Soltó todo el aguadito. El paso de Jean Deza por ‘La fe de Cuto’ sigue dando que hablar. El chalaco no tuvo pelos en la lengua para contar lo bueno y lo malo que le tocó vivir en el mundo de la pelotita. El delantero, que pasó por Alianza Lima, Montpellier entre otros equipos, y ahora juega por Alianza Atlético de Sullana, a los 30 años quiere recuperar el tiempo perdido. Desde chico, el díscolo atacante, estuvo metido en incidentes como el que ocurrió hace unos años cuando era la estrella de un seleccionado juvenil.
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La Sub 20 se preparaba para jugar el sudamericano el siguiente año y la Federación Peruana de Fútbol (FPF) consiguió unos amistosos en Argentina. Daniel Ahmed, que era el técnico de ese equipo, pidió a los dirigentes que consigan el préstamo de Jean Deza que jugaba en el fútbol de Eslovaquia porque deseaba que se vaya adaptando a sus compañeros. Luego de varias gestiones, por fin se consiguió el permiso del ‘Ratón’ que se sumó al grupo y no decepcionó al técnico porque destacó en los encuentros. Para nadie era un secretó que el chalaco era una ‘bala’ y por eso paraban encima de él para que no sorprenda con una de las suyas.
Jean Deza remeció el ambiente futbolístico con sus revelaciones en 'La Fe de Cuto'.
Jean Deza solicitó volver con la selección a Perú
Cuando la delegación preparaba su regreso a Lima, el futbolista pidió a los dirigentes volver con ellos para visitar a su familia, pero inmediatamente le hicieron ver que eso era imposible, pues el club brindó el permiso con la condición que el jugador vuelva desde desde Buenos Aires, cuando terminen los partidos.El muchacho insistió, pero se impuso la palabra del jefe de la delegación. El interés de Jean Deza por viajar a Lima hizo que un dirigente se pusiera ‘mosca‘ y mandara a un trabajador de la FPF para que acompañe al delantero hasta el aeropuerto. “Lo acompañas y hasta que no salga el avión no vienes al hotel” fue la orden del directivo.
El empleado fue con el futbolista a embarcarlo de regreso a Eslovaquia, se encargó de tramitar el pasaje del chico formado en Cantolao y cuando tuvo la tarjeta de embarque le dijo. “Bueno, chapa tu vuelo y ya nos vemos para el campeonato. Ahí tendrás tiempo de sobra en Lima”. El futbolista, que estaba molesto, sólo respondió “Ok tío, vaya nomás, que hago unas compras en el duty free y subo al avión”. El trabajador llamó al hotel y comunicó a sus jefes que había dejado al atacante para tomar su vuelo y se retiró confiado al hotel para reencontrarse con la delegación que horas más tarde volvería a Lima. Pero Jean Deza tenía en la cabeza que quería darse una vuelta por su querido Callao antes de regresar a su equipo y en vez de tomar el vuelo a Eslovaquia, compró un pasaje con destino a Perú.
Nadie se enteró de la travesura del popular ‘Ratón’ en la capital, hasta que por la noche en un programa de espectáculos salió un ‘ampay’ en el que el chalaco era protagonista por estar de vacilón con unos amigos. Llamaron al entonces presidente de la Federación (Manuel Burga) para contarle y su respuesta fue: “Ese ampay debe ser pasado, nosotros mandamos al chico de regreso desde Buenos Aires”. Las llamadas siguieron y se confirmó que Deza les había hecho una ‘huacha’, después que los directivos del MŠK Žilina llamaran desde Eslovaquia preguntando por qué no había regresado el jugador, según lo acordado. En ese momento el directivo puso el grito en el cielo y pidió reunirse con el empleado que supuestamente había embarcado al juvenil.
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“Eres tan hue… que un mocoso te saca la vuelta y no te das cuenta. Hemos quedado como unos coj… ahora vas a su casa, lo buscas y lo subes al primer avión y no te bajas hasta que lo dejes sentado. Ya verás como haces”, ordenó un enfurecido presidente, quien incluso amenazó con botarlo del trabajo si volvía a fallar. El trabajador, que tenía años en el puesto y conocía a los futbolistas desde niños, apeló a su buena relación con el porteño y lo convenció para tomar el primer vuelo a Europa. Eso sí esta vez tomó sus precauciones y le hizo ver el díscolo jugador que estaba en juego su trabajo. ”Tío, no se preocupe, sólo quería saludar a mis amigos, no lo voy cag… a usted que es buena gente con nosotros”, dijo Deza. El empleado hizo los contactos del caso con gente del aeropuerto y lo dejaron pasar casi hasta la puerta del avión y no se despegó del delantero hasta que lo vio sentado en la aeronave y esta partió rumbo a Eslovaquia.
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