Dos temporadas fueron suficientes para que Radamel Falcao se gane el respeto y el cariño de toda la afición del Atlético de Madrid. En su visita a la casa de los ‘Colchoneros’, ahora con la camiseta de Rayo Vallecano, el colombiano recibió una ensordecedora ovación por parte del público que asistió al estadio Wanda Metropolitano.
Minuto 76 del compromiso y el ‘Tigre’ Falcao se paró sobre el borde del campo para reemplazar a Santi Comesaña. Apenas pisó el césped, los fanáticos del elenco albirrojo se pusieron de pie para aplaudir el artillero. Sin duda, un gran reconocimiento para un futbolista que siempre respondió con goles cuando estuvo en la etapa del Vicente Calderón.
Radamel Falcao llegó al Atlético de Madrid en la temporada 2011-12, tras su paso exitoso por Porto. El ‘cafetero’ se quedó en la capital de España una campaña más y luego se marchó a Manchester United. Enseguida, el ‘9′ pasó por Chelsea, Mónaco de Francia, Galatasaray de Turquía y volvió este curso a LaLiga, pero con Rayo Vallecano.
En dos años con los ‘Colchoneros’, el delantero disputó un total de 91 compromiso y anotó 70 veces. Asimismo, el atacante colombiano levantó el trofeo de la Copa del Rey a nivel local. Mientras que, en el ámbito internacional, consiguió el título de la Europa League y luego la Supercopa de UEFA.
Victoria albirroja
Entre la COVID-19, entre las bajas de Joao Félix, Griezmann, Koke o Llorente, entre la peor racha de Simeone al frente del Atlético de Madrid, entre las dudas más insistentes en torno a una era imponente y entre la sequía goleadora que sufre Luis Suárez, este domingo surgió Ángel Correa, doble goleador determinante para reactivar al conjunto rojiblanco, reubicado en la cuarta posición y ganador incontestable contra el Rayo Vallecano, que se marchó del Metropolitano sin tirar a portería.
Un partido resolutivo que fulmina la peor secuencia de derrotas del Atlético en la Liga de la década -cuatro seguidas-, que lo repone en las plazas de la Liga de Campeones, un objetivo ineludible, y que rearma su convicción, por más que el título sea hoy una cuestión aparentemente imposible (está a 14 puntos del liderato del Real Madrid con un encuentro menos) y que su realidad sea otra bien diferente de la que disfrutó el pasado curso como campeón y de la que se exigió en el principio de esta campaña.