Mi querida gente de ‘La Fe de Cuto’ estoy muy satisfecho por la gran acogida que ha tenido la entrevista a Claudio Pizarro. Así nomás no se tiene a una leyenda del fútbol mundial. Recibo los mensajes de muchos seguidores vía las redes sociales y sinceramente estoy muy contento por el impacto de la entrevista al ‘Bombardero’ quien se ha mostrado tal cual como es y ha contado pasajes de su vida futbolísticas inéditas. Sólo me queda agradecerle públicamente de corazón por tomarse el tiempo de recibirnos y atendernos en Múnich.
Debo agradecer a cada seguidor por tenerme fe y apostar por este humilde programa y creo que no le hemos defraudado. A los medios, que han tocado de alguna manera el tema, gracias por reconocer y darnos el crédito, aunque hay algunos medios que son soberbios y no nos ha dado el crédito. Nada les cuesta.
Al propio Claudio Pizarro le gustó la entrevista. Resulta que mi productor José Lara, el popular Huachano, se comunicó con él para enviarle el primer capítulo de la entrevista, pero ‘Pizza’ le respondió “ya la he visto” y le dijo “la nota está en todos lados” en referencia a la repercusión que se había generado en la gran mayoría de medios en el Perú. Y eso que todavía falta la segunda parte que se emitirá el viernes 21 de abril. Prohibido perdérselo. La entrevista a Claudio Pizarro va camino a destronar a la entrevista del ‘Loco’ Vargas que ostenta el récord de vistas más de 1 millón de vistas. A mi modesto parecer en un mes la nota a Pizarro ya le debe haber alcanzado. Mientras tanto, nosotros seguiremos trabajando para traerles cada semana más entrevistas con el sello de La fe de Cuto.
Frente a frente ante una leyenda.
La semana pasada les contaba nuestra aventura por Múnich. Nuestra llegada y encuentro con Claudio Pizarro. El amigo que Claudio nos presentó, Jesús Arce Rosell, popularmente conocido como ‘El Pipo’, y el recorrido que nos hizo por la ciudad. Efectivamente, Pizarro nos había puesto en las mejores manos posible. Sin duda. Luego que le realizamos la entrevista al ‘Bombardero’ almorzamos rápidamente con Claudio ya que él tenía que viajar. El popular ‘Pipo’ nos llevó por la ciudad a dar una vuelta, conocimos la marca de autos alemana reconocida a nivel mundial.
Luego nos llevó a conocer el estadio Allianz Arena del Bayern Múnich que lo pudimos ver desde afuera ya que ese día hubo fútbol femenino y no pudimos ingresar por falta de tiempo. Igual es impresionante el escenario. De pronto cuando cae la noche se pone de color rojo, se ve bravazo.
Al día siguiente, el buen ‘Pipo’ nos llevó a conocer un poco a las afueras de Múnich. Nos llevó al castillo de Neuschwanstein que se encuentra en el suroeste de Baviera, Alemania, muy cerca de la frontera con Austria. Según nos cuentan los alemanes ese castillo sirvió de inspiración o modelo para que Disney creara el ya famoso castillo en Orlando, Estados Unidos. Seguramente los expertos lo dirán o me desmentirán, pero eso me contaron en Bavaria.
Luego de haber pasado unos días espectaculares llegó el momento de la despedida. Es jueves 23 de marzo y nuestro tren nos tiene que llevar de Múnich a Mainz, la hora de salida indica que a la 1:40 de la tarde. Sobre las 10:30 de la mañana ya estábamos en la estación, pero había más de 3 horas para esperar. Acá entró a tallar el buen ‘Pipo’, “tenemos tiempo de sobra. Vamos a conocer el club Bayern, el lugar de sus oficinas y lugar de entrenamiento del club, estamos cerca”, nos dice. Y no lo dudamos, le seguimos los pasos.
En menos de 20 minutos ya estábamos frente al centro de alto rendimiento del equipo bávaro. Sinceramente impresionante. Ya ‘Pipo’ nos había adelantado que al menos había cinco jugadores del primer equipo presente. Había llegado a esa conclusión ya que la marca de autos que patrocina a Bayern le designa un número de placa especial a los jugadores que él lo reconoce con mucha facilidad.
Bueno, ya estar al frente de esas instalaciones era muy especial. Pero nuestro guía fue por más. Habló con el personal de seguridad y consiguió que nos permitieran ingresar a las instalaciones. Recorrer cada lugar, ver la cancha principal donde sólo entrena el primer equipo fue muy espectacular. Y claro, estábamos a la expectativa de poder encontrarnos, por esas casualidades de la vida, con un jugar de Bayern.
MI ENCUENTRO CON TOMAS MULLER
Pasado el tiempo, y mirando el reloj, para no perder nuestro tren, nos pasamos a retirar lentamente, ya con más de ‘tres oportunidades fallidas’ que nos habíamos ilusionado con ver a un futbolista del primer equipo. De nuevo estábamos en el frontis de las oficinas. Posábamos para tomarnos unas fotos para el recuerdo. Por ahí también apreció un africano y me hizo el habla, mientras que ‘Pipo’ le tomaba unas fotos al huachano.
En eso, de pronto se abre una puerta y sale una señorita del club y, tras ella, aparece Thomas Müller. En ese momento mi cuerpo se paralizó por unos segundos y luego grité: “Huachano, mira quién está ahí, Müller, corre”. Me sentí un fan más, me sentí como un niño que pide una foto a su ídolo. Corrió el huachano para realizar el video y las fotos que, a las horas, se hicieron virales. ‘Pipo’ le hizo el habla y se generó una conversación muy simpática con chispa incluida.
Luego de ese momento, nos retiramos felices y nos fuimos a la estación central para tomar nuestro tren. Era 1:30 de la tarde, el tren estaba cuadrado y nos subimos en una, tras despedirnos del gran ‘Pipo’. Cada viaje tiene sus anécdotas. Nos sentamos, pero lo veo al huachano inquieto. Él es así, tiene ese instinto, “¿Qué pasa huachano?,” le dije. Me miró y se levantó con el celular en la mano. Eso me preocupó. Veo que habla con una persona y luego con otra y de inmediato gira y me dice: “Guagua, hay que bajar, este tren se va para Italia”. Hemos corrido para sacar las maletas y bajar de inmediato.
Estuvimos a 2 minutos de irnos hasta Italia. Luego del susto, nos hemos reído. Se fue el tren y a la 1:35 de la tarde ya estaba cuadrado el tren que nos llevaría a Mainz. Luego de hablar con la policía nos quedamos tranquilos y una vez más, comprobamos la puntualidad de los europeos. 1:40 de la tarde el tren partió rumbo a nuestro nuevo destino. Pero subir un tren 15 minutos antes tampoco es buena idea.
Nos leemos el próximo lunes.