Por Carlos Berbuy (@bernuycarlos)
Hay veces en las cuales el boleto tiene que ser solo de ida. Olvidar regresar, enterrar el retorno. Kluiverth Aguilar deberá subirse a un avión dentro de poco más de un año. Su destino lo decidirá el City Football Group que, utilizando al equipo del cual es dueño, Manchester City, adquirió su ficha por más de un millón de dólares. Cuando el joven lateral de Alianza Lima deje el Perú tendrá dos escenarios posible: fracasar o pelear por su sueño.
Cada jugador peruano que emigra al extranjero se vuelve una moneda lanzada al aire, pocos destacan, muchos regresan antes de lo esperado. Los Claudio Pizarro, Jefferson Farfán, Paolo Guerrero o Carlos Zambrano enfrentaron mil batallas para mantenerse en Europa. Ellos son el ejemplo futbolístico nacional de un Kluiverth Aguilar que hoy tiene 16 años, pero ya empieza a diagramar su futuro. Si quiere espejos más altos: Cristiano Ronaldo entrena más hasta cuando gana un partido.
Nadie dice que será fácil porque sea en el Manchester City (un escenario casi improbable), New York City, Yokohama Marinos u otro club que pertenezca al grupo inversor, la consigna para el joven Kluiverth Aguilar debe ser pelear en cada práctica, luchar en cada amistoso, entrenar al máximo, “desayunar, almorzar, cenar y sentir” el fútbol. Vivir para el fútbol, para luego vivir de él.
Esto significa dejar atrás a los amigos, al barrio, a la enamorada y a todos los que no entiendan su nueva
forma de vida. Los que de verdad lo estimen tendrán que a entender y esperar. Adiós a las fiestas, a la inmadurez. Kluiverth Aguilar debe saber sabe que Reimond Manco pasó de la ilusión de Holanda a una nueva realidad de Puno en solo diez años. Ya seguro le contaron que Mario Gómez extrañó su distrito y se regresó o que Paulo Albarracín se vino de Hungría y nunca más regresó a Europa. Tampoco desconoce que Alexi Gómez, su compañero en Alianza jamás dio la talla lejos del Perú.
Kluiverth Aguilar debe elegir si quiere ser un Ray Sandoval o un Jean Deza quienes fracasaron fuera, volvieron al Perú y solo dieron la vuelta olímpica con la misma chica. El lateral derecho tiene que escoger si mostrará madurez y carácter o será un Waldir Sáenz que tampoco destacó lejos del país. Deberá decidir si cuando el entrenador no lo ponga se quedará a pelearla y no hará las maletas a Lima como Christofer Gonzales. Que el muchacho mire el espejo de un Christopher Olivares quien se fue a pasear a Portugal y hoy aparece en programas de farándula.
El joven Aguilar debe saber que hay que irse con boleto solo de ida. Porque si te creas un correcto destino, el regreso siempre será feliz.