Jorge Espejo: Daniel Peredo le puso ‘Doctor’, la ‘carretilla’ a Kukín Flores, Bryan Reyna y más

Mi gente de ‘La fe de Cuto’, luego del divertido y reflexivo programa con el ‘Loco’ Dávila, les traemos una edición especial con Jorge Espejo, también conocido como ‘Doctor’. Harto aguadito. No te lo pierdas.

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En la charla, Jorge Espejo habla de las anécdotas con Carlos ‘Kukín’ Flores y cómo ‘se vengó' cuando estuvieron juntos en Alianza Lima. Además, cuenta por qué Daniel Peredo le puso ‘Doctor’. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.

¿Te criaste en qué barrio?

Entre el Rímac y el Callao, Monitor Huáscar del Rímac y en la cuadra 4 del Rímac con la familia de mi papá. Yo soy de La Punta, nosotros vivimos en La Punta, con la plata del fútbol pude comprarme mi casa en La Punta, donde hasta hoy estoy con mi esposa y mis hijos, pero un domningo en el Callao y otro domingo en el Rímac y jugábamos en la pista con mi tío Kenyi Nakamura, es del barrio de mi viejo, la familia hasta el día de hoy sigue ahí. Nosotros no teníamos verano en la playa y Chosica invierno, los fines de semana fútbol desde muy chicos. Nos zampábamos al estadio, cuando Boys estaba en Segunda entrábamos con el nombre de mi viejo porque él no vivió con nosotros gran parte de nuestra infancia/adolescencia, porque él por ser médico de la Policía era destacado a provincia. Nosotros parábamos entre el Callao y el Rímac y cuando estábamos en el Rímac ocurrió algo anecdótico, le pedíamos al profe Pichicho Benavides.

Mi profe Pichicho...

O a Pedro Requena que estaba en la U, que nos dé entradas para entrar al estadio. Cuando no tenía entradas, nos decía ‘espéranos en la puerta 4 del Estadio Nacional’.

Esa era la clásica...

Pedro nos alcanzaba por el bus de la U, esas bombas de agua, los coolers y con eso entrábamos como parte de la utelería de la U. A veces Pedro nos citaba en la puerta del Lolo, donde concentraba la U, y nos subíamos todos cochinos, después de pelotear en el Rímac, nos sentábamos en la parte de adelante, estaba el profe Orellana

Claro...

Y él nos decía ‘qué hacen acá’, le decíamos que Pedro nos había hecho entrar. Cuando bajaban Roberto Martínez, Punchungo, era mi ídolo, Fermán Leguía, el Puma, Samuel Eugenio, nosotros bajábamos como parte de la utilería y nos zampábamos. Ya estábamos adentro. Y en el Boys pedíamos entradas con el nombre de mi papá. Nos dividíamos esos fines de semana en toda esa infancia/adolescencia y me he criado prácticamente en el estadio. Salíamos de jugar, yo bajaba a la cancha y me tomaba fotos con el equipo del Boys pero con el buzo de Cantolao. He sido mascota del Boys desde muy chico también.

Mascota...

En el estadio de Matute hay una foto con el Chino Labarte y luego fui entrenador de Gianfranco y compañero de Gianfranco, compartimos camerín en 2006 en el Boys y luego soy su técnico en Garcilaso del Cusco.

Claro...

Mi viejo fue muy amigo de Marcos Calderón y el año de la tragedia compartíamos mucho, pasamos Navidad con la familia Calderón porque el cuerpo del profe no aparecía. Un día, jugando con carritos abajo, tenía 10 años, se aparece Franco Navarro a dar el pésame a la familia, renegando como siempre, decía ‘qué rezan el rosario’, renegaba de todo.

Y ahora se ha vuelto de fe...

Yo no sabía cómo acercarme a darle la mano a Franco (Navarro), yo sudaba, y Marquito hijo me dice ‘ven, te lo voy a presentar, estás ahí como un cojudo ahí sentado y no te acercas’, me acerqué a darle la mano y no me la lavé como 25 días. Mira cómo es la vida, él fue mi técnico en Huaral en 2004, me dice ‘tú eres el capitán, conmigo tienes que estar bien’, un campeonato muy bueno.

¿Qué nos puedes contar de tu infancia?

La pasé muy bien, muy abocado al fútbol, yo estaba tan loco que en las fiestas de Halloween iba con mi uniforme de Cantolao, disfrazado de futbolista. No había 76 cuando empiezo a jugar en Cantolao, había la 75 de la Bruja, de Dante Padra, Rodrigo Patiño, yo empiezo a jugar con ellos y luego se arma la 76. Estaba tronado, era mi sueño jugar fútbol. Mi infancia fue esa, prepararme mentalmente, psicológicamente, entrenar para mí, para el equipo, desde muy chico me vieron cualidades, tengo fotos de capitán con el Chino Huamán, Rebosio, Jhonny, era parte de eso, criarme como buena persona primero y luego ganarme las cosas yo mismo, ser frontal, ser buena persona, no bajarle la cabeza nunca a nadie.

Es la verdad....

Es por eso creo yo que no dirijo.

Eso no es para mí... Esta generación no tienen la base, tienes que mimarlos...

Lo que me choca y mucho, es que los jugadores han perdido el respeto a la experiencia, el chico de 16 años ya te exige carro, departamento solo, el último teléfono, el gel, el arete, el tatuaje... nosotros, cuando empezamos a jugar, era primero la casa, saludar...

Así es...

Es duro, por eso lo que siempre digo que nos toca educar al jugador, eso lo aprendí mucho de chico. A mí a los 15 años me llamaban para hacer partidos de práctica en Alianza, soy muy agradecido de la vida con Alianza. Para no regresarme al Callao, me quedaba a dormir en el club, en Matute, me abrían un cuartito y me echaba a dormir, ya me levantaba el sábado temprano y me quedaba entrenando o de jueves para viernes y ya no iba al colegio el viernes. Decían, ‘llamen al flaquito que juega de lateral derecho, izquierdo... para completar el partido de práctica y yo ya estaba listo, con mis zapatos rotos. Un día Waldir me dice ‘qué haces con esos zapatos, vas a jugar primer equipo con esos zapatos...’ y Wally me regaló un par de chimpunes, por eso me choca que Waldir no esté en Alianza trabajando, me jode que no le den su lugar a Waldir, no sé si tuvo problemas, pero todo se soluciona conversando, Waldir es el goleador histórico de Alianza, son cosas que no comprendo, no sé si el fútbol peruano se volvió tan acomplejado que hay que abrirle la puerta a los de afuera y a los de adentro no, ojo que no soy chauvinista tampoco, porque hay mucha gente que ha dejado mucha huella, pero creo que hay que darle un poco de lugar a la gente peruana que puede aportar al fútbol y sobre todo a su club.

¿Cómo fue la historia que tu papá tuvo que ir a reconocer el cuerpo de Marcos Calderón?

No aparecía el cuerpo del profe, mi papá lo conocía bien porque le aplicaba inyecciones para el dolor al Oso y él fácil iba reconocer el cuerpo. Cuando nos avisan, no recuerdo si fue 24 o 25 de diciembre, mi tía Petri dice que no iba ir, apareció por Huacho, mi papá fue en carro y lo primero que hace fue mirarle la parte de atrás, por las inyecciones, le ve el cuerpo y algunas cosas que prefiero no contarlas y sí fue jodido, es sabido que este avión tiene varios misterios que hasta ahora no se resuelven, pero vio, lo reconoció y llamó a la familia, estábamos todos en la casa, el profe vivía en Colonia con Faucett, confirmó que era el cadáver, es que la familia rezó tanto que pensaban que el profe iba salir nadando de algún sitio o iba amanecer alguien, algún cuerpo... pero no, mi papá llamó y dijo que era el cuerpo y que iban a enterrarlo. Fue una Navidad muy jodida, nos quedamos ahí. Mi madre cada vez que viene al Perú lo primero que hace es visitar a mi tía Petri, tienen una amistad que hasta el día de hoy dura.

¿A qué edad decidiste que ibas a ser futbolista profesional?

Desde que era mascota. César ‘Chalaca’ González tenía una personalidad para hacer debutar a un chico de 16 años, al Chinito Huamán le dijo ‘juega nomás’, a nosotros igual, yo jugaba de central y le decía ‘no quiero jugar’ y me decía ‘no no, juega de Central, no confío en ti’. El que juega y dirige en Boys, puede jugar y dirigir en cualquier equipo, César tenía esa cualidad. El día que me hace debutar yo me quería retirar, jugué y estaba en la cancha el Pato. Primero que en el 95 yo llego al Boys, todo un problemón para sacarme de Alianza porque yo estaba considerado en grupo de élite y le digo a Alfredo Masías que me deje ir, mi tío Arturo Delgado, el señor Lorenzo Herrera...

Claro...

Me dan la carta, voy y estaba Amaral del técnico y debuto con Chalaca en julio, a Amaral lo cesan pronto del torneo pero ya entrar a ese camerín del Boys, estaba el Pato, Puchungo, Balán, Zegarra, Cordero, Dani Avilés, Bimbo Ávila, Cadenita Espinoza con Julio Colina en el arco, olvídate, y de los mocosos estaba el Chinito, Rivelino, Lolito... Ese día que me hace debutar, era el día de mi cumpleaños y jugamos en Huánuco, contra el León de Huánuco, yo me meto una carretilla, tosquísimo como siempre, casi se me queda el tobillo atrás porque yo jugaba con unos tacos en la cancha de Huánuco, yo estaba tronado, se la entrego al Pato y decía ‘árbitro, ya puede acabar el partido’, yo estaba feliz, extasiado, no quería saber nada, cuando terminamos el Pato me cortó el pelo.

Jajaja...

En el año 84 que sale campeón, nosotros bajamos caminando desde el Nacional hasta el Callao, le quitamos las medias al Pato, le quitamos la camiseta a Vitucho Hurtado, éramos fanáticos. Esas medias hasta ahorita las tiene Pedrito en la casa de mi vieja. Tenemos una colección ahí, obviamente se la regalaban a mi viejo...

Asu mare...

Luego empiezo una vida de jugar en primera división hasta que me retiro, importante porque puedo jugar en el Boys muchos años, haber sido capitán en un equipo donde estaban Marquiño y Marcelo Astellanos, yo le decía ‘profe, está loco, me van a matar’ y Marcelo que era un señor de señores me decía ‘Nene, ponétela...’, el profe me decía ‘póngasela, sea valiente’.

¿Quién te puso ‘Doctor’?

Fue Daniel Peredo... mi amigo de toda la vida, él trabajó con mi viejo cuando comentaba partidos en campeonísimo, salía y yo pegaba, pegaba y el año 2001, hay un partido, recuerdo que me trajo una anécdota con una persona que yo amaba y odiaba al mismo tiempo, Carlos ‘Kukín’ Flores Murillo, fue mi hermano, en un partido Pinto, que estábamos con Alianza, me dice ‘sácalo’. Alianza ya había perdido 4-0 el primer partido de la primera vuelta y este partido era un premiazo, jugábamos contra el Boys y se llenó el Nacional, el profe me dijo ‘ese berraco no puede jugar’... a los 10 minutos le meto una carretilla que le rompo el chimpún, las medias, la canillera y lo sacan, ganamos 1-0 ese partido. Daniel Peredo al final baja a hacer cancha y me dice ‘te lo bajaste a tu hermano’. ‘agarré pelota’, respondí. ‘Agarraste pelota, tibia, peroné y encima no te sacaron ni amarilla’.

Jajaja...

Yo me percaté de todos los detalles, ni amarilla me sacaron. Daniel Peredo me dijo ‘no, tú eres un doctor’ y así quedó. Esa anécdota tiene una larga versión porque tú sabes que Carlos era un amor de gente pero era vengativo, a los tres días fue a buscarme a la casa de quien era mi enamorada y reventó la puerta, mi tío, mi suegro, Jaime Padilla, salió a abrir la puerta, yo reconocí la voz del demonio.

El vozarrón

Salgo y lo miro, estaba sin tabas en una bicicleta con tres galifardos al costado, yo le dije ‘me quieres pegar’ y me dijo ‘mira cómo me has dejado el tobillo, cholo de mier... te cagaste, yo te amo pero te voy a sacar la conch...’ yo me quedé helado. Y se fue, se subió a la bicicleta sin tabas y se fue. Llamé a mi tío Arturo, su papá, y le digo ‘oye tío, qué pasa’ y me dijo ‘es que lo has cagado, lo sacaste’. Nos encontramos en el Boys al año siguiente, entro al camerín... es que yo salgo de Alianza, regreso para jugar la Libertadores en el 2001 con el Boys, Mifflin me llama. Entra Carlos y me dice ‘Siéntate acá, tú crees que me he olvidado conch...’ llama a Ramón y le dice, ‘al primer partido de práctica me lo pones en contra de este conc’, Ramón que era más obediente lo hace. Me metió un carretillón... se tiró igualito que el Churre, yo estaba de espaldas, me hizo caer, yo ya sabía que venía un tren, sí me sacó la mier...

Claro...

Me fui al camarín y el doctor me dice ‘¿estás bien?’ y yo le digo ‘qué voy a estar bien si casi me parte en ocho’. Esa es la escencia del fútbol, yo le di y él me dio y callados, ahí terminó la cosa. Cuando entra al camarín, le abraza, me da un beso y me dice ‘sabes lo mucho que yo te amo a ti y a tu familia, pero qué rico te saqué la mier...’.

¿Qué otros recuerdos tienes de Kukín?

Vivíamos en un amor odio con Carlos, a mí me enseñó mucho, me cuidaba mucho... me hacía ver cosas dentro de la cancha que uno no ve de terco, era un gran compañero, una buena persona y como él no hay nadie, era único, ese celo que tenía por ser él la figura del Boys era impresionante. Te han contado muchas cosas de él. Ese inicio de año que hicimos del Boys en segunda, llevamos a todos los monstruos del Boys.., jugó Puchungo, Solano, Rivelino, Chiquito Flores. Waldir llegó y se puso la 10 en el camarín. Me llaman Carlos y me dice ‘vas a permitir que ese huev... se ponga la 10, tú eres el técnico’. Le dije ‘Waldir también es un ídolo del Boys’. Waldir se sacó la camiseta tranquilo, él quería la 10. Cuando posamos para la foto, estaba el Conejo Rebosio, el Murci Lobatón, estábamos todos posando y Carlos no se quiso poner para la foto porque estaba Waldir, tenía esas cosas, era único.

Tú sigues empleando que los chicos de la Reserva los muevan para jugar con el primer equipo...

Yo lo hago, yo siempre me preocupo mucho en la Reserva, voy al entrenamiento de la Reserva, me parece importante y motivador que el técnico del primer equipo vaya y a los que mejor entrenan y más responsabilidad demuestran invitarlos al entrenamiento del primer equipo, eso se tiene que hacer siempre. Yo lo he hecho en Cusco, Comerciantes Unidos, Cantolao, Boys y la verdad que nos ha ido bien. A Aucas los promovimos nosotros, Rudy Palomino, Cuncho, Garrafa, en el Boys también, en Cantolao también y todos son chicos por los que no daban ni un centavo... A Bryan Reyna nos lo ofrecen y lo repatriamos, mira su realidad.

¿Lo tuviste a Reyna?

A Bryan lo pedimos nosotros porque Giani me muestra videos de él que la había roto en Cantolao de menores, nos dijo que lo podían desligar de Mallorca para traerlo a Perú, cuando lo vimos era un diamante en bruto, era pulirlo, educarlo y sumarlo al proyecto bien. Hicimos un Cantolao barato pero de gente del Callao, jóvenes, proyectos a largo plazo. El grupo de Reserva iba a hacía prácticas, se mezclaba con ellos, eso es lo que se tiene que hacer, no es difícil, es voluntad. Pero hoy es tan jodido el fútbol que aparecen estas basuras que le piden plata a los papás, es una mentira, yo a los padres les digo que no acepten porque eso no dura. El fútbol uno se lo tiene que ganar y es por merecimiento.

Mi tío Espejo, tu papá, ¿cuántos años estuvo en el Boys como doctor?

Mi viejo estuvo en la época de 1980 hasta el 89 o 90. Él era médico asimilado de la Policía, por sus destaques, se va a provincia y tiene que dejar. Es más en el 88 él no está, vuelve el 89 que Boys es campeón en segunda y ya para los años en primera, con Claudio Adao, él ya no pudo estar porque se tuvo que ir a Pucallpa a vivir y ya se queda Alejo, pero siempre pendiente de su Boys. Cuando Marco se va después del 84, le insistió millones de veces para ser médico de Alianza o de la U, no recuerdo, y mi viejo no aceptó, no quería.

El único club que trabajó fue el Boys

Solo trabajó para el Boys, lo hacía por amor, creo que no cobró sueldo nunca, ayudaba, colaboraba y por eso creo que lo querían tanto. La herencia que tenemos de mi padre es el amor que le tiene la gente. Yo me he cruzado mucha gente acá, en Estados Unidos, en Argentina, me invitan a comer, el Chinito Huamán, jugaba en Cristal y me viejo los adoraba, a ti también, a Jhonny lo amaba, al Conejo también. Mi viejo no les cobraba. Si hubiera sido distinto, me hubiera comprado chimpunes y carro joven, pero mi viejo nos inculcó el amor al prójimo, la vocación por la medicina, el ayudar, y ser frontal y buena persona, eso heredamos de mi papá.

Qué anécdota tienes con el profe Ramón Mifflin

Él me hizo entrenador, él me lleva a Coopsol en la cuarta fecha del 2010. Comencé a dirigir con él, yo había estudiado toda la vida para ser entrenador y armaba mi circuito, me decía ‘oye huev... esto es una pista de aterrizaje, no me los toques a los que se cansan’. Le metimos un empate y ocho triunfos consecuetivos, salimos de la cola y terminamos terceros. Al siguiente año me dice ‘ya dirige tú solo porque me cansas de verte’.

¡Qué buena!

La Copa Libertadores de 2001, jugamos contra Palmeras, Cerro Porteño y la U de Chile, esos viajes, Ramón viajaba a cada país y había una comitiva esperándolo. Estábamos jugando con la U de Chile en el Nacional de Chile, metemos el primer gol nosotros, yo estaba jugando, pero volteo al banco de suplentes, la gente estaba tirada en el piso matada de risa. Era Ramón que no estaba ni viendo el partido y hubo gol, y Ramón ‘otra vez estamos perdieron tan rápido’ y no, era gol del Boys y dice, ‘árbitro, termina el partido, ahorita nos empatan y nos voltean’.

¿Te costó dejar el fútbol?

Sí, yo creo que si no hubiera tenido el problema en la rodilla, hubiera intentado seguir jugando, yo me cuidaba mucho, era enfermo de mi profesión pero yo sabía que Dios no me iba sacar del sistema y aún estamos, pero sí me costó mucho dejar el fútbol

Tu etapa como entrenador...

Me gusta mucho, amo lo que hago, espero no estar jodiendo ni llamando a los presidentes, ni viajar... me ha tocado, creo que soy el único estúpido que hace eso, pero cuando me han llamado presidentes de equipos he llamado a los entrenadores a decirles ‘oye me está llamando el presidente de tu equipo, le he dicho que no por respeto a ti’, lo he hecho con dos técnicos, con el profe Roberto Arrelucea y con el Chinito Rivera. No sé si otros lo hacen, pero conozco a entrenadores que cuando yo he estado dirigiendo en primera, el entrenador a viajado con el presidente hasta donde yo estaba para ver las instalaciones esperando que yo pierda un partido, te puedo decir los nombres pero lo mato porque es entrenador vigente, pero yo no haría eso, mi viejo arriba me llamaría la atención, no sería un buen ejemplo para mis hijos. Acá tiene que haber una escuela de directivos.

Tú eres seguidor de Marcelo Bielsa y Sampaoli como entrenadores

Bielsa nos cautiva a todos, pero mucha gente trata de imitarlo, Jorge no imita pero es un seguidor acérrimo. Yo me fui después de haber dirigido dos años a Coopsol, decidí irme a Chile, le pedí permiso a Jorge, le dije ‘ya que tú me cagaste en el Boys, ahora te corresponde ayudarme y liberar estas dudas que tengo’. Me dejó entrar a la cancha, estar con él, me dejó preguntarle. Le preguntaba a uno por uno y me respondían y les exprimía el cerebro durante dos meses y medio que me fui con 20 dólares. Era todos los días. Yo he leído todos los libros de todos, ya he llegado al libro 100, sigo estudiando, ahora me meto a todos los cursos de preparación física, me gusta actualizar datos o conceptos.

Algunos jugadores no quieren escuchar...

Jesús Castillo, cuando llegamos a Cantolao, tenía la cara como si fuera Kiko. No me quería decir pero yo ya sabía, había estado jugando un campeonato en Pucusana, le dije ‘tú vas a llegar a un equipo grande y esto no te lo perdonan, te botan como un perro, o vas de la mano conmigo o te jodes’. Se puso en forma, se puso a entrenar, Jesús Castillo está en Alianza, me supo escuchar.

Yo veo que Bryan Reyna va triunfar

Nosotros ya sabíamos de él por el profesor Perleche, ya lo habían tenido en menores y tenía esa cualidad en el mano a mano. Cuando él se va a España tuvo este inconveniente, por el que tuvo que venir a Perú, y cuando empieza la pretemporada y le dije ‘acá entrenas fuerte porque en España hay otro tipo de metodología, acá es distinto, acá el jugador peruano requiere de repotenciar otras cualidades, en la parte física necesitamos mejorar mucho. Él llega y en la preteporada casi se rompe en mil pedazos, tuve que acondicionarlo de a pocos y empezamos a ver esa cualidad en el mano a mano impresionante, él se puede sacar en un cuadrado a 15 jugadores y aguanta el golpe...

Aguanta...

Pero habían puntos a desarrollar, como saber cuándo había que encarar, cuando tenía que descargar y esperar la pelota arriba porque no lo alcanza nadie, es velocista técnico. Vimos que la iba romper pero habían partidos que tenía que arrancar y otros que ya ves que lo iban a reventar a golpes entonces es mejor meterlo en los segundos tiempos, ahí se volvía loco, reclamaba, se molestaba

Así es su carácter ¿No?

Le mismo le pasó al profe Larriera, al Chicho Salas, que habían partidos que lo guardaban para el segundo tiempo y él ya estaba con su cara, pero son cosas que va desarrollar. Esta posibilidad que le ha salido afuera, el presidente del equipo que lo ha comprado, yo le di las mejores referencias y los consejos para lo que él tiene que mejorar y repotenciar. Estoy seguro que en un medio tan competitivo como el argentino, que no se puede engreír si juega o no juega, él va terminar de desarrollar todo lo que tiene que hacer. Estoy seguro que le va ir muy bien.

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