Giorgio Chiellini, central de amplia experiencia, estrenó hace unas horas una nueva forma de defender. Sucedió en el partido que enfrentó a Real Salt Lake contra Los Angeles FC, club del italiano. El zaguero bloqueó con la mano, como si estuviera jugando al vóley, un esférico que pudo terminar en una acción de gol para los locales en el estadio Rio Tinto.
Desde el área de Real Salt Lake salió un pelotazo largo que se convirtió un pase. Mientras el globo viajó por el aire, el delantero Sergio Córdova picó hacia el espacio para hacer el control y dirigirse al área de los angelinos. No obstante, el experimentado defensor que pasó por Juventus hizo de las suyas: saltó y detuvo con las manos.
De inmediato, el 10 venezolano de Real Salt Lake protestó por la acción antideportiva cometida por el adversario. Al mismo tiempo, el árbitro pisó el acelerador para castigar a Chiellini. De hecho, el referí se llevó la mano al bolsillo para sacar una tarjeta, pero la sanción solo fue con una amarilla.
La decisión del juez fue cuestionada por todos los jugadores locales porque consideraron que el europeo merecía ser expulsado porque cortó una maniobra de ataque. Pese a ello, la autoridad del choque por la Major League Soccer ordenó que todo se reanude con tiro libre para el combinado anfitrión.
Para evitar más polémicas, el mundialista con Italia fue cambiado a los minutos de cortar el avance con las manos. Al central le reemplazó su compañero Eddie Segura.
Los Angeles FC ganaron por 4-1 con goles de Cristian Arango (doblete), Kellyn Acosta y Gareth Bale. Sergio Córdova, el primero que pidió desesperadamente la roja para Chiellini, había anotado el 1-1 transitorio.
Indignación
En las redes sociales, la MLS compartió un video que contiene la jugada polémica del italiano. “Las manos no están permitidas, Chiellini”, dice el posteo y agregaron un emoticono que expresa la risa desmedida.
Esa publicación fue respondida por Real Salt Lake: “Ah, sí, nos encanta cuando hacen bromas sobre balonmano”, dice el elenco de la MLS para expresar la molestia por pasar por agua tibia aquella acción que pudo ser sancionada con más rigurosidad.