Mi gente de ‘La fe de Cuto’. Esta es una entrevista soñada desde que nació el programa. Después de casi tres años, mi sobrino Jefferson Farfán se confiesa en una picante charla que pasará a la historia. El encuentro que tanto esperaba se realizó en el distrito de Moro, en Chimbote. Harto aguadito.
En medio del éxito de su podcast ‘Enfocados’, Jefferson Farfán se confiesa y habla de la importancia en su carrera de su mamá Doña Charo, que trabajaba bailando música negra de madrugada para sacarlo adelante.
En otro momento, Farfán recuerda la vez que Waldir Sáenz no le dio propina cuando le cuidó su carro en una fiesta. “El hombre no se portó de la manera correcta, después me lo encontré en Matute y dije ‘ahora te toca cuidar mi carro’”, agregó.
¿Qué hubiera sido de ti sin mi hermana Charo?
Mi madre es lo más importante para mí. Venimos de una tierra muy humilde que es villa el salvador, que la recuerdo con mucho cariño. Lo que más le puedo agradecer a mi madre es el esfuerzo que hizo sola, en los momentos más complicados. Cuando me llevaba a los entrenamientos, mucha gente sabe que mi mamá se dedicó a la música negra, ella bailaba de madrugada y me tenía que llevar en las mañanas sin descansar. Igual estaba conmigo, creyó y apostó por mí. Confió en mi talento. Todo es gracias a ella, sin ella no hubiera llegado donde estoy.
Mi hermana bailaba en los grupos ‘Mamá Uca’ y ‘Gózalo, negro’...
Ahí yo iba de chiquito a ver a mi mamá porque no tenía con quien dejarme, tú sabes que yo era inquieto..
¿Eras o sigues siendo?
No, ya no ya. En esos tiempos te estoy hablando. Me dejaban en el mueble mi mamá se iba a bailar y yo ya estaba correteando con los gringos, buscándome la vida. Los gringos me metían los dólares en el bolsillo. Yo me conozco todas las peñas del Perú gracias a mi mamá.
Mi hermana trabajaba y después te llevaba a los partidos
A veces eran siete de la mañana...
¿Verdad que le dedicabas los goles y ella estaba en un ronquido?
Estaba babeando... imagínate, en esos tiempos los partidos eran 7 de la mañana en Fertisa, al fondo. Ir de Villa El salvador hasta Fertisa, eran como 2 horas y media. Mi mamá trabajaba hasta las 4:30 o 5. Subíamos a un micro y yo le tenía que pasar la voz de los paraderos. Recuerdo que metía gol, iba a celebrar y Charo estaba con la nuca doblada. Las señoras le pasaban la voz, llegó un momento en el que decía “¿Sus hijos no hacen gol? ¿Por qué no me dejan dormir?”. Le vencía el cuerpo. Ella salía de la casa a las 9 de la noche. Aparte, a veces, dictaba clases de música negra.
Todo eso te quedó grabado...
Tengo esa gratitud con ella porque me brindó lo más lindo que es ser amable y respetuoso.
Qué sientes cuándo la ves a tu madre...
ella buscaba darnos lo mejor, ahora ya nos toca a nosotros. Trato de darle calidad de vida y tiempo, es lo que merece. Ahora disfruta un poco más con sus nietos. Ahora vive una etapa de felicidad.
Ella cuando me hablaba de ti y me traía los videos, te veía, viajabas a Chile
Tú ya eras profesional. Yo pensé que ibas a confiar en mí, que jugaba, que tenía talento y que ibas a comprar mi pase. Pero estabas pensando en otra cosa, no pudiste comprar mi pase. Si hubieras sido inteligente en ese momento. En ese tiempo, Alianza lo compró en 7 mil dólares.
Mi hermana me dijo que te dio una pelota cuando estabas en el jardín...
Yo no estaba contento cuando me daban carritos, lo unico que yo hacía era llorar, era bien llorón. Un día me dio una pelota chiquita en el corralito, se va un rato, y ve que con la pelota me daba la vuelta al corralito con la pelota. Mi abuela le dijo ‘él va a ser futbolista’. Después un amigo me lleva al Muni.
Tu frase viral es ‘Si nunca has jugado, cállate...’, la gente piensa que es ofensivo y no es así.
No, es la frase de un compañero que lo dijo en el Schalke y de alguna manera tiene razón. Rafinha era una persona que hablaba mucho, dentro y fuera del campo, siempre quería la pelota. Él decía, uno tiene que hablar de acuerdo a lo que juega y como yo ‘hablo como mierda, juego como mierda’. Era su frase de él, habla de acuerdo como juega. Al día siguiente en la charla con el entrenador mostraba las estadísticas de cada jugador. El jugador con más contacto con el balón era Rafinha, hablaba lo que quería y aparte jugaba mucho.
En el barrio, de qué te acuerdas..
Tierra, pura tierra, nos metíamos 3, 4 horas de fútbol. Los arcos eran dos piedras. Me encantaba jugar con los viejos, con los más grandes. Allí empezó todo, con las piernas golpeadas, raspones.
Qué recuerdas cuando jugabas en la Naranja...
La naranja mecánica, el barrio de mi tío Roberto, de mi papá. Les mando un saludo a la Curva del Diablo. Toda la dinastía Farfán.
Desde chiquito te gustaba la candela (Dinero)...
Eso es gracias a ti, eras el claro ejemplo de lo que teníamos que hacer. Yo te veía a ti, los sobrinos dicen que copian lo que hacen los adultos, lo que hacían tú, Roberto, La Foca...
Habla con respeto, mi tío ‘La Foca’ Farfán el original...
No seas irrespetuoso, el original soy yo...
SU ANÉCDOTA CON WALDIR SÁENZ
Quiero que me aclares la propina que no te dio tu ídolo Waldir Sáenz...
Fue en la casa de mamá Prince, cuándo hacías fiestas todos los días. Acá han dicho que tengo que hablar la verdad, he hecho un juramento. Es lo que yo vi y crecí con eso. Fue en una de las tantas fiestas que hacías.
Eras bien sapo...
Waldir llegó en su carro, bonito. Le dije que le iba a cuidar su carro. Hacía un frío, recogía las botellas, porque ustedes tomaban poquito. Iba y venía.
Era mi cumpleaños...
En una de esas, Waldir se fue en su carro, solo, y le pido mi propina. Me hace el amague de que busca y no había. me dice ‘Sobrino, no tengo sencillo, a la próxima’. ‘Ya, Waldir, no te preocupes’, le dije, pero cuando volteó. ‘Fuera, negro conch....’. Tres horas cagándome de frío. El hombre no se portó de la manera correcta, después me lo encontré en Alianza y dije ‘ahora te toca cuidar mi carro’. Pisapaja. Cuando llega a Matute le hice a acordar que en la fiesta de mi tío Cuto, el negrito que cuidaba su carro era yo. Esas épocas eran impresionantes.
FARFÁN Y SUS INICIOS EN EL MUNICIPAL
¿Qué recuerdos de tu paso por el Muni?
Un amigo me llamó, del barrio en la campiña en Chorrillos. Fuimos con su hermano a unas pruebas para el Muni. Habló con mi mamá. Ese día fue un día soñado, estaban probando en loza, en piso. Ese partido, el profe Oscar Montalvo me ve y meto cuatro goles. Ese día me llevo al campo de grass. Al día siguiente me citó, mi mamá me compró unos chimpunes. El profe me puso de central, después de lateral y después me puso arriba. Me quedé. Los otros chicos pagaban, pero el profe me becó y me ayudó en los pasajes. Su familia me ayudó. Su entorno y el apoyo fue impresionante.
Cuéntale a la gente las veces que subías a los micros y no pagabas.
Esa historia es de Paolo (Guerrero) , le metieron un guantazo. Subimos a la 31, nos íbamos en micro a las Delicias. Cucurucho y yo habíamos pagado 30 céntimos. Paolo dijo ‘no tengo’, él tenía. El pata le dijo que pague. Paolo le dijo ‘no tengo, qué me vas a hacer’. El pata se acomodó y le metió un socotroco, te bajas o pagas. Mi compare le pagó un sol, jajaja. Él es terco, tenía que pagar.
Después vienen los partidos Muni. vs Alianza. ¿Ya conocías a Paolo?
Nos conocíamos de vista, porque Paolo jugaba en alianza con Guizasola, todo el equipo del 84. Habían rumores de Paolo en Alianza y Jefferson en Muni, los jugadores que marcaban diferencia. Nos fuimos conociendo, nos enfrentamos en varias oportunidades. Allí fue cuando Alianza se interesó en mí. Hablaron con mi mamá y mi empresario, Carlos Carpio. Hicieron un trueque con Willy Reyes, nos pagaron 7 mil dólares, tenía 13 años. Hubiera sido lindo para mí que te hubieras puesto en mente y hubieras puesto de tu plata para comprar mi pase.
¿No crees que tu vida hubiera sido mejor si te hubieras quedado en la ‘U’, cuando te llevé al Lolo Fernández?
Me llevó pero no me había dicho que me iban a cobrar. Pasé rapidísimo, me citaron pero me cobraron, no tenía en ese tiempo para pagar los uniformes. Eras más duro, acuérdate que en ese tiempo tú no manejabas...¿Cómo te pedía a ti si el manejo era por otro banco? La candela no llegaba, llegaba cortada.
¿A quiénes más agradeces?
A Oscar Montalvo, sabía que venía de una familia humilde. Después me apoyaron ‘Chalaca’ González, Jaime Duarte, Chepe Torres, Gustavo Costas, infinidad de entrenadores. Dirigentes de Alianza, me quedo corto.
¿Cómo fue tu llegada a Alianza?
Era un sueño, desde pequeño iba al estadio a ver a Waldir. Así como tu ídolo es el Puma, mi ídolo es Waldir. Me venían muchos recuerdos tenía el sueño de ser el ‘Waldir’ de mi época. Fue un sueño cumplido. Hice menores, 14, 16, después me promovieron a primera. Un jugador se lesionó, Holseng, y me convocaron. Mi mamá me llamó, yo estaba mataperreando, regresé a mi casa, fui a la concentración y allí debuté.
Allí hacen un trío con Guizasola y Guerrero...
Nos juntamos allí y nos hicimos uña y mugre, hacíamos la chacota en Alianza, siempre compartíamos. En ese tiempo, Paolo era el que estaba mejor económicamente posicionado, tenía su hermano Coyote que jugaba profesional. Paolo tenía los mejores chimpunes, pero siempre nos apoyaba a nosotros. Desde allí fluyó a esa amistad.
Ustedes siempre agradecen al colegio Los Reyes Rojos...
Constantino Carvallo nos inculcó muchos valores, educación, aportó en nuestra familia. Le tenemos mucha gratitud por lo que hizo por nosotros y nuestras familias. Hasta el cielo, le mando un agradecimiento por lo que hizo por nosotros.
La broma más picante que hacían en el colegio
A veces nos escapábamos, había uno que se choreaba los libros y vendía en Las Malvinas, el ‘Zorrito’ Aguirre.
La pelea más brava que tuviste en Alianza....
Por culpa de Roberto Guizasola, esto fue con un chico muy tranquilo que le decían ‘El Chorri’, nunca me voy a olvidar. Fue un partido de casualidad que me golpea con el codo, en un partido. Guizasola, me hincó me dijo ‘te vas a dejar, vamos a buscarlo’. El chico había salido del entrenamiento, lo hemos ido a buscar y por las puras. Nos pusimos a pelear, como media hora, en un jardín. Pasó una cúster, se bajó el cobrador y nos separó. Cucurucho dijo ‘yo no los he hecho pelear’. El chico caballero, me dio la mano. Todo fue por culpa de Cucurucho.
¿Quién era el más bravo con las notas?
Ninguno. Paolo por ahí que quería, intentaba pero más o menos, lo de él era la pelota.
SU RELACIÓN CON SU PADRE
¿A qué edad conoces a tu papá Luis?
Chiquito, recuerdo que fui a ver a mi abuela. Mi papá conmigo, siempre que nos hemos visto, es una relación amical. Siempre lo jodo, pero la comunicación con mi papá es de amigos. Mi papá sabe que no ha estado conmigo, pero mi mamá nunca inculcó que lo juzgue. No soy nadie para juzgarlo. El que juzga es el de arriba. Mantenemos un respeto, cuando veo lo saludo pero siempre sale la chacota, lo jodo: “Por qué no me diste mi tarro de leche, ahorita estarías en mi mansión”. Se mata de risa, le gusta.
Tú has compartido con ambas familia, siempre ha habido esa buena relación...Tú llevas el nombre de Agustín por mi tío...
Mi tío abuelo. Me acuerdo que me llevaba al mercado, a tomar mi surtido con mi keke.
Tu debut profesional fue contra Deportivo Huanca, ingresaste por Waldir.
Me llamaron de un momento a otro, se lesionó el loco Holseng. El tío Acasiete me marcó en una jugada. Se creía español, pero figura. Salía en los videos de Ronaldo. Fue un debut soñado. En ese partido estaba ‘La Foca’, volteamos 2-1. El entrenador era Jaime Duarte.
Hablaste de mi coach, Franco Navarro, hablaste de él que no te tenía fe, pero tú tampoco tenías gol...
Era parte del proceso. Me acuerdo que la Foca, mi tío Roberto me defendió. Franco no confió en mí en ese momento, no me lo dijo directamente. Me hubiera gustado que me diga ‘no estás en mis planes’. En un partido ante Bolognesi, me dijo ‘como no hagas gol, no juegas más’. Imagínate esa presión para un joven de 17 años, no estaba preparado.
Eras más sano del agua, cuéntame esa historia cuando llegaste de viaje de Arequipa...
Pequé de sano, tenía 15 años. Mi tío Roberto me había regalado mi conjunto y mis zapatillas. Iba para Villa el Salvador. Me hicieron la jugada de que estaba caminando y veo un fajo de dólares en el piso. Un chico viene y me dice: ‘Tranquilo, vamos mitad mitad’. Dije ya, aquí debe de haber un montón de plata. El fajo era grueso. El chico me abraza y me lleva a un parque. Me dice ‘métete el fajo al bolsillo, no lo abras y dame tus zapatillas’. Yo, huevón, me saqué las zapatillas. Agarré el fajo, me entregó unas zapatillas viejas y se fue. Me voy a mi micro, la ansiedad me ganó y abrí el fajo, empiezo a ver los dólares y adentro estaba el Trome, el Ojo, el Popular. Era puro periódico. Me fui llorando. Cuando llegué, mi mamá me dijo ‘negro huevón’.
Y la de la maleta que se te quedó y tenías que pagar el taxi
Con Carlitos Fernández, estábamos en Pamplona. Creo que mi mi amigo no tenia para pagar el taxi, yo estaba sentado adelante. Recuerdo que el tío se habrá palteado y agarró y me puso la pistola en la cabeza. Le dije ‘Carlos, paga’. Mi pata bajó del carro y le pidió plata a una tienda. Le pagamos al tío y nos fuimos. Eso fue en San Juan de Miraflores.