Ni la garúa ni el intenso frío de ayer fueron obstáculos para que cientos de hinchas de la Bicolor lleguen a la Plaza de Armas, donde se instaló una pantalla gigante por la que se transmitió el amistoso Perú-Suecia. Muñecos con los rostros de Jefferson Farfán, Paolo Guerrero y Ricardo Gareca hicieron bailar a los fanáticos con el bombo y cajón.
Con camisetas de la selección, gorros, chalinas y guantes rojiblancos, numerosos hinchas llegaron horas antes del encuentro.
“Nos vamos a traer la copa a Perú. Vengo de Santa Anita para alentar al equipo”, dijo Gustavo Castillón vestido con el uniforme de la selección y cargando una copia de la Copa del Mundo. Antes de iniciar el cotejo, todos, con la mano en el pecho y fervor patriótico, entonaron las notas del himno nacional.
ENORME BANDERA
Niños, ancianos, hombres y mujeres disfrutaron y se emocionaron con cada pase, ataque a la portería sueca o alguna jugada de peligro. “Perú está al nivel de los europeos”, opinó Ramón Ascencio, de Collique.
Al finalizar el partido, los hinchas extendieron una bandera peruana gigante. Pero la fiesta del fútbol se vivió también en cada casa, restaurante, tienda comercial y prácticamente cualquier lugar que contara con un televisor o una radio. Los peruanos respiran fútbol.