Mi gente de ‘La fe de Cuto’, después de las dos picantes ediciones con Piero Quispe, les traemos una entretenida entrevista con Paolo de la Haza, campeón con Alianza Lima y Cristal, para soltar todo su aguadito.
En la charla, Paolo de la Haza nos cuenta su paso por el fútbol internacional en clubes de Ucrania, Israel y China. Además, recuerda sus experiencias en Sport Boys, Sporting Cristal, Alianza Lima, Aurich y César Vallejo. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
Eres del Callao...
Así es, del barrio de Loreto, la cuadra 10. allí pasé mi niñez, gratos recuerdos. A los 14 años me vine a vivir a La Perla. Yo tenía la ilusión de jugar al futbol profesional, era mi única posibilidad porque mis padres no tenían para darme una educación superior o una universidad. Tenía ese anhelo de dar ese pasito adelante.
¿Alguna anécdota?
Casi me voy a la ‘Habana’. Cuando estaba en la casa de mi abuela en Chucuito, tenía sed. Le decía que tenía sed. Mi mamá me decía que espere, que estaba atendiendo a mi abuela. Fui al baño y me tomé dos ‘tanganazos’ de una botella de Inca Kola que adentro tenía ‘Baygón’. Me ardía todo, no podía respirar. Mi mamá entró al baño y yo estaba tirado. Cuando he despertado, estaba con sondas. Me tuvieron que hacer un lavado gástrico. Si no me fui en ese momento, es porque Dios tenía algo preparado para mí.
¿Cómo empiezas en el fútbol?
Empiezo en Unión Riera a los 8 años. Mi primo Jimmy me llevaba a los entrenamientos. A los 11 años paso a Cantolao. Hicimos la ‘Copa semillero’, jugaba de 9 y fui el goleador. Para ir a Ventanilla tomaba la ‘61′. A los 17 años, Kiko Mandrioti me lleva al Sport Boys.
¿A qué países viajaste con Cantolao?
Fuimos a 5 países de Europa: Austria, Noruega, Dinamarca, España y Suecia, a competir. De paseo nos fuimos a Islandia y Rusia. Nos fuimos 45 días, tenía 11 años. No quería venir, quería quedarme. Allá todo era hermoso.
Cuando llegaste al Boys, ¿Quién era el entrenador?
Mi profe Ramón Mifflin. Cuando fui a la pretemporada, dependía de mí. Cuando llegué estaba estaba Carmona, Mario Flores, Jhonny Vegas, Chacón, el tío Cafú, el cholo Marrou. Agradecido de toda es agente grande, me hicieron sentir bien. Eso fue en el 2002. Me hicieron un contrato de dos años.
¿Debutaste en la profesional con el profe Mifflin?
En Tacna, contra Bolognesi. Estábamos perdiendo 2-1, estaba más nervioso. Para mí era algo nuevo, la gente de Tacna apretaba. Perdimos 3-2.
¿Qué anécdota con el profe Mifflin?
Era un técnico por el que teníamos que entregar todo. Agradecido por la oportunidad que me dio.
Luego tienes como técnico a Sampaoli
Ese es recontra loco. Llegó en el 2003, venía del Aurich, conocía el fútbol peruano. Nos sorprendió la capacidad que tenía, el decía yo voy a dirigir a Argentina, yo voy a dirigir en Europa, el había llegado como el ‘chavo’, con su mochilita. No le gustaba perder. Es un ejemplo de vida, de que haya logrado lo que se propuso.
Luego te vas a Cienciano con Freddy Ternero...
En el 2004 empiezo el campeonato con Boys y, en febrero, Freddy me llama Ternero. Cienciano venía de ganar la Sudamericana, ellos iban a jugar Recopa contra el Boca. Hicimos pretemporada. En uno de los partidos de prácticas hice un gol, yo había ido por un año y luego ‘levantaron’ el contrato a dos años.
Jugaste la Recopa contra Boca...
Había pasado el huracán catrina. El aeropuerto (Fort Lauderdale, Estados Unidos) parecía un aeropuerto fantasma, el partido se iba a suspender. El avión casi se cae. No había buses. La colonia peruana nos llevó en carros, en una limosina. Así llegamos al estadio. Boca con sus trajes, bus. Habrán pensado que éramos un equipo de barrio. Todo eso nos sirvió para hacernos fuertes. Nos quedamos con la Recopa. El play de honor lo dio Charly García estaba más ‘reventado’, jajaja.
¿Qué recuerdos de la charla que dio Freddy ese día?
Fue más motivacional que táctica. Lo táctico ya lo teníamos claro. Él tenía una capacidad para llegar al jugador. Nos decía: “Lo táctico ya lo saben. Si ustedes se convencen de que podemos ganar, lo vamos a hacer. Salgan convencidos”. Salíamos inflados, éramos gente de peso.
¿Qué pasó después en el camerino?
Le agradecí a Dios, tenía la foto de mi hijo. Sin desmerecer, unos meses antes estaba entrenando con Boys y ahora estaba levantando una copa internacional. He estado agradecido porque mi carrera fue en crecimiento. Luchen por sus sueños.
¿Cuantas temporadas estuviste en Cienciano?
Estuve 2004, 2005, 2006 y hasta mediados de 2007. En Cienciano tengo las mejores anécdotas. La que nos sorprendió fue cuando íbamos a cobrar, nos pagaban en efectivo. Juvenal era bravo, un artista. Esperábamos dos horas, tres horas. En Boys te daban tu sobre cerradito, en cambio allí me daban en efectivo, se ponían a contar.
¿Qué otra anécdota?
Cuando regresamos de la Recopa de Estados Unidos, el aeropuerto estaba lleno. Tuvimos que pasar en un carro de bomberos para llegar a la plaza. Tres horas para llegar del aeropuerto a la plaza, la cantidad de gente. Se paralizó Cusco. Cienciano me hizo llegar a la selección mayor.
Jugaste en Ucrania en el 2007
Llegué con un contrato de tres años, pero me quedé dos años y medio porque llegó la crisis y nos querían ‘mochar’. Nos quedamos en la fase tres o cuatro para llegar a la Champions.
¿Después te vas a Israel?
A fines del 2008 vengo Alianza, en 2009 jugué tres partidos con Alianza y luego me llaman para decirme si quería ir a Israel, dije que sí. La ciudad parecía Estados Unidos. Mi hija Victoria nació en Jerusalem pero le saqué su pasaporte peruano porque allá el servicio militar es obligatorio a los 18 años. A los días de haber nacido la llevamos al pesebre, es una bendecida.
Luego te vas a China...
Después de Israel vengo a Alianza y salió la oportunidad de China. El empuje de la familia fue importante. Me chocó bastante, llegué al club tenía todo, económicamente bien, pero el club era bien nacionalista. Teníamos que estar ocho horas, todos los días. Si jugabas sábado, te encerraban jueves y salías domingo. Lo más bravo era la comida.
Luego juegas por la César Vallejo...
Me llamó Richard, conversamos y llegamos a un acuerdo rápido. Sabía que era un club serio y ordenado. Estuve dos años, 2012 y 2013. Entramos terceros a Libertadores. Estuvimos con Víctor Rivera, dio la venia para poder llegar.
Luego te vas a Cristal...
Fue anecdótico. En Vallejo me dijeron que ‘iban a ver’ mi renovación. En las últimas fechas nos toca jugar ‘Cristal - Vallejo’, ganamos 4-2 a pesar de que ya había adelantado mi negociación con Cristal. Siempre hay que ser fiel con el equipo que te da los frijoles. Después llegué a Cristal, llegar allí es como llegar a Disney World, es un club ordenado, gané mi primera estrella en 2014.
¿Cómo fue?
Estábamos con el profe Ahmed. Era un grupo espectacular. Estaba Yoshi, Penny, Advíncula, Yoshi, Lobatón, Araujo, Cazulo, Calcaterra, el ‘Chapa’ Blanco. Fue un grupo bien unido. El Apertura lo gana Aurich, tuvimos que ganar el Clausura, después de un partido extra con Alianza. Fue una buena final de tres partidos.
Luego te vas al Juan Aurich...
Salí de Cristal, no dolido pero triste. Un directivo me dijo que preferían jugar con un chico de la bolsa. Sentí que hice los méritos para quedarme muchos años más en la institución. Uno tiene que ser leal en el club que te toca estar. En Aurich estaba el profe Víctor Rivera. Me fui a Chiclayo. En el 2016, era la oportunidad de mostrarme y dar el salto. Después, en Francia mientras estaba de vacaciones, me llama Pablo Bengoechea, me conocía de la selección. Me quería para Alianza.
Cómo te fue ahí...
Fue una sensación linda. Me volví a juntar con Rinaldo Cruzado. Era un equipo que tenía claros los objetivos de luchar el campeonato, su último título había sido en el 2006. Nos tocó salir campeones.
¿A qué te dedicas ahora?
Estoy dirigiendo en el club Géminis, en Comas. Tenemos otra sede en Independencia, también. Hice mi curso, estudié. Quiero entrenar en Liga 1, pero déjenme ensuciarme los zapatos, soy ambicioso. Lo estoy disfrutando.