Creció con el cantito de ‘guerra’: ‘El que no salta, una gallina’, pero el tiempo pasa y desde ahora ya ensaya el clásico estribillo burlón al ‘compadre’: ‘Llora, llora cag...’. Aldo Corzo le gritó al mundo que siempre fue hincha confeso de Universitario y decidió ser crema en el 2017. Dejó con los crespos hechos a la gente de Alianza Lima, que ya lo veía otra vez ingresando al estadio con su carro por el jirón Abtao.
Si en el 2016 había sido tentado por Universitario, la operación no se pudo concretar porque se enfundó la camiseta de Municipal para dibujar un año brillante, ya que además se consolidó como titular en la selección. Parecía tener todo listo para volver a Alianza, club donde debutó profesionalmente en el 2008, pero se impuso el corazón. El cuadro de sus amores apareció sorpresivamente para convencerlo con un buen contrato.
Aldo Corzo garantiza marca y proyección en Universitario, virtudes que no mostraron Rodrigo Cuba, Diego Chávez ni Josué Estrada en su estadía en Ate. También maneja el juego aéreo, un déficit que padeció el equipo todo el año.
Finalmente, anoche el plantel y el cuerpo técnico de Universitario, encabezado por Roberto Chale, se reunieron en una cena en la que se despidieron todos. Algunos continuarán, otros tomarán diferentes rumbos.