Mi gente de ‘La fe de Cuto’. Luego de la charla con Jorge Espejo, les traemos una emotiva entrevista con Edwin Retamoso, quien nos cuenta su historia de superación y cómo lo dejó todo en Abancay para cumplir su sueño de ser futbolista.

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En la charla, Edwin Retamozo también cuenta como fue que Sergio Markarián lo convoca a la selección peruana, por un plan para jugar en la altura. Sin embargo, gracias a su desempeño, se ganó la confianza del ‘Mago’. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.

¿De dónde eres?

De Abancay, es una ciudad muy acogedora. Ahora continúo viviendo con mi familia allá. El clima es bueno, le dicen el clima del eterno valle primaveral. Llueve, pero no hace frío. La gente que va Abancay siempre se queda, ahora que he vuelto, hay morenitos.

¿Qué nos puedes contar de tu infancia en Abancay?

Ahora abunda este tema de las losas, de los campos de grass sintético. Antes no había eso, íbamos a la losa del colegio o jugar en la puerta de mi barrio, de mi casa. Éramos cerca de 12 niños, de la misma generación, en el barrio jugábamos entre dos piedras. Teníamos un vecino que era fisioterapeuta y tenía la ventana más grande del barrio y siempre nos la bajábamos. Ahora lo veo en Cusco, sus hijos son mis amigos y recordamos cuando el señor nos correteaba, todos nos desaparecíamos.

¿Por qué siempre pasaba eso?

Allá los cercos eran de espinas, tenías que meterte, nuestras pelotas eran de cuero desinflado, que las espinas le hacían hueco. Tengo muy buenos recuerdos de mi infancia. A mi papá no le gustaba que saliéramos pero salíamos con nuestro hermano mayor. Siempre era responsable, siempre hacía las tareas.

Edwin Retamozo en La fe de Cuto: Sus más íntimas historias
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¿Cómo la pasaste en el colegio?

En la primera estudié en el colegio Miguel Grau, un colegio emblemático, grandazo. La pasé muy bien, desde ahí me empezó a gustar el fútbol. En tercero de primaria ya jugaba con los de 11 años, desde ahí vienen mis recueros del fútbol, en la losa del colegio. A partir de los 8 años ya jugaba, iba a la catequesis y ahí también los hermanos nos hacían jugar, en la selección del colegio también. En la secundaria pasé al colegio La Salle, ahí hubo una transición porque ahí jugaban básquet, no jugaban fútbol, le fui bien al básquet. Cuando yo regreso del fútbol profesional, de haber jugado en selección, me encuentro con uno de mis profesores de educación física, salimos con mi esposa y el profe, que ya estaba alegrón, dice ‘este era mejor basquetbolista que futbolista’. Yo jugué básquet hasta el nivel de universidad. El básquet me ayudó bastante.

Luego empiezas a jugar en la Liga, de los 14 a los 15 años...

Sí, era segunda de liga. La liga distrital era Copa Perú, cada liga distrital tiene sus copas de ascenso, ahí empecé a jugar. En La Salle, cuando empiezo a jugar Copa Perú fue en mi barrio, en La Victoria, luego jugué en El Olivo, que era otro equipo de barrio, y reforzaba al Deportivo Educación, uno de los equipos más tradicionales de Abancay. Ahí empecé mi carrera como futbolista. En el 2002 llega un entrenador al Deportivo Educación, el profesor Atilio Escate, también estuvo en Boys, él llega a Abancay me dice que tenía condiciones, me ofreció para ir a Lima, a competir. Le conté a mis padres, yo estaba en octavo ciclo de la universidad.

Mmmm...

Le dije a mis viejos que quería ir allá a probar porque quería ser futbolista y algo que tengo que reconocer, que ha marcado mi carrera, fue que mi viejo, que en paz descanse, me apoyó, cualquier otro papá me hubiera dicho que termine mi carrera, pero él me dijo ‘hijo, lo que tú decidas, yo te apoyo’, creo que mi papá lo hizo porque yo siempre intenté ser un hijo responsable, si hubiera sido desordenado, no me hubiera dado ese respaldo, esa confianza me la gané. Me vine a Lima en el 2002 a jugar Copa Perú, ahí tengo una anécdota.

Retamozo: "Espero se me dé la oportunidad de jugar ante Ecuador"
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En el 2002...

Vine con mi hermano menor, mi mamá trabajaba vendiendo productos en Lima, era comerciante. Nosotros nos vinimos en el camión desde Abancay...

No te creo...

Estaba lleno de frijoles debe ser. Mi mamá iba en la caseta con el chofer y nosotros arriba. Pasamos Navidad justo pasando Ica. Eso lo recuerdo como anécdota. Después llegué a Lima, mi hermano no aguantó y decidió regresarse, jugaba muy bien pero no aguantó, yo creo que jugaba mejor que yo.

Asu...

Yo llegué al Atlético Minero y me llevaron a vivir entre Chosica y Chaclacayo, ahí hay un club, PerúBar, ahí vivíamos como en una especie de bungalow, a las 5 de la tarde soltaban a los perros porque era un club grande, eran como 12 perros que cuidaban y no podíamos salir. Al principio habían dos chicos más, de Ica y de Pisco, pero no aguantaron y se fueron. Yo me quedé a vivir solo ahí.

Te dejaban tu comida lista...

Ahí había todo, me dejaban todo, pero todos se iban antes de las 5, era imposible salir después de esa hora. Yo me ponía a pensar y decía ‘¿qué hago acá? Allá estaba con mis amigos, en la universidad, jugando fútbol, hasta tenía enamorada, estaban mis viejos, mis amigos del barrio’... pero mi otro yo decía ‘no has venido por las puras’, había una lucha interna... yo tenía 19 años y habían días que me ponía a llorar, estaba solo...

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Claro...

Pero creo que ahí pudo más mi fuerza de voluntad para seguir. Y eso ni siquiera era primera, era Copa Perú pero yo había salido detrás de ese sueño y con las cosas claras, tenía que llegar y eso era lo único que estaba en mi cabeza. El primer año me eliminaron en la departamental, no quería regresar, el segundo año igual en la regional, el tercer año llegamos a semifinal pero el Gálvez nos elimina, el cuarto año ya subimos a segunda, jugamos liga2, el quinto año, en 2008, Vallejo asciende y Minero juega con una especie de repechaje, ascendimos y ya me di cuenta que ya había llegado.

Cómo se acomodaban con tu hermano en el camión, con el frío...

Con tu frazada. Pero no es la primera vez. Cuando estaba en la universidad el primer año, tenía 16 o 17 años, viajamos a un partido de interuniversidades, teníamos que viajar de Abancay a Arequipa. Éramos 18 jugadores más el entrenador y viajamos en esas cúster pequeñitas, yo fui en la parrilla, amarrado. El viaje más largo que tuve fue de 37 horas, en 2002, viajamos de Abancay a Huánuco.

¿Cómo llegaban? Hechos puré...

Llegabas y perdías. En ese equipo este estaba el tío de Lucho Advíncula, Anselmo, en Minero también jugué con él, yo era chiquillo, tenía 17 años.

Haces tu debut profesional en el año 2008, con 26 años

Las cosas pasan por algo, ¿no? El de arriba como tú dices, siempre tiene cosas preparadas para. Yo pienso que toda esa mi etapa de de haber jugado, haber viajado, a haber salido de mi ciudad, haber tenido esta experiencia en Copa Perú, hicieron que valorara más lo que me ha costado. Y a los 26 años debutó en el Atlético Minero. Ese año lo tuve como entrenador a Chepe Torres y el preparador físico era Martín Quintero y él es el que me lleva a Ayacucho. Al año siguiente lo agarra Ospina y él va como como preparador físico.

DT Ospina: "“Soy uno más de Ayacucho”"
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Una anécdota con Ospina

El profe no me conocía porque yo era nuevo en el fútbol, el que sí me había conocido era Martín. Una semana antes vinimos a hacer una gira por acá por Lima, a hacer algunos partidos. Faltando una semana, creo el profe me llama a un costado y dijo ‘yo a usted no lo traje’, como diciendo que yo me tenía que ir. Algunos compañeros me decían ‘no le hagas caso, sigue nomás’. Y me recupero me acuerdo a la quinta fecha creo y empiezo a jugar primer partido, me pone contra la U todavía y ganamos allá. El segundo partido vengo acá Lima contra Cristal, hago un gol todavía y al siguiente partido me hace jugar minutos, y al siguiente partido contra Ayacucho no me hace jugar. Ahí su asistente me decía ‘tranquilo, ya te va tocar’ y al siguiente partido, en Huancayo, ya me toca de titular. Después nunca falté.

¿Tú has jugado seis temporadas en el Atlético Minero?

Sí, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. Ascendí de Copa a segunda y luego a primera.

¿Es complicado no?

Claro, a mí me tocó jugar descenso con Cienciano en el 2010 cuando después de Ayacucho, es el mejor año que tuve mi carrera como futbolista, sino que estaba en Ayacucho, en ese entonces era mi primer año, ahí jugué muy bien. De ahí yo paso a Cienciano.

¿Cómo fue?

Yo soy hincha de Cienciano. Llegamos este llegamos varios, ese fue el año que no nos pagaban. Ese año también tengo una anécdota, porque todos se empezaron a ir porque no te pagaban. Y me acuerdo que Ayacucho osea Inti Gas nos llama, con Raúl Benavides. Nos llaman para regresar, hicimos un acuerdo a Inti Gas. Justo la última fecha del apertura era con Ayacucho, ganamos y viene el señor Sixto, nosotros no cobrábamos, dije que no iba firmar, Raúl tampoco y nos fuimos. Apagamos el celular y nos fuimos a Abancay. Julio García trataba de apaciguar, quería persuadir a los jugadores para que no se vayan. El martes regresamos y Julio casi se pone a llorar de alegría, nos agradeció, al final terminamos salvando. Al final no cobramos, hasta ahora tampoco no cobramos.

Fueron dirigidos por el Checho, ¿Una anécdota de esos momentos?

Nosotros no entrenábamos. Jugábamos billas y comíamos pollo. El señor que estaba apoyando tenía la San Fernando y nos daba cajas de pollo. Lo bueno que han hecho es la Sudamericana. Creo que ya tienen un lugar donde entrenar.

Marcelo Trobbiani: "Me voy en paz del Cienciano"
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En el 2011 llega mi gran amigo Marcelo Trobbiani

Ese ese profe es el que me cambió mi manera de pensar. El profe Marcelo llega a Cienciano, yo era todavía desconocido en el fútbol y él había dirigido ya creo en el 2008 o 2000 no sé cuánto en Cienciano. Él llega y hace una evaluación de jugadores. Hacemos un partido y termina el partido y el profe se me acerca y me abraza y me dice ‘usted tres meses con nosotros y se va a la selección’. Ya 28 años. Hubo un partido contra Alianza y me fue bien y me terminaron convocando. Me convoca y esa ese día de la convocatoria también es anecdótico porque yo estaba en el Cusco, tú conoces el Cusco, el Paraíso. Estaba ahí con unos amigos entra una llamada y me felicitan por la convocatoria, me dijeron que me estaban esperando en la Plaza Túpac, yo me bajé una cuadra antes por si acaso, cuando llegué ya estaba toda la producción, no sabía cómo expresar mi alegría.

Mariño y Retamozo muestran satisfacción por convocatoria de Markarían
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¿Cómo fue llegar a la Videna?

Me convocan para el microciclo, llegué con mi maleta, pero me dijeron que el profe quería conversar conmigo antes. Pasé a la oficina de Markarián, me felicitó pero me puso las cosas claras. “Yo tengo un plan para la altura, tu estás en ese plan, pero va a depender de ti si te quedas”, me dijo. Le dije gracias. Fue claro para decirme que me quería para el plan de altura. Estuve en le proceso y jugué 5 o seis partidos.

Ahí te encuentras con los 4 fantásticos...

Estaba Claudio, Paolo, Jefferson, el ‘Loco’ Vargas, apenas llegué, que debo reconocer, es que Claudio se me acercó y me dio la bienvenida y me preguntaba como me sentía. Me hizo sentir acogido en el grupo. Por sus generaciones, ellos tienen más cosas por compartir, cuando me pedían una opinión, opinaba. No tenía mucho que compartir con ellos. Yo no tuve menores, me primera experiencia en selección. Para que no me pongan al centro...

Tratabas de evitar...

Con Lucho por ahí que me bromeaba, había jugado con su tío. Por ahí que le aguantaba una broma, pero igual me ponía serio...

¿Qué recuerdas de tu debut con la selección?

Fue en Bolivia, en la Paz. estaba nervioso, cuando juegas en tu club, me podría cuestionar la gente de ña zona, pero cu ando juegas por Perú, te juzga todo el país. si haces algo mal, te van a fundir. Esa presión he intentado manejar. En el campo de juego trataba de desconectar y visualizar lo que iba a hacer. Dentro del partido, fue fluyendo. A partir de ahí me fue tomando en cuenta el profe. Me fue bien.

Te diste cuenta que eras útil, cumpliste a Markarián

Jugué en Ecuador, en Bolivia.

Después de la victoria ante Bolivia, Juan Vargas sacó el celular y se tomó un ‘selfie’ con gran parte del equipo. La estrella fue esta vez Edwin Retamozo, quien lo pusieron al medio de la foto. (@juamavarri)
Después de la victoria ante Bolivia, Juan Vargas sacó el celular y se tomó un ‘selfie’ con gran parte del equipo. La estrella fue esta vez Edwin Retamozo, quien lo pusieron al medio de la foto. (@juamavarri)

¿Cómo era compartir con Jefferson, con Paolo?

Jefferson siempre me intentaba meter en la conversación, siempre han sido atentos conmigo. El ‘Loco’ me regaló un par de lentes. Paolo hacía obras sociales y yo era el mediador, mantenía comunicación. Con mucha admiración y respeto. Con Claudio tuvimos una buena relación en la Copa América en el 2025. Él mandaba unos mensajes en quechua...

¿Tú hablas quechua?

Yo hablo quechua. Después de los partidos, él se sentaba al lado mío. Mi camiseta era el 13 y la de él era la 14. Él me decía quiero hacer algo y lo armábamos. En el Congreso me reconocieron también.

¿Cuál fue el partido que recuerdas?

Todos los partidos los hice de manera aceptable. El partido con Ecuador en Lima, estaba lloviendo. En ese partido tengo una anécdota con el profe Markarián.

¿Qué pasó?

Después de un partido en Panamá, el profesor me dice ‘Usted va a jugar contra Ecuador’. Después de eso que me dijo, no me salía nada en los entrenamientos. Hicimos un partido contra la Sub-20, igual, nada me salió. Me cambió al segundo tiempo. Se me acerca y me dice ‘Ni creas que no vas a jugar’.

Markarián convocó a Tragodara y Retamozo para la selección
Markarián convocó a Tragodara y Retamozo para la selección

¡Qué buena!

me dijo eso. en la hora del partido estaba sentado, rezando y de pronto siento una mano detrás. Volteo y me dice: ‘Hijo, ni usted mismo confía tanto como yo confía en usted’.

¡Qué linda frase!

Me acuerdo clarito. No podía decepcionarlo. Me fue bien.

¿Qué te dijo Markarián?

No me dijo nada, pero después vi una entrevista donde él decía que cumplí.

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