En más de una oportunidad, en soledad o con público, he contemplado un cuadro fotográfico que está ubicado en la zona VIP del restaurante ‘Cuto 16′ en la que se ve, en plena acción, a Ronaldo en un partido por las eliminatorias para el Mundial Alemania 2006. En la foto también aparece mi compadre Miguel Rebosio, Juan Jayo Legario. Por cierto, también aparezco muy atento intentando ‘adivinar’ a lo que podría hacer el atacante brasileño.
Recuerdo como si hubiera sido ayer ese partido. Yo estaba en la banca de suplentes y, en el segundo tiempo, se lesiona Alberto Rodríguez y el técnico Paulo Autuori me hizo ingresar para ocupar su posición. Demás está decir que la tarea era difícil porque Brasil era una escuadra de temer por las distintas figuras que tenía. Aparte de Ronaldo, estaban Robinho, Ronaldinho, Lucio, Cafú, Ze Roberto, Roberto Carlos, Dida. Era una pasarela de estrellas. Esa tarde perdimos con un gol de Kaká. El duelo se disputó en marzo del 2005.
Yo había crecido en el fútbol profesional admirando a Ronaldo (ambos somos del año 1976). El atacante era una ‘bestia’ demoledora, una máquina para hacer goles y fabricárselos. Tenía potencia, velocidad, habilidad, dribling, técnica. Con eso dejaba tirados en el césped a todas las defensas que intentaban pararlo. Cuando Ronaldo arrancaba, era prácticamente imposible detenerlo. Manejaba los dos perfiles y tenía juego aéreo. Perteneció a la generación del ‘Jogo bonito’ del Scratch.
Desde que me comunicaron de la posibilidad de ir a jugar el partido Leyendas de la Conmebol, previa a la final de la Copa América, me habían avisado de que Ronaldo estaba en la lista de invitados. Eso me emocionó al punto de que hice la gestión para conseguir un par de fotos de la misma que está en un cuadro en el restaurante con la idea de que ‘El Fenómeno’ la autografiara. Estando en el partido nunca apareció Ronaldo. Ante ese panorama, ya era poco probable verlo.
Para ese momento ya había hecho muy buena química con todos, pero en especial con Oscar Ruggeri y con Mauro Silva, dos campeones mundiales. Justo el día de la final, antes de partir al estadio Hard Rock, intercambio teléfono con el brasileño, para ese momento ya nos seguíamos en las redes sociales. Llegando al estadio, los organizadores, nos ponen en un grupo en la que no lo volví a ver a Silva.
Cuando el partido se jugaba en su primer tiempo veo que Mauro Silva publica en sus redes sociales una foto con Ronaldo. En ese momento le mandé un audio vía el WhatsApp solicitándole un video de Ronaldo con un saludo de cumpleaños para mi hijo Leonidas por sus 10 años. La respuesta de mi amigo Mauro Silva fue memorable. “Amigo Guadalupe, pasa por aquí en la suite 263 A que él (Ronaldo) te graba seguro el video y además le va a gustar verte”. Para ese momento, se jugaban los segundos finales del primer tiempo.
En eso, le cuento a mi compañero de tantas aventuras y de viajes, José ‘El Huachano’ Lara, de la situación. “¿Vamos?”, le pregunté, y él me mira y me dice preguntemos por dónde queda ese palco. En ese momento nos acercamos a uno de los organizadores y le hicimos la consulta. “Ese palco está exactamente a nuestra altura, pero en el otro extremo, al frente”, nos responde. Todo eso sucedió mientras que, en el campo de juego, el escenario quedaba listo para la presentación de la cantante Shakira.
En milésimas de segundos nos miramos y nos hicimos la pregunta: ¿Nuestro encuentro con Ronaldo o ver a Shakira? No hubo repuesta, hubo acción. De inmediato salimos de nuestro palco y nos abrimos paso entre todos los hinchas colombianos y argentinos que merodeaban por los alrededores de los pasillos del estadio. Mientras caminábamos, cada vez más rápido, como unos hinchas o fans en busca de su ídolo, la emoción me embargaba más. La ansiedad se apoderaba de mí. Hasta que llegamos al mencionado palco. Tocamos la puerta en dos oportunidades y en eso se abre y el mismo Ronaldo estaba ahí con esa sonrisa característica de él y la voz de Mauro Silva me dice Guadalupe, adelante, pasa amigo Guadalupe. Para ese momento yo ya me había quedado sin habla.
Ronaldo, el delantero que lo veía jugar, haciendo goles de toda factura, el que es mi ídolo, estaba ahí. Fueron unos minutos que para mí fue una eternidad. Le pedí el saludo para mi hijo Leonidas y me lo dio, pero si ven bien el video, de tanta emoción, yo me había quedado sin palabras; por lo que el Huachano, que era quien estaba grabando el saludo, es el que dice La fe es lo más lindo de la vida.
Luego vinieron las fotos del recuerdo tanto del Huachano como las mías y nos despedimos de la manera más amable. Nuestro camino de regreso a nuestra ubicación fue de la manera más placentera. Sentí esa sensación que imagino debe tener cada vez que un hincha o una persona pide una foto con una persona pública, pero multiplicado al millón.
Gracias Dios, gracias fútbol, gracias Mauro Silva. Me despido como un fan de Ronaldo. Por eso digo, cuando un día deje este mundo, díganles a las nuevas generaciones que yo viví en los tiempos de un tal Ronaldo Nazario conocido en el mundo del fútbol como ‘El Fenómeno’.
Nos leemos el próximo lunes.
TE PUEDE INTERESA
Jefferson Farfán tras hacerse la vasectomía.: “Guardé un poco de miel”
LA FE DE CUTO: Franco Navarro en conociendo al personaje
Cuto Guadalupe hizo huachón a presidente de Conmebol y este lo ‘amenaza’ [VIDEO]