Mi gente de ‘La fe de Cuto’, un viernes más con ustedes. Les quiero agradecer por recibir con tanto apasionamiento la segunda parte de la entrevista de Paolo Guerrero, un sueño cumplido. Ahora les traemos una divertida charla con Víctor ‘Vitito’ Reyes, quien nos cuenta sus más entrañables anécdotas de su paso por el mundo dle fútbol. Harto agüadito.
Vitito Reyes nos cuenta también sobre sus entrañables episodios con los ‘Potrillos’ de Alianza Lima que lamentablemente perdieron la vida en el accidente del Fokker.
Finalmente, nuestro invitado nos cuenta su íntima amistad con Juan Reynoso, el actual DT de la selección peruana. Por su cercanía, algunos ‘malcriados’ le piden chamba en la FPF. Arrancamos, mi gente, no se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿Por qué tienes esa fama de ganador, de conquistador de mujeres?
Te soy franco, mírame nomás de cuchilla, salta a la vista... me paraba en una esquina y ya... para qué voy a enamorar y la que está, está. Mi causa Sharún, Tony... tienen que hablar bastante para enamorar, yo no, yo me paraba de costado, apuntaba a la presa y ella es...
¿Quién te pone la chapa ‘Vitito’?
De chico allá en Chincha en mi barrio, no creía creo porque no había mucho para el combo, puro tecito nomás, mi abuelo se sacaba el ancho trabajando y me puso ‘Vitito’... era un negrito chiquito, se me cayó el pelo y todo eso... por la talla más que todo... vine acá a Lima y desarrollé un poco con los ejercicios, ya tenía mis tres comidas jajaja
¿Tú eres del Carmen o de Guayabo?
No mira, allá en El Carmen son un tipo de negro, los guayabos son otro tipo y los de San José son diferentes, son tres tipos y todos no se llevan ah, antiguamente había mucha rivalidad. Los guayabos son como mi comprade Diosdado, caminan así... son medio agrandados, entre ellos tenían su mancha, se hablaban entre ellos, iban a una fiesta y era reunión de ellos nomás, cada uno en su grupo y si tú querías enamorar a una chica de Carmen, tenías que ser bien trompeador, tus tíos eran los bravos allá, uno se paraba en una esquina, el otro en la otra entrada, tenías que trompear mucho porque estaban los Guadalupe que eran grandazos, ellos no querían... eso iba pasando a través de generaciones, había mucha rivalidad entre los negros de allá... peor los de Guayabos, no había luz, un negro pasaba fumando su cigarro y yo sabía quién era a kilómetros, lo conoces a Diosdado Palma, ¿has visto cómo camina? Es típico de Guayabo , todos son escandalosos, salerosos, todos fuman su cigarrazo... hacían los campeonatos que jugaban en cada hacienda y el estadio se llena, hasta ahora, vas al estadio de Chincha, va más gente que cuando juegan los profesionales en provincia, llenecito, desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, todo el día hay bronca, y después salen todos los negros y se ponen a chupar afuera, que hay una cantina... el que tiene más plata es mi comprade Pacherres... la borrachera te dura tres días, un dolor de cabeza, esta tutuma la hacen mis primos los Bayumbrosio, esa tutuma tiene un proceso, pero allá le meten al otro día nomás, es negocio.
¿Tú eres de San José?
La hacienda San José, allá hay muchos futbolistas, habían cuatro canchas de fútbol, de la época de Los Bombones. Es que no había otra cosa qué hacer, en los recreos jugaban fútbol, salían del colegio y jugaban fútbol, todo el día estaban jugando y después te ibas a chambear a la chacra, yo iba y regresaba, la chacra es dura, el calor... ahí se están perdiendo muchos talentos pero las autoridades no están apoyando mucho al fútbol, todos hablan del deporte, pero no hacen nada. Son pocos los que se quedan... están acostumbrados a otro ambiente, a mí me chocó bastante venir a Lima. Me quedé en la casa de un tío y como no conocía, estaba misio y no tenía billete para ir al entrenamiento, iba caminando de Surquillo al Estadio Nacional, iba y regresaba, para entrenar en la preselección. Un día me dejan quedarme a vivir en el Estadio Nacional, yo estaba emocionado pero nos metieron en tribuna norte, uno de esos camarotes antiguos, a las seis de la tarde cerraban todo y a las ocho ya no había luz. Allá penan, los muertos que habían habido ahí... no dormí toda la noche, al otro día quería regresarme a Chincha, no te pases pues, dormir en el Estadio Nacional solo, tenía 17 años, esos camarotes sonaban, habían pasos. No quería regresar a la chacra, tengo amigos que tienen mi misma edad y parecen de 70 años, es dura la chacra.
¿Cómo fue tu infancia?
Pobre pero feliz, fui muy dichoso en tener a mi abuelo que me crio, no había grandezas pero el hombre se la rompía chambeando. Yo me trompeaba todos los días en el colegio porque no tenía zapatos y me ponía los zapatos de mi tía, la gente me fastidiaba, ahí no existía bullying, te tenías que mechar, pero era bonito, tengo grandes amigos, de mi barrio es Mauriño Mendoza, él era más tranquilo, todo lo opuesto a mí. Éramos como 40 amigos del grupo y salíamos, jugábamos, la pasábamos bien, pero un día le voy a reclamar a mi abuelo que me prometía que si pasaba de año, me regalaba una bicicleta. Yo le llevaba sacos de frejoles al secretario para pasar de año... es el colegio que está en la Plaza de Armas del Carmen, iba, me sentaba y me quedaba dormido, todavía me sentaba adelante... no entendía nada... luego venía la prueba oral, te paraban y te nublabas, buenas épocas del colegio.
Un día un primo, que era uno de los pocos inteligentes allá, me dijo que qué hacía en el Carmen, que vaya a estudiar al Pardo, que iba jugar la final interescolar y que había un colegio de chicas, que me podían presentarme a una muchacha. El Pardo tenía más nivel pues... yo quería regresarme, solo sacaba 05, a través del fútbol podía meterme a los profesores al bolsillo pero había una profesora paisanita que no me podía ver ni en pintura, ella y el cura, ella me enseñaba inglés, el cura, religión y el profesor de educación física, los tres me jalaron. Les quería decir que iba a entrenar pero no les interesaba. En Inglés sacaba 02 nada más, por eso no voy a Estados Unidos porque no sé inglés, me traumó esa tía. Mi primo me pasó una prueba por la ventana, yo copié las respuestas, me saqué 19, pero quiso tomarme una prueba oral porque no me creía, no llegaba ni a 10... Le digo: he estudiado pues profe, yo no voy a dar ninguna prueba oral y si no me voy hasta la dirección, he estudiado toda la noche... no no. Él me dijo, ‘yo te voy a ayudar pero sincérate’, si yo me echaba para atrás... le dije que mi primo me había ayudado a estudiar toda la noche, pero que no había copiado, me aceptó pero me dijo: ‘no te quiero ver acá, lárgate’. Allá no podía llevar mis sacos de frejoles, era otra vaina, pero habían profes que les gustaba el fútbol y nos ayudaban, no te hagas el loco...
¿Quiénes eran de tu categoría, de los que llegaron a la profesional?
Manacero, Juvenal Briseño, Pachito Bustamante, Escobar, Daniel, El Loco Arteaga, Roberto Vega, Carlos Guido, el Chino Akasuka, Kajak... Yo me tumbé a Murillo, que venía de la U, eran 7 de Alianza y el resto de los otros equipos. Todos ellos tenían paso por la profesional, era difícil llegar ahí, aparte de la argolla, el único de la U que se quedó fue Murillo y al resto los volaron. Era un buen equipo pero eran tremendos liquidadores...
¿Cómo llegas a la sub20?
Por el colegio Pardo, vine a jugar la interescolar, Rigoberto Obregón me vio y me llamaron y empecé a venir acá a Lima. Yo jugué el primer partido, con conjuntivitis, vine y me dijeron que me regrese que luego me iban a llamar, en enero me llamaron, quedaban treintantos nomás... yo jugana de seis o volante izquierda, en esa selección también estaba Sharum. Cuando yo llegué a Alianza, el cholo tenía su equipo, yo era titular en la selección y en Alianza estaba de suplente porque Sharum era el seis en Alianza, jugaba bien. En en todos los partidos me ponía, hasta que un día un grupo se fue a jugar a Huacho, y nos tocaba jugar con el Muni, se quedaba don Gato de entrenador ese día. Como no estaba el cholo, Sharum se metió su bomba y se quedó dormido todo el partido, de ahí no jugó más. El cholo se asó, me puso a mí y Sharum se tuvo que ir al Bolo, lo sacaron. No tenía cabida, yo tampoco, estaba Velasquez, Cordero, Valencia, Casanova. El cambio fue bastante brusco porque en dos meses llegué a la primera en Alianza, antiguamente no había televisión, solo radio, encima yo era del campo, la gente del campo es diferente a la de la ciudad, yo llegué y estar con ellos... justo en esa época vinieron de vacaciones Cubillas, Cueto, La Rosa... hacían partidos con el equipo B, yo estaba en ese equipo, decía, ‘si lesiono a Cubillas, me regreso a Chincha’, quería tomarme fotos con ellos, el tío Guillermo me metió unos cachetadones, en ese partido ganamos 8-0, yo la cagué con los ocho goles, estaba nervioso...
¿Cómo fue tu debut?
En el 84, contra ‘Las Joyas de Chancay’. Estaba jugando Wilmer con Jorge y en La Joya estaba Julio César Antón, él hacía la fiesta con Wilmer y Jorge. Castañeda, los otros se habían ido de gira a China, solo se hacían quedado José Mendoza, Wilmer y Cordero. El estadio de Chancay estaba llenecito. Yo estaba sentado, relajado, no pensé que me iban a poner, Castañeda me pidió que caliente. Estaba tan nervioso que no encontraba ni los huequitos de los chimpunes. Me tomé un café con un poco de pisco, para entrar más templado, entré y a la primera me lo llevé al tío Antón. Estaba asustado. Le ganamos a La Joya. En la siguiente fecha, yo ya estaba agrandado, jugábamos con Muni. Difícil marcar a Julio César Antón.
SUS ANÉCDOTAS CON LOS POTRILLOS
¿Tuviste la oportunidad de estar con todos los de Fokker?
Sí, los Potrillos. Hay varias anécdotas. Con Escobar, estábamos jugando con Paraguay, como habíamos perdido el segundo partido, teníamos que ganar el tercero, nosotros podíamos porque teníamos buen equipo, pero los paraguayos eran altos, yo les metí patada como carnicero, le sacaron tarjeta roja a Roberto Vega, a Briseño y a mí. Íbamos 0-0. Se arma la bronca, entra el árbitro, me saca la roja y el Potrillo Escobar viene corriendo y le dijo de todo al árbitro y cuando para la bronca lo querían sacar a Escobar, ahí se armó otra bronca porque ninguno de los dos queríamos salir. Al final lo sacaron al Potrillo, se fue renegando. Termina el partido y Escobar era hablador y cuando lo estaban entrevistando dijo: ‘Lo expulsaron al señor Víctor Reyes, al chinchano, y me sacan a mí, yo dije ‘será que yo juego mejor que él’.
Luego te vas a Melgar
Me fue bien con las muchachas jajaja. En el fútbol en primer año recontra bien, el segundo año bien y el resto mal. Tuve problemas fuertes, no por mí... yo salgo del Melgar porque había ‘La fiesta de Arequipa’, estaba Freitas, el brasileño, él hombre estaba tomando, la gente estaba desbandada, pero yo no tomaba con ellos, yo pocas veces he tomado con los fútbolistas, me voy aparte, es más fácil ganar ahí también. Estaban tomando y hacían su fiesta, un chongo en la Plaza de Armas, yo estaba tomando en otro lado y me llaman, que los jugadores del Melgar estaban haciendo escándalo y que querían que lo recoja. Lo fui, le dije a Freitas y que tome en otro lado y el lunes viene Freddy Bustamante a decir que había habido gente tomando y me dijeron que yo había estado ahí, yo no podía echarme, muero siempre de pie, los que habían estado, calladitos, mudos. Freddy me dijo que me vaya, me fui, pero le dije que después no se arrepienta, ya estaba agrandado. Me fui a seguir liquidando, pensé que ya se le iba pasar. Me llamo el presidente, Corrales, sacó su whisky y me preguntó quiénes eran los que habían estado en la Plaza de Armas, que se iban ellos y yo me quedaba, yo le dije ‘yo no soy soplón de nadie, si tú tienes sospechas, llámalos a ellos’. Yo le pedí a Freitas que dijera, pero no quisieron, nunca desmintieron, se quedaron ellos y me fui yo. De ahí voy al Boys, yo tenía 27 años y no me quería ningún equipo. Amaral me llama y me pregunta qué había pasado, yo dije que no iba echar a mis compañeros. Me dijo que al día siguiente vaya para arreglar en el Boys, que era el entrenador y confiaba en mí. Jorge, Balán, Puchungo, Ricardo Lara, mira esa banda, todos habían arreglado con Medelio. Balán estaba con seis, Puchungo con cinco, la gente estaba bien, todos gruesos. A mí me mandaron a arreglar con Walter Vargas, el secretario, era amaneradito, me ofrece 600 dólares y 1500 dólares ahorita, y también si quería. Pero yo ya sabía de los sueldos de los otros, pero estaba seis meses sin chamba ya, mi carro no tenía ni foco ya. Y le dije que ya, que por seis meses, firmamos. Habían cortado la luz, el agua y el mantenimiento en mi casa, llegué y pagué todo. Me guardé 200 dólares, estaba con la mamá de mi segundo hijo, lo demás se lo di. Iba ser Navidad, me desaparecí y me aparecí a las 11:30 del 24 de diciembre, antes de Navidad.
La mala suerte me seguía, hicimos la pretemporada, un partido de práctica, todos los dirigentes que ninguno me quería. Hice un buen partido de práctica, lo agarré a Ricardo como piñata, estaba el Chino Huamán, Cafú Salazar. Termina y llevaron unas cervezas y unos vinos para celebrar, yo no quise tomar. Ricardo y Roberto Martínez Troncoso estaban en mi cuarto, me echo y habían metido sus chelas, al otro día todo el olor. Me echaron la culpa de haberles echo tomar a los muchachos, tuvo que hablar Balán, con los antecendetes que tenía... hablaron con Amaral y los castigaron. Jugué los seis meses y no tomaba, no salía, terminó mi contrato y la gente del Boys estaba contenta conmigo, me quise ir por el sueldo y me ofrecen ganar como Jorge. Abrió su cajón, nunca había visto tanta plata, me pagó en efectivo, me repuso todavía lo anterior, no me acuerdo cuánto era de plata, salí, estaba en la Colonial, pensé que todo el mundo me quería asaltar y encima no paraban los taxis, yo vivía en Miraflores. Tomé un taxi al final pero miraba para atrás por si alguien me seguía, nunca había tenido tanta plata. Fueron como casi 20 mil dólares, que sacó de su cajón. Para qué me dio esa plata, cuatro días no fui a entrenar, si no había tomado seis meses, tuve que recuperar el tiempo perdido. Dejé el billete en mi casa y me fui a buscarme la vida con unas amigas.
Después te vas a Talara
Me voy del Boys, también por otro escándalo, yo salía con una chica que tenía un local famoso el ‘Chupacabra’. Era bien guapa, de ojos verdes, rubia, pero era enferma de celos. Cuando me demoraba en entrenar, la encontraba llorando y creía que me había ido a la casa de mi exesposa. De Cantolao, allá había tráfico. Había terminado y Chalaca me dice que voy a arreglar con Antonio Cuba. El sábado me metí una tranca, me fui a tomar con la blanca, se apareció otra amiga. La blanca se fue y cuando regresó, me encontró campeonando con la amiga, se iban a mechar, yo me fui, pero la blanca me perseguía en un Tico. Llegué a la comisaría de Surquillo y quería poner mi denuncia, que esas chicas me estaban acosando, no me creía. Me largué y las dejé a las dos mechándose. Llegué a la casa, ella llega a la casa y se cae, se saca la miércoles de la escalera, llega la mamá y fueron a poner la denuncia, que yo la había querido matar. El lunes salí en todos los periódicos de pegalón, y esa era la segunda vez que me pasó lo mismo. La primera vez fue con mi esposa, la mamá de mi hijo. Estaba tomando con Puchungo con unas coloradas, me quise ir pero Puchungo me decía ‘cómo has cambiado’. Estaban tomando whisky, yo no tomo whisky, la chica me decía, ‘vamos a la casa para que descanses’. Puchungo todo candelero. Se va la blanca y se lleva mi carro rojo, cuando salí, Puchungo también se había quitado. Me dio el aire y me fui a mi casa en Miraflores, caminando fui y llegué sin zapatos. Entro al segundo piso, toco el timbre y me contesta mi ex, no me quería abrir. Me pasó 20 soles para que me vaya a mi casa, yo solo quería dormir, estaba sin zapatos. Yo le metí una patada a la puerta y la puerta se rompe. Ella trabajaba con Gisela Valcárcel, era su fotógrafa, llamó a todos los medios. Llamó a Cachetada, él nunca llegó porque es mi hermano. Cuando estaba durmiendo en el mueble, mi hijo saca una frazada y me tapa. A las 11 de las mañana me levanto y me encuentro con las cámaras. Llegaron los de canal 4 y creían que yo le había pegado, me paré en la puerta para tapar el hueco. Nunca salí tanto en los periódicos como esa vez. A los dos meses pasa con la otra chica y en el Boys me botaron, tenía 29 años. Me fui al Imi, estaba de entrenador el Cabezón Cubillas. Era una banda allá, en provincia la gente tomaba, estaba Rachumín, era un desastre. El Talara también tuve varias broncas de mano, yo no jugaba, prácticamente estaba de vacaciones allá. Entre Talara y Máncora paraba yo, la hacía linda, pero no me fue bien allá, futbolísticamente no estaba bien, no entranaba, iba a veces nomás, pero el las discotecas era infaltable, campeonaba allá, arrasaba.
¿Cómo compraste ese carro rojo?
Unos dirigentes tenían unas deudas conmigo y no podían pagarme y tenían acciones en Mazda y me ofrecieron el carro. Chapé el carro y lo tuve como hasta cinco años atrás ah. Antes tenía un Nissan verde, cuando estaba en el Boys. Un día me había metido una tranca, me quedé hato en la bajada del puente de la Brasil, en el medio. Supuestamente me iba a dormir en el club del Boys. Me quedé dormido, a las 9 de la mañana pasaban los carros y un pata me tocó la ventana, yo pensé que estaba en mi cama, se aparecieron los tombos y me llevaron a la comisaría. Tuve que arreglar con los tombos para poder salir, estaba en una bomba que ni llegué a los entrenamientos, y no tenía ni brevete ah. Recién he sacado brevete, ahora ya entré en las reglas, hay que cambiar, sino imagínate.
¿Cuántos goles tienes en la profesional?
Más de 50, la gente no cree. En CNI me fue bien, tuve una racha y en un campeonato hice 14 goles. En Iquitos es difícil jugar, sobre todo en el segundo tiempo, cuando llueve el calor sale de abajo y no puedes ni respirar. Yo siempre la metía, en Alianza también. La gente le tiene miedo a la altura pero el calor también es bravo, bajas 4 o 5 kilos de peso, dependiendo de cómo corres.
SU AMISTAD CON JUAN REYNOSO, EL DT DE LA SELECCIÓN PERUANA
¿Juan Reynoso es tu amigo?
Sí, casi hermano. Nos conocemos desde antes de la tragedia en Alianza. Él vivía en Benavides y yo en Roca y Bologna. Él pasaba en su carro y me recogía todos los días. Concentrábamos en el mismo cuarto durante los cinco años que estuvimos ahí, luego se fue a la U. A veces no nos hablábamos porque se picaba cuando jugábamos en el casino, no le gustaba perder. Somos muy muy amigos. La gente a veces me llama para pedirme una chamba para la selección, ni yo trabajo... hasta currículum me mandan, ni yo le pido chamba... tuve que cambiar mi número. Cada uno en su espacio, el éxito de la amistad es respetar al amigo, tenemos muy buena amistad, cariño respeto, también con su mamá, con su hermana.
¿Cómo fueron tus últimos años como futbolista?
Terminé en el Muni, tuve muy buenos entrenadores, a La Pepa Baldesari, Ramón, Titín.
Recuerdo que fuimos para tu despedida...
Hubo una parte donde querían tomarnos una foto, yo me estaba yendo para adelante porque me había metido una bomba... estaba bailando con chimpunes...
SUS ANÉCDOTAS CON ROBERTO MARTINEZ
¿Cómo fue tu época en el Boys con Roberto Martínez?
Era muy inteligente, muy vivo... el llegó al Boys después que yo, estaba Kukín, yo era el mayor. Kukín me dice para ir a comer un ceviche, ahí me dijo que Roberto se iba adueñar del Boys y que hable con el Chino Huamán y con Rivelino Carazas para que no le paren bola y le hagan la ley del hielo. Llega el entrenamiento, el primer día, y llega Roberto y me saluda, Kukín me queda mirando... termina el entrenamiento y la presentación y Roberto me invita a comer un ceviche también, fui. Sube en su camioneta el ‘Chino’ Huamán, Rivelino, todos, se los metió a todos los chibolos al bolsillo. Kukín estaba asado y le hizo la guerra frontal a Roberto, a las finales, chau Kukín y se quedó Roberto. Me reclamó que había tirado la toalla, si yo estaba a las justas también. Yo tengo buena amistad con Roberto, hemos trabajando juntos, siempre conversamos, nos llevamos bien, mejor que con mucha gente de Alianza. Le gusta andar con todos los chibolos, le gusta ayudar, si al Chino Huamán lo llevaba a su casa. Un día lo llevó a la piscina de la playa waikiki Roberto se quita y los botaron a todos. Otro día, Roberto iba manejando en su carro y los tombos lo paran, pensaban que lo habían secuestrado todos los pirañas jajaja. Tengo varias anécdotas con el blanco.
Si no hubieras sido futbolista ¿qué te hubiera gustado ser?
Policía, yo hubiera sido policía de los malos, no me gusta la injusticia, he tenido varias peleas por eso. Varias veces me he metido cuando he visto a un pata pegándole a una mujer, hay patas que son abusivas, mujeres también, que les pegan a sus maridos. Si hubiera sido policía, varios choros hubieran pasado por mis manos.
¿Ahora a qué te dedicas?
Estoy terminando de hacer mi fundación, la Sunat me la hace más larga, quieren chapar billete de donde sea, también tengo una droguería, donde vendo equipos médicos, medicina, aprendiendo, día a día uno aprende cosas nuevas. Me está yendo bien pero quiero que me vaya mejor porque ya tengo varios añitos y quiero asegurar la vejez.
Cuéntame esa anécdota con Tony Alguedas, la Pantera
Con él jugamos un buen tiempo en Alianza, buenas épocas, tremendo jugador. Él tuvo a su primer hijo y el tío Rolando Sánchez, el papá de todos, le da mil dólares por el nacimiento de su hijo. Tony se viene a Corongo con los mil dólares y se compra un equipo de música, para festejar el nacimiento de su hijo. Empezó el festejo, se olvidaron del hijo y se gastaron todo el billetito. Llega el lunes y la hermana de la mamá llega diciendo que no podía salir del hospital porque no había pagado. El tío Rolando dijo que le habían dado, pero el billete se había quedado en el equipo y en las chelas. La rumba duró como tres días, Tony ni se aparecía en el entrenamiento festejando su primer hijo, esto yo lo cuento en Trome y Tony se molestó conmigo, me quería denunciar, le dije que terminara el colegio primero antes de denunciarme, peor se molestó. Pero él sabe que somos hermanos, el Alianza hemos hecho... con Tony y Mágico, éramos los últimos en el entrenamiento, pero cuando Tony se ponía a jugar, no lo paraba nadie, aparte como persona también 10 puntos, su familia también.
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