No importa si su negocio es pequeño o grande, lo importante es ‘rayar’ en las ventas. Sin embargo, esos ingresos son el resultado de una excelente atención a los clientes. Muchos negocios están fracasando a la hora de brindar una experiencia correcta.
Hoy, un cliente descontento tiene la capacidad de compartir sus opiniones en las redes sociales o internet y afectar negativamente nuestro negocio. Crear una experiencia satisfactoria con los clientes puede ayudar a que las opiniones positivas tengan un mayor alcance y difusión.
Para un negocio, cada punto de contacto es una oportunidad para conocer y comprender mejor a los clientes. Aquí te mostramos 7 tips básicos para tener contentos a tus clientes.
Escucha al cliente. Algunos son más amigables que otros, pero pregúntele a cada uno qué le gustó o no del negocio. Antes de que concluya la compra, préstele atención sin interrumpirlo ni apresurarlo. Las probabilidades de que ese cliente regrese, aumentarán.
Implementa las sugerencias. Incluya en su negocio aquello que el cliente desea encontrar en el establecimiento en su próxima visita. Recuerde que usted le pidió una opinión, entonces no la eche en ‘saco roto’ .
Prepare a su gente. Si alguien le ayuda en las ventas o ya tiene varios colaboradores, asegúrese de que todos entiendan que el jefe no es usted, sino aquel que adquiere el producto o servicio que se ofrece en el establecimiento. Es decir, el comprador.
Prepare un breve repertorio. Quien se quede a cargo del negocio, incluso usted, debe seguir un mismo protocolo de atención, que incluya pautas como sonreír al cliente apenas llegue, mirarlo a los ojos y decir frases parecidas a ‘Buenos días, en qué puedo ayudarlo’, etc.
La importancia de sonreír. Sus empleados pueden conocer el protocolo de atención, pero depende de usted que lo recuerden todos los días. Repítales el proverbio chino ‘si no sabe sonreír, no abra una tienda’.
No juzgue al cliente por su apariencia. No cometa ese gravísimo error, porque podría espantar a un excelente comprador. Tampoco permita que su mal humor afecte la manera cómo trata al cliente. Reserve sus molestias para otro momento.
Sepa tratar a un cliente. Cálmese y ofrézcale amabilidad, sin importar la forma cómo está reaccionando. No se detenga en la molestia, mejor identifique el problema real. Con desprecio, malos modos, no ganará nada.