El porteño Julio Landauri es un futbolista con un look peculiar, llamativo y de los Años 70. Pero él ya tiene sus seguidores y los primeros son sus hijos, que juntos parecen recordarnos a los ‘Jackson Five’. Esta es la historia del muchacho nacido en el barrio de Boterín, en el Callao, y de los pocos que pueden decir que jugaron en Universitario de Deportes y Alianza Lima.
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¿Desde cuándo usas ese peinado?
En Alianza Lima empecé con este look. Nació mi hijo y me dejé crecer el pelo. Hace 8 años no me corto el cabello.
¿Te han fastidiado?
Josimar Atoche me tiraba las pepas de mandarina, naranja y uva a la cabeza.
¿Demorabas en sacarlas?
Las que salían, a la semana se caían solas.
¿Qué ‘chapa’ te pusieron?
‘Melcoloco’.
¿Por qué dejabas que te vacilara?
Atoche es mi amigo. Con mi esposa somos padrinos de su matrimonio.
¿Cuántos años más deseas jugar?
Tengo 18 y quiero darle dos temporadas más.
¿Fue injusto que te sacaran de Alianza?
La verdad que sí. Llegó el profesor Pablo Bengoechea, pero él no me dijo que me vaya, fue el gerente deportivo que me llamó para avisarme que iban a prestarme.
¿Tenías un año más de contrato?
Sí y salió el préstamo a Sport Huancayo.
En la ‘U’ no la hiciste como en Matute...
Encontré muchos amigos y eso ayuda.
¿Quiénes?
Los Guizasola. Con Guillermo jugué en Sport Boys.
Cuenta una anécdota...
Hizo un autogolazo contra la San Martín y se molestó.
¿Qué decía?
En pleno partido, le gritaba al arquero Joel Pinto: “Malo de m..., no puedes agarrar esa pelota”. Impresionante.
Ahora una con Roberto Guizasola.
Él estaba en Juan Aurich y yo en Inti Gas. Cuando agarraba la pelota, me decía: “Si me pasas, te regalo un departamento”. Lo pasé como cincuenta veces, hice gol y después me dijo que todo era una broma.
¿En Ayacucho pudiste ahorrar?
Sí, no había dónde gastar.
También jugaste en Rumania, ¿Cómo es un vestuario en ese país?
Llegas, te cambias, entrenas y te vas.
¿El clima?
La pretemporada la hicimos en Turquía, porque en Rumania estábamos en -25 grados y cuando regresamos estaba en -15.
¿Qué se come en esas tierras?
Agarran un tomate entero y la cebolla y se la comen como manzana.
¿Llueve harto?
Un día cayó nieve y jugamos con una pelota de color naranja para que la podamos ver.
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¿Pasaste penurias en Carlos Stein?
Fuimos a la concentración y en el hotel no había luz.
¿Cómo cenaron?
Tuvieron que prender los faros de dos camionetas para que alumbren la mesa.
¿Una más que recuerdes?
Nos tocó jugar en Jaén y llegamos a las 3 de la mañana después de un viaje de 6 horas y en bus, en que el asiento no se podía reclinar en 180 grados.
¿La última?
Nos metieron a cuartos sin aire acondicionado. Traté de dormir y sentí que me golpearon a la altura del estómago.
¿Qué era?
Me levanté y no había nada, hasta que alcé el colchón y vi un murciélago.
¿Te deben tu sueldo?
El último mes.
¿Qué aprendiste?
A conocer a las personas honestas.
¿Por qué lo dices?
Cuando quisieron sacar a dos compañeros decidí parar y cuando lo hicieron conmigo, unos futbolistas de trayectoria que compartieron conmigo en otras instituciones, entrenaron normal.
¿La mujer ideal para un futbolista?
Mi esposa.
¿Por qué?
Administra muy bien la casa, la llamo desde la concentración y me dice que todo está bien, y saliendo del partido me comenta que en realidad hubo un problema y lo solucionó. Esa es la clave.
Un gran abrazo...
A ustedes y desearles a sus lectores un feliz año.
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