMOROSA Y DE MAMÁ
Tu esposo es psicólogo, ¿supongo que te comprenderá en todo momento?
Es cierto ja, ja, ja. Me acuerdo que una de las cosas que le dije cuando salíamos: Martín, soy intensa, tienes algún problema con eso. Claro se lo dije riéndome.
¿Y qué te dijo?
Se comenzó a reír y me dijo: Angie, tú crees que no me he dado cuenta, por eso estoy contigo. Me gusta que seas apasionada con todo lo que haces, te metes e involucras. Me quedé asombrada. Ahora me agarro de eso y cuando me pongo intensa por otras cosas le digo tú me dijiste que te gustaba mi intensidad (risas).
Ustedes se complementan, él es psicólogo, tú coach de vida.
De alguna manera tenemos un propósito similar. Claro, él ve un tema mucho más clínico, yo empodero y motivo. Él me cuenta sus casos, yo le cuento lo que me pasa, así nos retroalimentamos un montón.
Y tu familia es...
Mi mayor éxito en la vida. Yo siempre quise construir mi familia. Ellos son quienes me sostienen, quienes me abrazan en momentos difíciles, quienes me aplauden en momentos de luz. Son la fortaleza absoluta para poder enfrentar cualquier problema de la vida, cualquier circunstancia. Ellos son mi hogar, mi lugar seguro.
Y ser mamás es…
Un regalo porque me ha enseñado a ser más generosa, a cultivar mi paciencia y a disfrutar de las cosas simples de la vida. Cuando eres mamá, lo más importante para ti es la vida y el bienestar de esa personita.
¿Cuál es la frase que siempre te motiva?
La que siempre digo en mis shows. Yo quiero, yo puedo, yo me lo merezco.
KILITOS DE MÁS Y LA MANGA GÁSTRICA
Te sometiste a una intervención bariátrica, ¿fue una decisión difícil?
Desde muy chiquita he batallado con el sobrepeso, pero eso nunca fue un impedimento para cumplir mis sueños. Yo quería operarme, hacerme la manga gástrica hace mucho tiempo, pero mi esposo no quería. Yo sentía que esta decisión sí debía tomarla con mi familia porque el impacto iba a ser fuerte, no solo económico, sino también lo que venía con la postoperación. Me enteré de todas las restricciones que tendría, iba a pasar un mes sin comer y debía tomar muchas vitaminas. Eran varios cambios. A él (su esposo) le preocupaba que mi intensidad y actividad no me dejaran asumir esta responsabilidad.
¿Y cómo te animas a operarte?
Durante la pandemia sentía unos ahogos frecuentes y no podía bajar de peso, tenía como 30 kilos de más. Le dije a mi esposo que me preocupaba que me vaya a dar un paro (cardiaco), me dolía el pecho, bueno yo pensaba que era esa parte, pero en realidad era la boca del estómago. Resulta que tenía una hernia gigante que estaba apretando mi diafragma.
Compartiste el proceso por las redes.
Como decidí hacerme la manga gástrica, la cirugía menos invasiva, empecé a informarme más y preguntarle a mis seguidores si alguien se la había hecho, cómo les va... sin querer en ese momento gané más seguidores (risas). Es un proceso que necesita ayuda y seguimiento. Claro, necesitas un acompañamiento psicológico y médico porque si no sigues las indicaciones puedes caer en la anorexia, bulimia, anemia, depresión, ansiedad. Hay gente que se opera y se olvida del tema, piensa que ya bajó de peso, pero luego vienen lo problemas porque te miras al espejo y no te reconoces, hay piel caída, por ejemplo, en los brazos. Es un renacer físico y no es tan fácil de aceptar como parece.
Hay personas que critican a los que se operan para bajar de peso, argumentan que lo hacen porque no se aceptan a sí mismas, ¿qué opinas de eso?
La mayoría lo hace por salud, pero no tiene nada que ver con la aceptación de uno mismo. Yo me quiero tal como soy, pero no me conformo a tener peso en exceso, es un tema de equilibrio. Muchas personas tienen kilitos de más porque convirtieron a la comida en un distractor de los problemas, un llenador de vacíos... terminamos con la pareja, comemos; tenemos un problema económico, comemos; peleamos con alguien, comemos... hay que cambiar esos hábitos. Yo solía premiarme comiendo, pero hay otras maneras de hacerlo.
EMPODERAMIENTO FEMENINO ACTUAL
Y el empoderamiento femenino, ¿qué es para ti?
Es un poder. El empoderamiento femenino es reconocer que tienes el poder para poder enfrentar tus desafíos, no te diría para cumplir todos tus sueños porque yo, por ejemplo, de chiquita quería ser Miss Perú y me quedé chiquita. Con mi metro cincuenta y seis de estatura era imposible que Jessica Newton me llamara (risas). El tema es que hay cosas que de repente no se van a concretar, pero puedes encontrar otro camino y descubrir para qué eres buena. Cuando trabajamos el empoderamiento descubrimos cuáles son nuestros talentos para ponernos al servicio de nosotras mismas, de la gente que amas y del mundo.
Hay personas que ven este empoderamiento como una pose, una moda...
Lo que pasa es que el feminismo es una corriente maravillosa, pero creo que se ha tergiversado en el tiempo. Las feministas de alguna manera, creo yo, respaldan justamente esa equidad de género. Pero hay un grupo de personas, como en todas las corrientes, que tergiversan este concepto maravilloso del feminismo y lo llevan a prácticas donde hacen diferencias abrumadoras entre hombres y mujeres. Pero qué rico que esté de moda el empoderamiento y feminismo, y que ahora estén estas palabras en tantos discursos políticos y sociales.
¿Ser intensa es malo, bueno, depende de la situación?
La intensidad bien manejada para mí es ese combustible, esa pasión que tú le pones o le inyectas a cada proyecto que tienes en la vida. Si uno no fuera intensa probablemente no hubiera podido estudiar y trabajar al mismo tiempo. Así que seamos intensas y que el mundo se sienta afortunado de tener intensas como nosotras, que le ponemos luz a la vida (risas).
UNIPERSONALES
‘El club de las intensas’ fue un éxito, ahora vuelves con un show renovado.
Vuelvo con ‘Mamacita, intensa y poderosa’, quería renovar el show, pero no puedo desligarme de la palabra INTENSA porque es la que me une a las mujeres que me siguen, que son parte de mi comunidad. En este espectáculo voy a contar historias de amor y desamor... también hablaré de los estereotipos físicos que tenemos y por qué debemos aceptar que nuestra belleza es única e irreemplazable, que no debemos hablar de los cuerpos de otras personas, que debemos ser más compasivos, honestos y amables.
¿Vas a couchear a tu público?
ja, ja, ja. La risa con el coaching es una fusión poderosa. A través de la risa te puedo estar introduciendo un mensaje de valor que puede llevarte a tomar decisiones importantes en tu vida.
¿Cuándo y dónde será el espectáculo?
Los espero el viernes 26 de enero en la Estación de Barranco. Es un show de humor y empoderamiento, donde no solamente están invitadas las intensas, sino también, sus intensos (risas), las amigas, la familia... los invito a todos, se divertirán un montón. Las entradas están en Teleticket y para más informes pueden escribir al WhatsApp: 979-725-158.
Tu mensaje a las mujeres.
Yo les diría algo que mi papá siempre me dijo cuando era chiquita: seamos auténticas, hagamos lo que nos gusta y reconozcamos nuestros talentos. Recuerdo que él me preguntaba qué hacía en un programa político, toda acartonada, porque yo no era así. Ahora comprendo que el éxito es dedicarte a lo que tú amas hacer, es descubrir para qué has venido a este mundo.
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