Mi gente de La Fe de Cuto, ya estamos de vuelta por aquí. Luego de la entrevista de colección que le hicimos al profesor ‘Miguel Company’, ahora les traemos una divertida charla con Michel Guevara, también conocido como ‘Solanito’, quien nos cuenta sus más divertidas anécdotas.
Michael Guevara nos cuenta anécdotas divertidas al lado de Paolo Guerrero y Jefferson Farfán, quienes fueron su ‘promoción’ en la categoría 84 y con quienes luego compartió camerinos y concentraciones cuando fue convocado a la selección peruana.
Además, ‘Solanito’ nos cuenta el origen de su apodo, su paso por Polonia y sus más picantes historias que ha protagonizado en los equipos peruanos en los que paseó su talento. Arrcamos, mi gente, no se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿Quién te puso ‘Solanito Guevara’?
Esa chapa me la pone Carlos Moya, el utilero, ‘Conejo’ en la sub 15, estábamos en la selección, entrenábamos en la Videna y él me llamaba para ver patear a Ñol, hasta que una vez me dijo ‘tú te pareces a Ñol’ y me quedé con ‘Solanito’ y se corrió, hasta el día de hoy me he quedado con esa chapa. He visto fotos de Ñol a los 12, 14, 15 años y (comparándolas) con mis fotos de esa edad, sí hay algo, un airecito. Él enseñaba.
¿De qué barrio eres?
Yo soy de Los Olivos, urbanización Las Palmeras, cerca de la municipalidad. Ahí mis viejos se mudaron hace como 50 años más o menos. Mi viejo chambeaba en el banco, le dieron a la gente del banco la casa y ahí nos instalamos, yo no nacía todavía. El barrio es importante. En el barrio había un equipo, la PUPAL, me inicio ahí, es la Asociación de Propietarios de la urbanización Las Palmeras, con el viejo Tato que era el mayor en el barrio, el que reúne a los chicos y sacaba las categorías. Ahí me inicié en el tema del fútbol, no he practicado otro deporte más que el fútbol y después con la gente en el barrio, había una piscina. Tuve la suerte de que mi padre administraba la piscina más o menos en esa época de mi niñez y adolescencia y paraba todo el día ahí con la gente, nos hemos divertido mucho. Los tres meses de vacaciones, enero, febrero y marzo; íbamos a Ica, mi vieja es de Ica, El Olivo se llama el lugar donde está toda mi familia allá. A la chacra, sin zapatos a jugar todo el día.
¿Cómo así llegas a la ‘U’?
A los cinco años, yo soy fundador de la categoría 84, no había 84 cuando llegué, había la 83, donde estaba Cominguez, Juan, Diego Bustamante, Carrión, ‘Dinamita’, el hermano de ‘Pólvora’. Mi viejo me lleva a la escuela del Lolo, a una prueba masiva, toda la cancha llena y nos iban seleccionando y nos pasaban a la cancha chiquita, la del costado, y ahí se quedaban los que más o menos estaban. No había 84 así que me pusieron a jugar con la 83, pasaron unos meses y ya empezaron a llegar más chicos 84 y ahí ya se empezó a formar la categoría. Tenía 5 o 6 años.
¿Qué te acuerdas de cuando llegaste al Lolo?
Me acuerdo que nos trepábamos para ver a la gente de primera, llegaban con sus carros, ahí estaba ‘Pajita’, uno quería saber qué había, ahí estaba el camarín, te entregaban la ropita por una ventana. Y ese era el vacilón de nosotros, acabar e irnos a verlos. Me acuerdo mucho también de gente que ha trabajado ahí tantos años, Ranilla que sigue. Sueñas, yo lo veía a Martín, mi primo, el León. No es mi primo de sangre pero mi mamá cuando llega de Ica a Lima, a estudiar, ella se va al Agustino a la casa de mi tía Ada, ella es hermana de la mamá de Martín, de Rafo, de Carla, de Alan. Ahí hemos crecido, siempre nos hemos tratado de primos, ellos también tienen familia en Ica.
¿Qué recuerdas de tu debut en la profesional?
Fue en Chiclayo con el Aurich, ganamos 2-1. Me acuerdo que la primera huelga de futbolistas se dio en esa época y, para que no haya el tema del walk-over, hablaron con los más chicos y dijeron que los grandes se quedaban y la U presentaba al equipo de todas maneras. Me tocó debutar a mí con varios chicos, Johan ya había debutado, Charapa, Rengifo, un equipo alterno, tapó Paco, el Flaco Jaime, Luchito Salhuana. El técnico era el profe Valderrama, nos sacaba la miércoles, duro.
¿Qué recuerdas de esa época, los juveniles, los ‘Hijos del Puma’?
El Puma siempre ha sido protector de los más chicos, pero no tanto como a nosotros. En esa combi del Puma entraban Rengifo, Javier Chumpitaz, Salhuana, Luchito Flores y se subían dos o tres más, no había asientos, era chévere, un vacilón, un montón de anécdotas. Tú sabes que sales cansado de entrenar, el tráfico, el sol, la combi no tenía aire, no tenía asientos. El Puma esperaba que alguien se durmiera para frenar en seco y y no había asientos ni cinturón, nada. El que se quedaba dormido, perdía. Le pasábamos la voz, el miraba por el retrovisor y frenaba, todos los días era lo mismo porque siempre alguien se quedaba dormido. Te sacabas la..., esa época fue linda, aprendimos un montón con la gente mayor de ese equipo, tenía un equipazo la U, Chemo, Goyo, Paolo, Oscar, el Nuno Molina. El DT era el profe Cappa, Panaderito Díaz, Leche García, Toledo El Iqueño, el Santi Acasiete, era un buen equipo. Aprendimos mucho el saber comportarse en un camarín, el respeto por la gente grande, eso nos marcó a todos los de esa generación. Yo me acuerdo que iba temprano, 6:15, entrenábamos en Monumental a las 9:30, me tiraba la llave de su Vento, me iba a la Bombonera a la cochera, traía su carro, me cuadraba en la puerta y le pasaba la voz, bajaba a las 9, nadie entrenaba, ah. Llegábamos y empezaba el entrenamiento y se iban contra nosotros porque el Puma llegaba tarde, pero no pasaba nada. En ese tiempo no pagaban en la U, 2002, dos, tres, cuatro meses, de Los Olivos a Campomar o Monumental era lejitos y aparte sacabas algo de provecho.
¿En Universitario juegas en dos oportunidades, 2002 a 2005 y luego en 2007?
Yo estoy en la U en esos años y me voy a Huaral, termina mi contrato, hice un contrato de 3 años, me hicieron el primero, el más chico y ahí nomás me rompieron ese contrato y me hicieron uno mejorcito, estaba en la sub17, se cumplió ese contrato, me quedo sin equipo y me voy a Huaral, seis meses y luego voy a Boys y salvamos la categoría en el 2006 con Boys, con el Checho, el Flaco Masías.
¿Qué se te viene a la mente de esos años, 2002, 2005?
Fueron los años de mi formación. En 2002 no jugué el Apertura pero el profe Cappa nos hacía sentir a todos súper importantes, el grupo era recontraunido, nos debían seis meses, pero ahí estaba el Puma y Chemo que eran el sostén económico con propinas de todos los más chicos y los más grandes ya habían jugado sus años y podían aguantar. Hacían sus apuestas, la del Puma que salió calato, esa es la del Chemo. Íbamos a comer al restaurante de Panaderito, los chicharrones, llegaban con todas las bolsas, eso recuerdo porque ha sido mi formación como futbolista, cómo saber comportarte en el camarín.
¿Qué pasó con Paolo Guerrero, cómo fue el día que le pegaste?
Nosotros estábamos en la sub-17 y estaba de moda la Paisana Jacinta y todo el día andábamos con lo de ‘Mantecoso’. Se junta Paolo, que es tranquilo, Jefferson, que es jodido pero es tranquilo, la ladilla ahí es Roberto Guizasola. Ellos dos caminan tranquilo, no se metían con nadie, pero llegaba ese negro a hacer alboroto. Me llaman por teléfono y nos decían ‘van a pagar su cuto’ en el hotel. Colgábamos y nos amenazaban que iban a venir a reventarnos el cuarto, así jodían a todos los cuartos, ellos eran los bravos de la selección. Tocan la puerta, yo ya sabía que eran ellos, estaba con el Choco Tarrillo, de mi categoría de la U, le digo ‘Choco, anda abre, son esos negros’ y ya para que no estén jod..., abrimos. Era risa y risa todo el rato y Paolo dice ‘me orino’ y yo le digo, ‘si te vas a orinar, vete a tu baño’ y Guizasola comienza ‘a que no te orinas ahí’. Yo estaba viendo mi tele, no les hacía ni caso porque si tú les paras bola es peor, yo esperaba que se aburran y se vayan, pero Guizasola le decía ‘a que no te orinas ahí, en mi cama’ y yo decía ‘Paolo...’ plin, metió su chorrito en mi cama y ahí sí ya no, me paré en la cama e hice la de Jackie Chan, pero no hubo bronca porque nos estábamos riendo, era un vacilón. Paolo medio que rompió una lámpara y todos en el hotel ‘le sacaron la mier... a Mantecoso’. Pero no fue una bronca, tuve que sacarle ventaja rápido, asegurarme, y santo remedio, mi pata toda la vida.
¿Cómo fue cuando me rompiste los espejos de mi carro?
Fue en la época que andábamos con el Puma y el Puma andaba con cinco o seis enanos al costado y tú cuidabas mucho tu carro, el Corolla blanco, un carro impecable, era un placer subir, olía rico, limpiecito. Tú le dijiste al Puma ‘no van a entrar, mira cuántos son’ y el Puma ‘si entran’. Adelante creo que nos subimos tres, con el Puma dos más, cuando me voy a acomodar, le meto un cabezazo al retrovisor, estaba tan lleno el carro que no podía sacar el matamoscas porque si no me hubiera metido uno, yo vi que me miraste con una cara, el Puma te dijo ‘eso se pega ,ya pues, Negro’.
Un día Chiquito Flores te sacó el ‘matamoscas ¿cómo fue eso?
Juan Ángel tiene un carácter especial, en la U tapaba a veces. Ese partido iba tapar Juan, definido, iba ser titular. Yo el más chico que patea bien, me ponen a tirar centros para que él salga a cortar, yo estaba ayudando. Juan es mi brother, mi pata, entonces yo agarraba para que él agarre confianza. Yo pateaba, él salía y gol, tú sabes que él es rayado, creía que lo hacía a propósito. A la otra se la tiraba más suave y gol de nuevo. Me mandan al otro lado, con el otro efecto para afuera, pateaba y se le pasaba y el profe dijo ‘ya, ahí nomás’. Yo me voy, me pongo a estirar y ya lo había visto de reojo, él camina mirándote, comencé a ajustar, estaba sentado esperando el golpe y me metió un tabazo. Me dijo ‘huev... sabes que voy a tapar y te pones hacer huev...’, le dije que no había sido a propósito y ahí llegó el Puma y lo parchó. Luego me pidió disculpas, hablamos y entablamos la amistad que tenemos hasta ahora, pero sí, Juan es rayado.
¿Cómo fue tu paso por Unión Huaral, Sport Boys y César Vallejo?
En Unión Huaral bien, equipo de pueblo, bastante querido, con don Pedro con bastantes consejos, anécdotas. La primera vez que llegué a Huaral estaba Johan Sotil, el ‘Pompo’ Cordero, Renzo Guevara, el ‘Zurdo’ Oviedo, Manzanón y nos entrenaba el profe Arrelucea. En Vallejo, con Manzanón compartimos, era capitán, nos concentrábamos en la villa. Y el Boys, el Callao, yo estaba ahí con Mario, ya había ese respaldo porque lo conocen y no pasaba nada, pero es picante, bonita barra, bonito ambiente.
¿Cómo fue tu paso por Polonia en 2009?
Juancito Alvarado fue un representante que me presentó esa oportunidad y yo lo vi como algo muy bueno. Era la primera vez que salía del país, me voy a Polonia, a Bialystok, pegado a Lituania, una de las experiencias... frío, es horrible, trotas y se te congela la boca, no tienes sensibilidad en las manos, menos en los pies. Estuve seis meses, los clásicos arreglos, yo hice tres años de contrato, un contrato millonario, buena plata, pero yo sabía desde acá qué iba chapar yo. Yo firmé por 50 mensual y yo agarraba 16 o 15, pero lo bueno fue que desde acá, antes de salir, me dijeron, y yo dije ‘ok, como experiencia’. Yo me voy por tres años, estoy seis meses, sacan al entrenador que me lleva y ya tú sabes, salimos todos, entonces te invitan a dialogar y a quedar en un mutuo acuerdo, eran seis meses en la mano y de los otros dos años me dicen te vamos a depositar seis meses, yo dije ya, me voy. Llego, me llama Chalaca que estaba por descender en Iquitos. Me voy a Iquitos y me llama un día la secretaria y me dice que revise mi cuenta, me habían depositado un año, yo después me entero por qué, ahora se sabe más de las mafias que hay en el fútbol pero allá eso era normal, necesitaban lavandería pues. Me acuerdo que venía del frío, -10, -15, aterricé y estaba en 30 grados en Iquitos, ocho de la mañana se entrenaba, después era insoportable el calor.
¿Cómo la pasaste en Iquitos?
Estaba Vale Vale, Flores Murillo, Manzanita Hernández, el Chueco Nick Montalvo, él fue mi empate, teníamos un tema de Axel creo, le cambiábamos la letra. Durante seis meses que jugamos, los domingos no existieron en el calendario, jugábamos sábados a las 8 de la noche, a las 10 de la noche acababa y la siguiente era a las 12 en el Noa, la discoteca.
¿Luego pasas por la San Martín en 2012?
Claro, ya después de Boys, porque vuelvo a Boys, 2010, selección... voy a San Martín pero vuelve la huelga y creo que es un punto importante en mi carrera porque paré dos o tres meses. Yo después de Boys arreglo con San Martín, con seis meses de deuda hasta ahorita, acuérdense, no sé cómo hacen, no entiendo yo, no pasa nada. Y llego a San Martín, buen contrato, me llevó el Gordo Pizarrón, llegamos a buenos términos y viene la huelga, hicimos un buen equipo, estaba Franco Navarro de técnico, ese equipo si no venía la huelga, si no se desarmaba, creo que ese año campeonaba. Estaba la Bestia Cardoza, Gianfranco Espinoza, el Chasqui Álvarez. Viene la huelga, se divide el grupo y termino saliendo con el Chasqui y Gianfranco, los tres, y me quedo en el aire y ahí es que voy a Aurich, en 2012. Después de tres meses... yo entrenaba en la Videna con el profe de la selección, con Sergio, con Pablo, con todo su comando, me pude mantener pero no... después me fui a Aurich y ya comencé a descender, yo creo que esa para no me hizo bien ni tampoco puse mucho de mi parte porque tú sabes... Chiclayo.
¿Cómo fue tu época en Once Caldas de Colombia?
Un equipo que le tengo mucho cariño por su gente, muy chévere Colombia, hice buena amistad con Juan Henao, el arquero, que fue campeón de La Libertadores, hasta ahora hablamos, estuve poco tiempo allá pero hicimos buena amistad. Jugué más o menos, pocos partidos, pero su gente siempre bien, como un equipo de provincia, la gente bien chévere, bien cercana a los futbolistas, con mucho respeto, en el Estadio Palogrande, un estadio hermoso. Hasta ahora igual, bastante parecido a lo nuestro, camarín bien alegre, música, las reuniones después de los partidos, como yo tomo pisco... a mí me lleva allá... en Caimanes había un delantero, Champeta, un zambo grandote, él es el que me contacta a mí acá con Zegarra, uno que había jugado con él en Colombia, habían empezado a manejar chicos, y me llaman. Me llamaron a las 6 de la tarde y a las 8 ya había arreglado, al toque. Fui y me recibió el dueño de Kenworth, es el sponsor oficial, me acuerdo que el tío llegaba en helicóptero, bacán, buen ambiente, la cultura muy parecida a la nuestra. El primer mes estuve solo y él último mes también.
¿Te vas al UTC y Unión Comercio, en 2014?
Yo en Cajamarca he comido las mejores conchas negras, una señora que traía conchas de Ecuador. Lo que más recuerdo son los amigos, el camarín. En el fútbol al final ganas títulos, pierdes títulos, salvas descensos, desciendes, haces goles, te va bien, te va mal, te peleas con uno, con el otro, pero ya al final queda los amigos, lo que más recuerdas es el camarín, recuerdo poco los partidos, los goles, lo que yo me quedo es el camarín, el grupo, los amigos, también los que se han portado mal, pero es bonito recordar lo mejor y Johan por ejemplo es un amigo con el que crecí en la U, no somos del mismo año pero a mí me subían a su categoría para ser calichín juvenil y yo jugaba juvenil con él y siempre nos hemos encontrado en varios equipos, esas cosas yo las recuerdo mucho y muchas anécdotas con el Cholito. De Unión Comercio, con Freddy Chávez, el presidente fue el que me llamó, estaba Bogado, era goleador, Freddy me dijo: ‘Michael, ¿quieres venir? Tengo un goleador, pero no hay quién lo ponga a hacer goles’. Ese año hizo como trece goles, lo asistí bastante en esa cancha que no se podía jugar. Tengo una buena, te voy a contar una de mi hermanito Jair Iglesias. Hemos estado ahí en una reunión, tomando el refresco, tranquilo, a cierta hora nos queríamos mover, nos fuimos a otro lado, hemos estado caminando y había bastante oscuridad en la calle, no caminábamos en grupito, Jair venía atrás, y en eso escuchamos ‘uy’ y Jair se había metido a un hueco, no nos hemos orinado de la risa... nos hemos reído tres días con eso, nos hemos ido a la casa de un amiga y cuando volteamos no estaba. ‘Acá estoy nos dijo’ y se había metido a un buzón, estaba huasca, para sacarlo...
En 2015 llegas a Caimanes, yo te recibo ¿Cómo fue?
La hicimos con Techera. Ese fue tu último año pero parecía que recién arrancabas, ya te conocías todo Chiclayo, ya en esa época eras amo y señor, tenías todo mapeado. Te cuento la de la Focaza, ¿tú sabes por qué le digo a él ‘la vaca’?, en UTC, Cajamarca, con Reimond y el demonio. Reimond, tenía su casita, chiquita, aisladita. Refresquitos toda la noche, tranquilos, salimos al patio, seis, siete de la mañana, clarito, cielo hermoso, seguimos, pero ya en el patio, ya todos movidos, ya sin zapatitos, todo es campo y hay sus animalitos y la Foca se acerca una vaca comiendo su pastito, llega hasta la reja que separa el patio de la casa y la Foca se enamoró de la vaca y el Demonio agarra, imagínate la huasca en la que estábamos que el demonio los casó, no sé de dónde sacó agua, hizo la ceremonia, la vaca se quedó, todos cag... de risa, por eso se quedó con ‘la vaca’ y chupando y hablaba, era su flaca.
¿Te retiras en Unión Huaral?
Vuelvo a Unión Huaral, me rompí el cruzado en Talara, pateo al arco pero en el aire viene el defensa y me desestabiliza con poquito, yo había estado jugando con un esguince en el tobillo izquierdo, me había infiltrado, me había vendado bien para jugar, y yo pateo y para no pisar con el izquierdo, encojo, hago que la derecha caiga primero y mido mal, ya estás desestabilizado, meto la punta del pie en un hueco y sentí el sonido y me comenzó a latir la rodilla, agarré al árbitro y gritaba. Me dicen: ‘Narizón, qué sientes’, y le digo que me latía, me había roto el cruzado. Ese día, me metieron en la camilla y las pistas de talara son hermosas, como Europa, todos los baches, rompemuelles, cómo me dolió, llegué, me inyectaron, me hicieron la prueba de cajón y se me salía, ya operación. Pasó un tiempo, que desinflame, me fui a ver al doctor Segura, me dio la mano, me operé, hice la rehabilitación en la U cuando estaba el profe Chale, Cantoro, Paolo y el Puma, y gracias a Dios fue una buena operación, una buena rehabilitación y quedé bacán. Luego vino pandemia y ahí dejo la carrera.
¿Te costó dejar el fútbol?
Me hubiera gustado terminar jugando, no terminar por una lesión y la pandemia. Creo que hubiese estado jugando hasta ahora Segunda, Primera. Al principio afecta un poco pero ya está superado.
¿Ahora a qué te dedicas?
Ahora, American English, tú fuiste cuando inauguramos la sede número 11 en SJM, me dieron da la oportunidad de invertir, de asociarme y ahora estamos trabajando en el instituto, tenemos presencia a nivel nacional, es un instituto internacional, la pandemia nos afectó también pero gracias a Dios supimos sacarle provecho porque incursionamos en el tema virtual y eso nos abrió otras puertas que no conocíamos.
¿Cómo fue tu paso por la selección con Markarián?
Yo estuve convocado a la selección desde 2010, estuve en Boys, me dirigía ahí el profe Company, uno de mis mejores profes, hicimos buena campaña y me llaman a la selección en 2011, viajo a la Copa América en Argentina, quedamos en tercer lugar, hicimos una presentación buena y de ahí es que se inicia todo este proceso de la nueva generación con Luchito Advíncula, Yotún, el enano Cueva, Ruidíaz y ya después ellos han hecho el carrerón que han hecho y nos llevaron al mundial después, pero ese paso fue lindo para mí porque yo veía a Jefferson, a Paolo, a la gente de mi promoción ya en la selección mucho antes pero yo no llegaba. Se me dio esa oportunidad, la aproveché y fue una linda época en la selección. También tuve la oportunidad de estar en La Libertadores, en la Copa Kirin en Japón, viajo con Sergio. Empatamos los dos partidos, pero bien, creo que hicimos el mejor puntaje, nos fue bien, en la selección fue una linda experiencia.
¿Una anécdota de esa Copa América?
Cantar el himno nacional contra Uruguay en día del debut. ¿Por qué es algo que recuerdo mucho? Me acuerdo de Pablo y él me dice ‘la almohada’, es que Sergio no me iba poner, después me cuenta, y dijo que había tenido un sueño y que la almohada le había dicho que no me ponga. Es que o jugaba Carlitos Lobatón, mi compadre Reinaldo o yo. Balvín sí jugaba de seis, entre los tres jugaban dos, en la charla anterior no dio el equipo y ya después nos enteramos y ahí yo arrancaba de titular, esa emoción, el himno, hay un recordado pase que le doy a Paolo de larga distancia para que él abra el marcador. Con Paolo y Jefferson siempre hemos hecho buena dupla, mi virtud mayor siempre fue asistir pases gol y ellos tenían unas diagonales impresionantes, mortales. Nos conocíamos bastante porque aparte de enfrentarnos toda la vida, somos 84, en las selecciones menores también hemos estado.
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