Desde su aparición en 1999, el ‘Burrito’ daba muestras de un talento que, finalmente, fue el que lo llevó a jugar en España, México y Argentina. Fue justamente en el país sureño en que dejó huella, no solo en el campo, sino también en el rostro de un compañero.

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El damnificado fue el reconocido delantero Cristian Fabbiani, más conocido como el ‘Ogro’. El atacante era conocido por las críticas que recibía por su peso, aunque respondía en la cancha con goles. Ambos coincidieron en el año 2002 en Lanús, aunque al principio la relación se tornó áspera.

La historia fue contada por Carlos ‘Negro’ Galván, quien fue parte de ese equipo y sin importarle que el delantero medía 1.98 y pesaba casi 100 kilos.

“(Fabbiani) debutó conmigo en Lanús. Lo agarró Mariño, le metió un combo y lo durmió ¿Sabes lo que pelea ‘Juanca’? Le dio y de una mano lo durmió. Así chiquito, no sabes lo que boxea”, relató el ‘Negro’ en el programa ‘A Presión’.

“Sosa lo puso ante Racing (a Mariño) y no sabes lo que jugó ese día. Fabbiani tu sabes como es, con el ego arriba y Mariño tranquilo nomas, de un golpe lo durmió”, añadió.

Mariño recuerda que a Fabbiani le gustaba comer

, quien en el 2020 brindó una entrevista al Diario ‘El Bocón’ y relató una anécdota en la que recordaba como el ‘Ogro’ no podía parar de comer.

“Me acuerdo de esta que la comparto con varios chicos. El “Ogro” me va a matar. Vivíamos en un departamento Fabbiani, el “Pampa” Romero y yo. El gordito Fabbiani siempre era un poquito pesadito. Íbamos a comer al restaurante del club y él decía “miren cómo estoy comiendo” y solo comía ensalada”, contó.

“Un día nos dice “estoy cansado, le voy a decir al profe”. Esta vez se fue rapidísimo, seguimos comiendo, llegamos al departamento, Fabbiani tenía su cuarto solo. Agarramos y no abría la puerta. Queríamos entrar a molestarlo y no abría... se habrá quedado dormido decíamos, pues era las 10 de la noche. Abrimos y estaba en una sábana, me acerco y lo destapo, tenía entre su cuerpo papitas, un montón de confites. Le dijimos “como puedes hacernos mentir”. Estábamos que nos matábamos de risa. El gordo era tragón, le gustaba comer, no podía estar sin comer nada. Siempre decía que no comía, llegaba al entrenamiento y estaba con sobrepeso. Iba al departamento y se metía todos sus confites”, añadió.

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