Cuto Guadalupe: Chiclayo no solo me dio la oportunidad de saborear un título sino también me dio una hija maravillosa. (Foto: Trome)
Cuto Guadalupe: Chiclayo no solo me dio la oportunidad de saborear un título sino también me dio una hija maravillosa. (Foto: Trome)

La semana pasada estuve por mi querido Chiclayo, ciudad a la que le tengo un cariño muy especial, ya que con el Club Juan Aurich conseguí el título nacional del 2011 que me permitió saborear un momento muy sublime en el fútbol a los 35 años de edad.

Lo hace muy especial ya que en el 2010 no pude lograr el título con León de Huánuco al caer ante San Martín y en el 2013 con Real Garcilaso, ahora llamado Cusco FC, perdimos la final ante Universitario de Deportes.   

'Cuto' Guadalupe recordó la final del 2011, a 10 años de su último título nacional. Foto: Juan Aurich.
'Cuto' Guadalupe recordó la final del 2011, a 10 años de su último título nacional. Foto: Juan Aurich.

Por eso, el título del 2011 lo llevo presente siempre. Valoro mucho ese título con el ‘Ciclón’ ya que conseguir un objetivo de esa magnitud no es fácil. Le doy mucho valor ya que lograrlo con un equipo de provincia se hace más complejo y lo pude conseguir siendo ya un ‘jugador grande’, por la edad.

Claro está que si voy más atrás en mi carrera llevo marcado lo que significó el tricampeonato con Universitario en el año 98, 99 y 2000. Momento histórico para la ‘U’ que lo viví en el inicio de mi carrera. Espero que esté claro el panorama.

CUANDO LAS HERMANAS SE CONOCEN

Pero mi cariño con la ciudad de Chiclayo no solo es por el fútbol sino que también, en esa linda ciudad, me dio a mi maravillosa hija, Cielo. Los años han pasado y todo se dio propicio para que mis hijas, Cielo y Ariana Candela (que había vuelto de España), se conocieran personalmente, pues solo habían tenido comunicación telefónica.

Cuto Guadalupe: Chiclayo no solo me dio la oportunidad de saborear un título sino también me dio una hija maravillosa. (Foto: Trome)
Cuto Guadalupe: Chiclayo no solo me dio la oportunidad de saborear un título sino también me dio una hija maravillosa. (Foto: Trome)

Particularmente, para mí fue muy emotivo ver a mis hijas darse por primera vez un abrazo, hablarse con cariño y ese amor de dos hermanas sumidas en la emoción.

Ese momento fue maravilloso para mí, lo disfruté como padre al verlas envueltas con ternura, amor, alegría y lágrimas. Dios me preste vida para seguir guiando sus caminos.

Nos leemos el próximo lunes.

TE PUEDE INTERESAR:

Contenido sugerido

Contenido GEC